Organizaciones ecologistas de Estados Unidos opuestas a la prospección y extracción de petróleo en tierras indígenas de la Amazonia colombiana denunciaron el proyecto en avisos publicados en el diario The New York Times.
Los avisos, que esta semana ocuparon páginas enteras, calificaron el proyecto de la compañía estadounidense Occidental Petroleum Co. como una "sentencia de muerte" para comunidades indígenas.
Un grupo indígena, la tribu de los u'was, advirtió que recurrirá al suicidio en masa arrojándose a un precipicio para impedir la prospección en sus tierras.
"La explotación petrolera profanará la tierra sagrada del pueblo u'wa", señaló el anuncio, patrocinado por unas 30 organizaciones ecologistas. "Frente a la lenta extinción de su ambiente y cultura, los u'was prometieron saltar hacia la muerte si Occidental Petroleum extrae petróleo de su hogar selvático".
La campaña de publicidad de 30.000 dólares pretende llamar la atención del público sobre el proyecto antes de que comience, el próximo mes, una asamblea de accionistas de Occidental, explicaron los activistas.
Dado que Royal Dutch Shell, socio de Occidental en el proyecto, quiere vender sus acciones, los ecologistas creen que pueden detener la explotación si presionan a otros posibles inversores.
Occidental, que hace siete años firmó un contrato con el gobierno de Colombia para buscar petróleo en la zona, niega que las tierras de los u'was estén incluidas en el proyecto y arguye que la disputa territorial se libra entre Bogotá y la comunidad indígena de 5.000 habitantes.
"Entre los planes de Occidental nunca estuvo la prospección de petróleo en el territorio de los u'was", dijo Larry Meriage, portavoz de la compañía.
Meriage sostuvo que la compañía buscará en las 200.000 hectáreas que comprenden el bloque de Samore, una zona potencialmente rica en petróleo, al este de la cordillera de los Andes y cerca de la frontera con Venezuela, pero no en la reserva ni en las tierras ancestrales de los u'was.
"La prospección no tendrá un efecto negativo sobre el territorio de los u'was", afirmó Meriage.
Pero Steve Kretzman, de la organización ecologista y de derechos humanos Project Underground, participante de la campaña publicitaria, discrepa con Meriage. "Toda las tierras dentro del bloque de Samore son tierras sagradas y ancestrales de los u'was", sostuvo.
Los u'was mantienen un litigio con la compañía petrolera desde 1995, cuando un tribunal colombiano desestimó una sentencia previa que favorecía al grupo indígena.
Los u'was insisten en sus derechos a la supervivencia cultural y a un ambiente sano, y a impedir la explotación petrolera en su territorio.
La comunidad exige que el gobierno y la compañía reconozcan su derecho a rechazar o aceptar la actividad petrolera en su territorio como condición previa al diálogo.
"Exigimos que el gobierno colombiano suspenda permanentemente el permiso de prospección petrolera que tiene Occidental en nuestras tierras", declaró Roberto Cobaria, presidente de la Autoridad Tradicional U'wa, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA).
"Preferimos morir con dignidad, protegiendo la tierra que consideramos sagrada, en lugar de perder todo aquello que nos convierte en u'was", advirtió.
La amenaza de suicidio tiene una historia de 300 años. La leyenda afirma que una comunidad de u'was saltó de un precipicio a fines del siglo XVII para evitar la colonización española.
La prospección en Colombia representa una amenaza similar a la de otros proyectos de explotación de petróleo en el mundo que provocaron "enfermedades, muerte y destrucción cultural", según el aviso del diario.
"Tragedias humanas y ecológicas documentadas en lugares como Ecuador, Nigeria y Birmania, revelan una tendencia inconfundible. Cuando las grandes compañías petroleras ganan, los pueblos indígenas y los sistemas ecológicos son sacrificados", añade el aviso.
Las organizaciones ecologistas, entre ellas Coalición Amazonia, Sierra Club y Red de Acción de la Selva Tropical, mencionan los efectos causados por las compañías petroleras en otras zonas de la Amazonia, fuera del territorio de los u'was.
"La decadencia cultural, la contaminación tóxica, la invasión territorial y la deforestación masiva causaron estragos en decenas de culturas indígenas y millones de hectáreas de selva tropical", aseguraron.
Líderes u'was temen que la actividad petrolera aumente drásticamente la violencia en su territorio. Grupos guerrilleros atacaron más de 500 veces en los últimos 11 años gasoductos cerca de sus tierras, derramando más de 1,7 millones de barriles de petróleo en la tierra y los ríos, señalan ecologistas.
El gobierno respondió a los ataques reforzando su presencia militar.
La compañía petrolera argumenta que la mayoría de los u'was aceptan la prospección en sus tierras. "Los u'was están divididos y las personas que hablan con los grupos ecologistas no son la mayoría", dijo Meriage a IPS.
Pero Cobaria niega que la mayoría de los u'was estén a favor de la explotación petrolera y asegura que Occidental fomenta la división de la tribu. La compañía brindó apoyo, por medio de becas, por ejemplo, a ciertos miembros indígenas, sin la autorización de las autoridades de la comunidad, sostuvo.
"Tenemos la impresión de que, con estas medidas, pretenden crear un conflicto en nuestro pueblo", dijo.
El año pasado, la OEA respaldó a los u'was en un informe encargado por el gobierno de Colombia. Un grupo de expertos y la estadounidense Universidad de Harvard exhortaron a la compañía a suspender "inmediata e incondicionalmente" la prospección en el bloque de Samore.
Cuando el informe fue divulgado, Occidental ofreció suspender sus operaciones temporalmente este año, pero agregó que es el gobierno colombiano el que debe decidir sobre el destino del proyecto.
Mientras, el Ministerio de Minas colombiano declaró que "la actividad petrolera en la zona no cesará". (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/aq-lp/en/98