ESTADOS UNIDOS: Demandan sanciones contra Nigeria

Grupos defensores de los derechos humanos de Africa y Estados Unidos demandan al gobierno de Bill Clinton la definición de una política transparente frente a Nigeria, que incluya sanciones al régimen militar de Sani Abacha.

Las organizaciones reaccionaron después de declaraciones confusas de altos representantes del gobierno de Estados Unidos, incluido a Clinton. Pero su solicitud se hizo más urgente después que los cinco partidos políticos legales de Nigeria proclamaron a Abacha como candidato para las elecciones de este año.

Hace más de dos años que el gobierno de Clinton inició un proceso de revisión de su política frente a Nigeria.

"Llegó la hora de terminar con esa revisión de política", advirtió la directora de Africa en la Fundación Nacional para la Democracia, Learned Dees. Se trata de una organización muy cercana al gobierno en Washington, que respalda grupos y medios prodemocráticos en el exterior.

Por su parte, la directora de programas africanos del Consejo para las Relaciones Exteriores, Salih Booker, dijo que "la situación en Nigeria está empeorando y el gobierno de Estados Unidos debería recurrir a medidas más efectivas".

Washington también criticó a Abacha en los últimos días. El portavoz del Departamento de Estado, James Rubin, recordó que la transición democrática prometida por Abacha cuando se apoderó del gobierno en 1993 está severamente cuestionada.

Rubin le pidió al dictador nigeriano "rechazar su candidatura, para que las elecciones de agosto permitan una transición hacia un gobierno auténticamente civil". Pero el gobierno de Clinton no ha dicho que piensa hacer al respecto, fuera de consultar a algunos aliados, en especial Gran Bretaña.

La falta de definición por parte de Estados Unidos refleja la existencia de dos facciones en el gobierno, unos "halcones" de línea dura que proponen sanciones contra el régimen, y unas "palomas" que promueven un compromiso más fuerte con el país africano.

Los halcones son liderados por la secretaria de Estado asistente para asuntos africanos, Susan Rice, mientras que el grupo de las palomas incluye al enviado especial de Clinton para Africa, Jesse Jackson, y al subsecretario de Estado para asuntos políticos, Thomas Pickering.

Booker planteó que aún no se sabe si la secretaria de Estado, Madeleine Albright, tiene una posición definida frente a Nigeria. Pero ese será el tema de una reunión de consulta entre la representante estadounidense y su colega británico, Robin Cook, en un encuentro pautado para comienzos de mayo en Londres.

Las fuerzas de oposición a Abacha reaccionaron con satisfacción luego que Cook sugiriera la posibilidad de aplicar nuevas sanciones, mientras advertía que Londres "no puede aceptar elecciones con candidato único".

El subsecretario Pickering, ex embajador en Nigeria, es un diplomático conocido y formidable articulador de negociaciones dentro de la burocracia. Rice, cercana a Albright, fue la guía de Clinton en una gira de 12 días a Africa en abril, un viaje sin precedentes en la historia de la Presidencia de Estados Unidos.

Pero fue justamente durante esa gira que Clinton, sin darse cuenta, torpedeó la estrategia de Rice para conseguir una posición más dura frente a Nigeria.

Rice había dicho antes de la gira que Estados Unidos consideraría inaceptable el triunfo de un candidato militar en las elecciones nigerianas. Ese país "necesita y se merece una verdadera transición a la democracia y el gobierno civil, en vez de un régimen militar en traje de civil".

Esas fueron las declaraciones más fuertes emanadas de Washington desde 1995, cuando la dictadura de Abacha ejecutó al escritor Ken Saro-Wina y otros ocho dirigentes opositores. Fue en ese momento cuando el gobierno de Clinton inició el proceso de revisión de su política frente a Nigeria, que aún no concluye.

Sólo 10 días después de la declaración de Rice, Clinton se refirió al tema en una rueda de prensa en Sudáfrica. "Si Abacha se postula a la elección, ojalá lo haga como un civil", afirmó.

Por si fuera poco, agregó que "algunos militares se hicieron cargo de situaciones caóticas en países africanos, pero después avanzaron hacia la democracia, y eso también podría pasar en Nigeria".

Una semana después, Jackson comentó durante una entrevista de televisión que Washington podría practicar frente a Nigeria el mismo tipo de "compromiso agresivo" que usa con China.

Jackson había planificado un viaje a Nigeria para conversar con Abacha sobre esta posibilidad, pero horas antes de partir se anunció su cancelación. Según fuentes bien informadas, fue Rice quien lo persuadió de abandonar esa misión.

Dirigentes de los movimientos prodemocráticos nigerianos consideran que este tipo de declaraciones envalentonan a Abacha. Por esa razón, dijo Booker, llegó la hora de despejar la confusión "con acciones fuertes".

Acciones consideradas en el pasado incluyen congelar las cuentas de los jerarcas nigerianos en bancos de Estados Unidos o prohibir las inversiones en Nigeria. Pero la medida más fuerte sería un embargo al petróleo exportado por ese país, que en 40 por ciento se vende a la nación norteamericana.

Una carta dirigida a Clinton y suscrita por importantes personalidades de la comunidad negra de Estados Unidos, le pide que denuncie como "ilegítimo" el proceso político nigeriano, mientras se considera el embargo petrolero y se respalda a las fuerzas opositoras a Abacha.

"Esperamos que esto sirva para generar algún tipo de pronunciamiento en el Congreso", dijo Adotei Akwei, especialista en Africa de la oficina de Amnistía Internacional en Washington.

Akwei dijo que se espera una propuesta de ley del senador Russell Finegold, que confirmaría las sanciones ya aplicadas contra Abacha y abriría la puerta para adoptar nuevas medidas. Estados Unidos impuso un embargo a la ayuda militar y económica a Nigeria, a menos que ésta tuviera carácter humanitario.

"Incluso si mantiene la línea actual, el Congreso podría enviarle un mensaje importante al gobierno", añadió Akwei, quien destacó que la oposición nigeriana requiere de "un respaldo político muy transparente por parte de Estados Unidos, para poder continuar su lucha".

"Las declaraciones caritativas no son suficientes para abordar la situación de Nigeria", dicen los grupos opositores, liderados por el jefe Anthony Enahoro y el escritor Wole Soyinka, ambos en el exilio. "Se necesitan acciones muy decididas". (FIN/IPS/tra- en/jl/mk/lc/ag/ip-hd/98

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