El debate sobre las leyes contra el tabaco se intensifica en Estados Unidos, mientras legisladores pretenden que las compañías de este país norteamericano limiten la venta de cigarrillos en el resto del mundo.
El congresista Lloyd Doggett presentó el martes un proyecto de ley para exigir que las compañías estadounidenses de tabaco exhiban en sus productos comercializados en el exterior las mismas etiquetas de advertencia que deben incluir en las cajas de cigarrillos a la venta en Estados Unidos.
El proyecto estipula que Washington deberá participar en la negociación de un código obligatorio de conducta internacional sobre la promoción, publicidad y distribución de productos del tabaco.
"Toda legislación que sea aprobada por este Congreso debe impedir que las compañías de tabaco de Estados Unidos conviertan a los niños del resto del mundo en adictos a sus productos mortales", dijo Doggett.
Es inaceptable "que los hijos de los demás se hagan adictos (al tabaco) para abonar la cuenta" de las indemnizaciones que deberán pagar las empresas tabacaleras en Estados Unidos, añadió.
Coincidiendo con el anuncio de Doggett, el grupo de defensa del consumidor INFACT publicó un informe que revela que RJR Nabisco y Philip Morris, las dos principales trasnacionales tabacaleras de Estados Unidos, ignoran las normas locales para vender al floreciente mercado juvenil en el exterior.
"La epidemia del tabaco la llevan adelante empresas trasnacionales. Por tanto, muchos de los problemas creados por esta industria exigen una solución mundial", aseguró el informe Agresión Mundial.
Las empresas estadounidenses producen cerca de un quinto de los casi seis billones de cigarrillos que se fuman por año en el mundo.
Como en Estados Unidos las leyes contra el tabaco redujeron el consumo de cigarrillos al menos 20 por ciento en los últimos 10 años, las compañías aumentaron sus exportaciones 260 por ciento, señaló el informe.
En 1996, por ejemplo, RJR Nabisco y Philip Morris vendieron 57 y 70 por ciento de sus productos respectivamente en el exterior.
Mientras, expertos de la salud expresan su preocupación por el creciente consumo de tabaco en los países en desarrollo.
Si la tendencia actual se mantiene, el cigarrillo matará a 500 millones de los 5.500 millones de personas que viven en el mundo en la actualidad, entre ellos, un tercio de los hombres de China, advirtió el informe.
La Organización Mundial de la Salud prevé que para el 2020 las enfermedades derivadas del tabaco serán la principal causa de mortandad en el mundo y que 70 por ciento de las víctimas procederán de los países en desarrollo.
El informe de INFACT y la propuesta de Doggett están vinculados al debate actual en Estados Unidos sobre la legislación, llamada "proyecto de ley McCain", para llegar a un acuerdo financiero sobre las demandas relacionadas con la salud contra la industria tabacalera.
Si el proyecto McCain se aprueba, las compañías tabacaleras deberán abonar 516.000 millones de dólares en un período de 25 años a un fondo de fideicomiso del gobierno y añadir 1,10 dólares de impuestos a cada caja de cigarrillos para el 2003.
El proyecto también concede amplias facultades a la Administración de Alimentos y Fármacos para que regule las prácticas de la industria.
Esta agencia del gobierno podrá multar a las firmas con hasta 3.500 millones de dólares por año si no cumplen con la meta de reducir un 45 por ciento el consumo de cigarrillos entre los jóvenes en un lapso de 10 años.
Las compañías adujeron que el arreglo las llevaría a la bancarrota y se retiraron de las negociaciones a principios de mes, pero numerosos legisladores y analistas creen que su rechazo es una maniobra táctica.
Las normas con alcance internacional del proyecto McCain son consideradas una prueba fundamental de las intenciones de la industria, precisamente porque las empresas esperan neutralizar las pérdidas sufridas por el acuerdo con Washington aumentando drásticamente las ventas en el exterior.
Las compañías se oponen enérgicamente a cinco normas con alcance internacional del proyecto McCain.
El proyecto pretende que Washington deje de promover la venta o exportaciones de tabaco en el exterior y de socavar las normas extranjeras que controlan el consumo de tabaco e impiden el contrabando de los cigarrillos.
Según expertos, el contrabando es utilizado por las empresas para introducir sus productos en mercados nuevos a precios reducidos.
El proyecto también propone crear una organización no gubernamental que apoye campañas contra el cigarrillo y financie esfuerzos en el exterior para limitar el consumo de tabaco a través de una tasa de dos centavos que las firmas deberían pagar por cada caja de cigarrillos que venden fuera de Estados Unidos.
La norma también incluye la creación de un código de conducta voluntario que rija la publicidad de los productos de tabaco en el exterior y aplicaría en otros países los mismos límites vigentes en Estados Unidos para la comercialización dirigida a los niños.
Legisladores cercanos a la industria tabacalera estarían presionando para que las normas con alcance internacional se eliminen del proyecto McCain. Pero el senador Ron Wyden, líder de la lucha contra el tabaco, dijo a la prensa el martes que el informe de INFACT "ofrece nuevas armas para nuestra lucha".
"No vamos a financiar un acuerdo (con las compañías tabacaleras) en Estados Unidos sacrificando los pulmones de los niños del resto del mundo", aseguró. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/aq-lp/he-if/98