El exiliado escritor cubano nacionalizado británico Guillermo Cabrera Infante mantuvo hoy un diálogo imaginario con el autor del Quijote, al recibir el premio Cervantes, considerado el Nobel de la lengua española.
Cabrera Infante recibió el galardón de manos del rey Juan Carlos en una emotiva ceremonia celebrada en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, a 20 kilómetros de esta capital.
Allí estuvieron, entre otros, el premio Nobel español Camilo José Cela, el escritor peruano nacionalizado español Mario Vargas Llosa, el presidente del gobierno español, José María Aznar, la ministra de Cultura, Esperanza Aguirre, otras autoridades, académicos, escritores y periodistas.
Cabrera Infante nació en Gibara, Cuba, el 22 de abril de 1929. Estudió periodismo en La Habana y fue agregado cultural de su país en Bruselas hasta 1965, cuando abandonó el cargo, hizo públicas sus críticas al gobierno de Fidel Castro y pidió asilo político en Gran Bretaña, donde aún reside.
El escritor se hizo famoso con la novela "Tres tristes tigres", que llevó al cine el director chileno Patricio Guzmán. También escribió "Así en el cielo como en la tierra", "La Habana para un infante difunto" y "Cuerpos divinos".
Su libro de cuentos "Todo está hecho con espejos" será publicado este verano boreal.
Al entregarle el premio, el rey dijo que Cabrera Infante merece el Cervantes por su "palabra literaria, poética y creadora". "Una palabra que continuará roturando nuevos caminos y abriendo perspectivas nuevas para la lengua española, nuestro gran patrimonio común", sostuvo.
Cabrera Infante comenzó su breve discurso "en memoria de Octavio Paz", el escritor mexicano premio Cervantes de 1982 muerto el domingo. Además, lo dedicó a Cervantes, a quien calificó de "contemporáneo" suyo.
Infante centró su discurso en el relato de una cena imaginaria con Miguel de Cervantes Saavedra, autor de "Don Quijote de la Mancha". Durante la cena, un 23 de abril de comienzos del siglo XVII, ambos dialogan acerca de la poesía, la música y de cómo sería la obra si el autor la hubiera escrito en América.
"¿Qué le parece Don Quijote de las Indias, qué tal Sancho Pampa?", pregunta el cubano y se contesta a sí mismo: "No habría habido molinos, pero habría vientos".
Más adelante, Cabrera Infante le reprocha a Cervantes: "Hay algo que me concierne y es el cura quemando libros. Un buen cura perdona más libros que los que manda a la hoguera. Son, según usted, obras maestras pero, ¿qué ocurre con los libros que no son maestros?".
Y Cervantes responde: "Muchos se salvan, ya que por supuesto sólo condeno a los que han vuelto loco a mi Quijote".
Cabrera Infante es el tercer escritor cubano que recibe el premio Cervantes, luego de Alejo Carpentier (1977) y la fallecida poetisa Dulce María Loynaz (1992).
Al concluir el acto académico, Cabrera Infante dijo a la estatal Televisión Española que sólo volverá a su país "…cuando el dictador (Castro) muera" y "que no será en el primer avión".
Días antes, para definir el régimen castrista, afirmó que "el comunismo no es más que el fascismo del pobre".
El miércoles 22 comenzaron en Madrid diversas actividades conmemorativas del Día del Libro y fue Cabrera Infante quien dio inicio al más importante de los actos, leyendo los primeros párrafos de "Don Quijote de la Mancha" en el Círculo de Bellas Artes, en pleno centro de la ciudad.
Después de él, continuaron la lectura, de forma ininterrumpida y hasta concluir los dos tomos de la obra durante 48 horas, varios centenares de personalidades, entre escritores, artistas, políticos, periodistas y estudiantes.
El objetivo del Círculo de Bellas Artes al organizar esta inaudita "maratón de lectura" fue promocionar la lectura, utilizando incluso teleconferencias para permitir la participación de personalidades del mundo de la cultura desde puntos distantes de Madrid, tanto en España como en el exterior.
Otro acto recordatorio del natalicio de Cervantes y el inglés William Shakespeare, razón por la cual Unesco declaró el 23 de abril Día Universal del Libro y el Derecho de Autor, fue puesto en marcha por la estatal Radio Nacional de España, que obsequió a sus oyentes un libro por minuto durante 24 horas este jueves.
De esta forma, los directivos de la radio procuraron promocionar el libro y alentar la lectura. Un estudio reveló que 23 por ciento de los españoles sólo leen un libro cuando tienen un rato de ocio y 75 por ciento de la población tiene menos de 200 libros en su hogar.
Pero estos actos tampoco logran ocultar la frustración de los editores españoles, que constatan que aumentó cinco por ciento el número de obras editadas pero que, al mismo tiempo, disminuyó siete por ciento la cantidad de ejemplares impresos.
Por eso, la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros pidió que se impulse una política de Estado "en la que deben estar implicados directamente la mayoría de los ministerios" para apoyar al sector.
Al mismo tiempo, el sindicato de la enseñanza acusó al Ministerio de Educación y Cultura de "desidia" y de "escasa sensibilidad en el fomento de la lectura entre los jóvenes", lo que, añadió, debería ser prioridad en la política educacional de cualquier país. (FIN/IPS/af/mj/cr ed/98