India respondió a presiones de las potencias económicas con la advertencia de que el ritmo de liberalización de su economía sólo será determinado por las circunstancias sociales internas.
El gobierno del país asiático afrontó este semana ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) las críticas del mundo desarrollado, en especial de Estados Unidos y la Unión Europea, que le reclaman una mayor apertura económica.
Pero Nueva Delhi hizo saber, ante el Organo de Examen de Políticas Comerciales de la OMC, que no renuncia a la planificación de su política económica.
El presidente del Organo de Examen, el embajador tanzanio Alí Said Mchumo, recordó que hasta comienzos de los años 90, India se había caracterizado por una economía "más centralizada que liberalizada".
El informe del gobierno indio precisó que no se trata de una opción entre mecanismos de mercado y planificación. El desafío consiste en ensamblar ambos para que se complementen.
En ese sentido, las reformas de apertura económica emprendidas en India desde 1991 "no deben ser consideradas en una situación estática sino en un marco dinámico", dijo Nripendra Nath Khanna, secretario del Ministerio de Comercio indio.
El representante indio despejó los temores expresados por la Unión Europea de que el nuevo gobierno, instalado en marzo, se oriente por "un nuevo nacionalismo en política comercial".
Las elecciones generales recientes significaron un relanzamiento del proceso de reformas. El nuevo gobierno reajustará y revitalizará las reformas al tiempo que analizará las consecuencias de la globalización, dijo Khanna.
En las nuevas autoridades "no hay planes aislacionistas", repitió.
Durante la sesión del Organo de Examen de Políticas Comerciales, el representante europeo, Karl Falkenberg, había informado que la preocupación perduraba en el bloque ante ciertas declaraciones contrarias a la OMC formuladas durante la campaña electoral india.
Estados Unidos reprochó a India que los sectores agrícola y laboral no hubieran sido alcanzados por las reformas.
Las críticas se orientaron hacia el sistema de distribución pública con precios mínimos, "un desestímulo del desarrollo agrícola y un medioo ineficaz de reducción de la pobreza".
Pero de la agricultura depende directa o indirectamente más de 70 por ciento de los 900 millones de habitantes de la India, un país que figura entre los de menores ingresos, con una renta anual por persona de apenas 340 dólares.
Con ese antecedente, las reformas en un sector "tan sensible como el rural han sido y tienen que ser calibradas con cuidado", dijo Khannan.
La embajadora de Estados Unidos, Rita Hayes, desencadenó un debate inesperado en el Organo de Examen de Políticas Comerciales al cuestionar a India por la falta de aplicación y de aprobación de normas laborales fundamentales.
La OMC, en la Conferencia Ministerial de Singapur, en 1996, decidió excluir como punto de debate de la organización las relaciones entre el comercio y el cumplimiento de los convenios laborales.
India y otros países en desarrollo desestimaron las críticas de la representación estadounidense y recordaron que la Conferencia de Singapur estableció que la competencia en materia de normas laborales corresponde a la Organización Internacional del Trabajo (OIT). (FIN/IPS/pc/mj/if/98