Gran cantidad de productos naturistas que se venden en almacenes especializados, supermercados y mercados ambulantes de México pueden representar un serio riesgo para la salud de los consumidores de acuerdo a un estudio dado a conocer en esta capital.
La investigación fue realizada por investigadores de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de México y consistió en el análisis microbiológico de 20 productos naturistas obtenidos en diversas zonas de la capital mexicana.
Los investigadores revelaron que la mayoría de los productos analizados estaban contaminados con abundantes microorganismos patógenos que superaron con creces los límites microbiológicos máximos permitidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las plantas medicinales y los productos que las contienen no cumplen con las exigencias de la Ley Federal de Salud para un medicamento, pues no especifican en la etiqueta la razón social del fabricante y el registro, los ingredientes que contiene y la cantidad de cada uno de ellos por cápsula o tableta.
"Es preocupante que existan productos que anuncian incremento de la potencia sexual y que contienen estricnina, sustancia que en bajas concentraciones incrementa la frecuencia cardiaca, pero que en concentraciones mayores puede ser letal", dijo la profesora María de Lourdes Garzón Serra.
Garzón integra el Departamento de Sistemas Biológicos de la Unidad Xochimilco y desarrolla la investigación junto con los profesores Artemisa Romero Martínez y Guillermo James Molina.
De acuerdo con Garzón, se puede afirmar que el mercado de los productos naturistas "es caótico", no sólo en México, sino en todo el mundo.
"En nuestro país no existe un marco jurídico que los regule. En la Ley General de Salud estos productos no están contemplados y, por lo tanto, no se puede implantar o llevar a cabo una norma que regule su mercado", sostuvo.
El mismo grupo de investigadores descubrió en octubre de 1994 que 74 por ciento de esos productos no contaban con registro de salubridad, 16 por ciento estaban registrado como alimentos, 1,2 por ciento tenían registro de medicamento y el resto, 8,8 por ciento, contaba con registros de países de América Central.
Garzón consideró necesario que las autoridades de salud mexicanas se dediquen a elaborar normas de control de calidad para plantas medicinales y productos naturistas, y que éstos indiquen en su formulación todos los ingredientes y sus concentraciones.
Además, sugirió que la Ley General de Salud contemple disposiciones que permitan la fabricación y venta de los productos naturistas que no pongan en riesgo la salud de las personas que los consumen. (FIN/Consumers International-IPS/98