La política de bloqueo económico y aislamiento político aplicada por Estados Unidos contra Cuba parece haber entrado en una crisis definitiva tras la visita a la isla del papa Juan Pablo II, según observadores.
Las señales llegan a este país socialista desde otras naciones, organismos internacionales, e, incluso, desde los propios Estados Unidos, a una velocidad que era difícil prever meses atrás.
El peregrinaje papal no logró provocar la caída inmediata del gobierno de Fidel Castro, como auguraron algunos analistas, pero ocasionó una verdadera revolución en el tratamiento del caso cubano fuera de la isla.
El pontífice criticó abiertamente las medidas unilaterales aplicadas por Washington contra La Habana desde 1962 y pidió "que el mundo se abra a Cuba y que Cuba se abra con todas sus magníficas posibilidades al mundo".
Al parecer, los que tenían interés en acercarse y no lo hacían para no enfrentar posibles represalias económicas de Washington encontraron en el pedido del Papa la justificación perfecta.
Al mismo tiempo, los que persiguen la reinstauración de una democracia al estilo de los sistemas predominantes en América Latina en la isla tropezaron con la polémica sobre cuál debe ser el método: aislar o acercar.
La tesis del acercamiento parece cobrar fuerza junto al argumento de que 36 años de bloqueo es bastante para demostrar la ineficiencia de una política que tiene como objetivo el fin del socialismo cubano.
El canciller de Chile, José Miguel Insulza, dijo en vísperas de la II Cumbre de las Américas que el papa Juan Pablo II "consiguió más cosas (en Cuba) con un viaje", que la Organización de Estados Americanos (OEA) con su prolongada política de exclusión del gobierno de Castro.
Cuba, separada de la OEA desde 1962, fue también el único país excluido de la cumbre hemisférica el pasado fin de semana en Santiago de Chile. Pero la cuestión cubana estuvo presente en las sesiones, en los encuentros bilaterales y en la clausura.
El primer ministro de Canadá, Jean Chrétien, anunció que visitará la isla el próximo lunes y el martes, Barbados pidió a nombre del Caribe la completa reinserción de Cuba y el presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, calificó la presencia cubana de esencial para hablar de América como una sola.
Pero Cardoso también se preguntó por qué el gobierno de Castro "no da pasos de democratización" si avanzó tanto en materia social.
En círculos oficiales de Cuba se empieza a hablar como nunca antes de la existencia de una coyuntura favorable al levantamiento del bloqueo, aunque reconocen que aún podría tomar tiempo.
"Estados Unidos se queda cada día más sólo", dijo el martes en Ginebra la viceministra cubana de Relaciones Exteriores, Mery Flores, tras la victoria de Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas.
Por primera vez desde que en 1992 la cuestión cubana se convirtió en un punto de la agenda de esa comisión, fue rechazada la moción de condena contra La Habana promovida por Washington por 19 votos en contra, 16 a favor y 18 abstenciones.
Ese mismo día, República Dominicana y Cuba anunciaron el restablecimiento de relaciones diplomáticas, interrumpidas en junio de 1959, siete meses después del triunfo de la Revolución liderada por Castro.
La decisión se sumó a otra similar anunciada por Guatemala el 27 de enero. España nombró este mes embajador en La Habana, lo que puso fin a la crisis diplomática que comenzó en 1996. México solicitó este martes el reingreso de Cuba a la OEA.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba informó que, con la apertura de la representación de República Dominicana, Cuba matiene relaciones de algún nivel con 164 países, incluidas las oficinas de intereses de Estados Unidos, Costa Rica y Honduras.
En América Latina, solo El Salvador no ha establecido ningún tipo de nexo con Cuba.
Los cuestionamientos al bloqueo empiezan a cobrar fuerza incluso entre los grupos de oposición al gobierno de Fidel Castro que dentro de la isla actúan en la ilegalidad con una estructura muy fragmentada.
Con ese fin, la opositora Corriente Socialista Democrática Cubana convocó un foro abierto sobre la política de Estados Unidos hacia la isla por considerarla un obstáculo para la democratización de Cuba, según su presidente Manuel Cuesta.
El Consejo Económico Comercial Estados Unidos-Cuba, organización con sede en Nueva York que proporciona información sobre la isla a más de 300 empresarios estadounidenses, informó que unos 2.000 ejecutivos de ese país viajarán este año a La Habana.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos, junto con congresistas y personalidades estadounidenses, dispuso a comienzos de año la creación en ese país de un grupo de presión contra el bloqueo.
El aumento del interés hacia el mercado cubano en el mundo de los negocios constituye una tendencia que, de continuar, podría repercutir en un levantamiento paulatino del bloqueo, de acuerdo con expertos cubanos.
"No es ni siquiera controvertido entre nuestros asociados. Hay un amplio y creciente convencimiento de que nuestra política hacia Cuba no tiene sentido", dijo al diario Herald Tribune John Howard, director de política internacional de la Cámara de Comercio de Estados Unidos. (FIN/IPS/da/mj/ip/98