El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, corre el riesgo de no poder cumplir su promesa de pagar multimillonarias contribuciones de su país a organismos multilaterales, pues no logra la aprobación del Congreso, donde los recursos fueron congelados por fuerzas contrarias al aborto.
Clinton dijo hace tres meses que una de sus prioridades en política exterior era cancelar la deuda de más de 1.000 millones de dólares con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la entrega de 18.000 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI), sin recursos tras la crisis asiática.
Pero las dos operaciones no logran pasar la barrera del Congreso de mayoría republicana, donde se han convertido en "rehenes" de facciones opuestas al aborto.
"Esto no nos deja bien parados", comentó un miembro del gobierno que culpó a los republicanos de sabotear la credibilidad e influencia de Estados Unidos ante los organismos multilaterales.
En la ONU, Estados Unidos está atrasado en la entrega de recursos por un monto que a fines de 1997 era de 1.600 millones de dólares, entre otras cosas porque desde hace una década el Congreso retiene los aportes a esta organización.
El gobierno de Clinton reconoce una deuda menor, de 1.000 millones de dólares, pero ni siquiera reduciendo el monto logró superar la barrera de los republicanos.
El embajador ante la ONU, Bill Richardson, dijo que si no se pagan 1.020 millones de dólares el próximo mes, Estados Unidos no podrá negociar una reducción en sus aportes de 25 a 22 por ciento del presupuesto del organismo mundial. Si no cancela antes de fin de año, podría perder su voto en la Asamblea General.
En el caso de los 18.000 millones de dólares adeudados al FMI, que respalda a los países en sus problemas de balanza de pagos, 3.500 millones irían destinados a un nuevo servicio de emergencia y 14.500 millones corresponden a la cuota de Washington para el incremento de capital del organismo.
La inyección de recursos pretende reforzar la capacidad crediticia del FMI ante una demanda sin precedentes, en especial después que se desató la crisis financiera en Asia.
"Si nos demoramos en obtener los fondos los mercados reaccionarán con nerviosismo", comentó el viernes 24 un funcionario del departamento del tesoro.
Algunos pesos pesados de Wall Street, como Boeing, IBM, General Electric y los poderosos grupos de productores agrícolas, son aliados en la búsqueda de recursos para Asia, dado que la crisis afectó severamente la demanda de sus productos.
El gobierno tenía la intención de incluir la solicitud de fondos para la ONU y el FMI en un decreto de asignaciones suplementario concebido para enfrentar desastres y operaciones militares imprevistas, dos medidas populares que suelen ganar rápida aprobación en el Congreso.
Pero los republicanos antiabortistas se encargaron de que la solicitud de recursos para la ONU no fuera incluida en el decreto, aunque aceptaron la del FMI, bajo intensa presión del mundo empresarial.
El gobierno estaba optimista hasta el mes pasado cuando el Senado aprobó íntegramente, por 84-16, su solicitud de recursos. Pero la semana pasada la dirigencia republicana de ambas cámaras sacó del decreto los recursos del FMI, y un intento por recuperar el terreno perdido en la cámara baja arrojó una derrota 186-222.
"El FMI no recibirá recursos de Estados Unidos, al menos esta primavera", concluyó el prestigioso "Congressional Quarterly".
"Todo esto tiene que ver con una posición antiabortista", dijo a IPS el asesor de un importante senador demócrata. "Los republicanos querían demostrarle al gobierno que no van a permitir la entrega de fondos al FMI sin la cláusula 'Mexico City".
"Mexico City" es una clave para referirse a la estrategia aplicada por gobiernos republicanos que precedieron a Clinton.
Esa estrategia, que fue muy criticada por grupos de mujeres, prohibía la entrega de ayuda estadounidense a organizaciones extranjeras que estuvieran presionando a sus gobiernos para relajar la legislación contra el aborto.
Desde noviembre comenzaron a movilizarse fuerzas antiabortistas de la cámara de representantes, con la finalidad de anexar "Mexico City" a cualquier asignación para la ONU o el FMI que fuera consultada al Congreso.
Una muestra de esa estrategia fue la operación republicana para sacar la asignación al FMI del decreto suplementario, con lo cual además se responde a las protestas de la derecha cristiana, que había criticado a ese partido por no hacerse cargo de una agenda "moral".
El próximo martes el Senado tiene previsto votar un nuevo decreto para las asignaciones a la ONU y el FMI, pero esta vez con una cláusula "Mexico City" como parte de su contenido. "Si no se aprueba, las fuerzas antiabortistas quedarán mal paradas", comentó el asesor demócrata.
El panorama es más positivo en el caso del FMI, porque existe interés del sector privado en que esos recursos sean aprobados. También se cuenta con el respaldo de la dirigencia demócrata y de los sindicatos, que el año pasado lograron frenar la "vía rápida" destinada a negociar acuerdos comerciales.
Sin embargo también hay algunos opositores a la entrega de fondos al FMI. En especial quienes argumentan que el organismo entrega recursos a países que violan los derechos humanos, mientras estimula la adopción de políticas que empeoran la situación de los pobres. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/lc/ag/ip/98