Estados Unidos deploró el asesinato en Guatemala del obispo Juan Gerardi, que investigaba violaciones de los derechos humanos, y ofreció al gobierno guatemalteco su ayuda para investigar el hecho.
El Departamento de Estado expresó a través de su portavoz, James Foley, que deplora "este acto de violencia injustificada, particularmente contra un obispo que durante largo tiempo defendió los derechos de todos y la reconciliación nacional".
Estados Unidos exhorta al gobierno de Guatemala "a realizar una investigación completa sobre esta tragedia y ofrece su asistencia en cualquier forma posible", dijo Foley.
Gerardi, de 75 años, fue asesinado el domingo cuando regresaba a la casa parroquial de la iglesia de San Sebastián, en la capital guatemalteca. Era fundador y coordinador general de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado y obispo auxiliar de la ciudad de Guatemala.
Menos de 72 horas antes había presentado el informe "Guatemala: Nunca más", con el resultado de una investigación de la Iglesia Católica sobre 55.000 casos de violación de los derechos humanos en 30 años de conflicto armado.
El asesinato fue también condenado en Estados Unidos por las organizaciones Human Rights Watch y Médicos por los Derechos Humanos.
Los dos grupos dirigieron una carta al presidente de Guatemala, Alvaro Arzú, para exigir "una investigacion exhaustiva e imparcial del hecho" y que "se castigue a su autor o autores a la brevedad".
Así mismo, Human Rights Watch y Médicos por los Derechos Humanos instaron a las autoridades guatemaltecas a "tomar medidas especiales" para garantizar a los miembros de las organizactiones de derechos humanos que trabajan en Guatemala "el libre ejercicio de sus derechos y libertades sin intimidación alguna".
José Miguel Vivanco, director ejecutivo para las Américas de Human Rights Watch, destacó "la dedicación y el compromiso de monseñor Gerardi en la protección y promoción de los derechos humanos de todos los guatemaltecos".
"El asesinato de monseñor Gerardi, a las pocas horas de la publicación del informe de la Iglesia sobre derechos humanos, representa un grave retroceso que nos recuerda prácticas brutales que erróneamente creíamos superadas en Guatemala", advirtió Vivanco.
Robert Kirshner, de Médicos por los Derechos Humanos, viajó el lunes a Guatemala para practicar la autopsia al cadáver Gerardi, y Vivanco y Marina Kaufman, vicepresidenta de Human Rights Watch, lo hicieron este martes, para asistir a los funerales del obispo y entrevistarse con las autoridades guatemaltecas.
Mientras, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que tiene sede en Washington, destacó que Gerardi coordinaba el proyecto "Recuperación de la Memoria Histórica", de la Oficina de Derechos Humanos del Aarzobispado de la ciudad de Guatemala.
El informe "Guatemala: Nunca más" fue preparado en el marco de ese proyecto y documentó "las gravísimas violaciones de los derechos humanos registradas durante el conflicto armado interno" de Guatemala, que causó más de un millón de muertos, indicó la CIDH.
Gerardi "dedicó su vida al entendimiento, el respecto mutuo de los derechos humanos y la paz. La Comisión recibió en varias oportunidades su palabra esclarecedora y el beneficio de su visión impacial y constructiva", agregó la CIDH.
La Comisión expresó "sus condolencias a todo el pueblo guatemalteco, en particular la Iglesia Católica, y toda la comunidad americana frente a esa irreparable pérdida provocada por el asesinato despiadado y cobarde de monseñor Gerardi".
Se trata de "un atentado contra el proceso de paz" en Guatemala, "que no debería cubrirse de impunidad", agregó.
"La Comisión considera indispensable que las authoridades competentes tomen todas las medidas necesarias, en forma pronta y eficaz, para investigar y esclarecer los execrables hechos e imponer las condenas y sanciones correspondenientes a quienes resulten responsables", se expresó en el comunicado. (FIN/IPS/jl/lp-ff/hd/98