CUBA: Chile se aleja de la posición de Estados Unidos

El nuevo enfoque del gobierno de Chile sobre Cuba se aleja de Estados Unidos, como lo demuestran su actitud en la última votación de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la negociación de un acuerdo comercial con la isla.

"Llegó la hora de enfrentar con un nuevo enfoque el caso cubano", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, José Miguel Insulza, al explicar por qué Chile se abstuvo el martes en la votación sobre Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

El proyecto de resolución que presentó una vez más Estados Unidos, de condena al gobierno de Fidel Castro, fue rechazado en la comisión, que tiene su sede en Ginebra, por 19 votos en contra, 16 a favor y 18 abstenciones.

El gobierno chileno, que en años anteriores había respaldado a Washington, optó ahora por la abstención, tal como el propio Insulza lo había anunciado hace una semana en Santiago a Madeleine Albright, secretaria de Estado estadounidense.

Albright acompañó al presidente Bill Clinton en la visita oficial que éste hizo a Chile el jueves y viernes de la semana anterior y en la II Cumbre de las Américas, celebrada el sábado y el domingo en Santiago.

El tema de Cuba, no previsto en las agenda bilateral Chile- Estados Unidos ni en el temario de la cumbre de 34 gobernantes, fue sin embargo uno de los más tratados en diálogos bilaterales y en los discursos de algunos mandatarios en la reunión de Santiago.

El vicecanciller chileno Mariano Fernández señaló este miércoles su coincidencia con los planteamientos que sobre el caso cubano hizo en la clausura de la cumbre el presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso.

Cuba tiene importantes avances en la salud, la educación y el desarrollo social, temas fundamentales abordados en la cumbre, y ahora se trata de que avance hacia la democratización para que se reintegre a la comunidad americana, indicó Cardoso.

El gobierno de Eduardo Frei considera que la exclusión de Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA) desde 1962 y las presiones económicas contra el régimen de Castro han sido contraproducentes.

Así lo manifestó Insulza en vísperas de la cumbre, al apuntar que el Papa Juan Pablo II hizo más con un solo viaje a Cuba por la apertura del gobierno socialista que los casi 40 años de presiones a través de la OEA y Estados Unidos.

Insulza comentó que se necesitan gestos unilaterales, tanto de Cuba como del resto de América, para avanzar hacia soluciones que aparecen empantanadas.

La abstención en la ONU fue una señal categórica en ese sentido, luego de que en años anteriores Chile advirtiera, pese a apoyar las resoluciones condenatorias a Cuba, que el tema de los derechos humanos no tenía un adecuado tratamiento.

La delegación chilena insistió nuevamente en que reprueba la violación de libertades atribuida al gobierno de Castro, pero dijo que el proyecto de resolución estadounidense respondía "una vez más a criterios propios de la existencia de viejos conflictos bilaterales, marcadamente ideologizados".

El nuevo enfoque del caso cubano del gobierno de Frei busca precisamente "desideologizar" los esfuerzos en pro de una apertura política en la isla y apuntan a potenciar los cambios que el gobierno socialista impulsa en la economía.

La consigna es priorizar la cooperación y en ese ámbito Chile y Cuba esperan iniciar formalmente en el segundo semestre de este año las negociaciones para un acuerdo parcial de comercio, según anunció Insulza a comienzos de esta semana.

Será sin duda un acuerdo muy particular entre un país de economía de mercado y otro de planificación centralizada, que no se enmarcará por tanto en las pautas de los tratados de libre comercio consagrados en todo el continente.

La Cuba socialista no está llamada a formar parte del Area de Libre Comercio de las Américas, el proyectado tratado continental que comenzará a dar frutos en el 2005, según consenso de la cumbre de Santiago.

Pero libre comercio e integración económica no son necesariamente sinónimos, y en el caso de Cuba y Chile se tratará de buscar un intercambio complementario de alcance parcial que contribuya a fortalecer la cooperación bilateral.

Juan Gabriel Valdés, director general de Relaciones Económicas de la cancillería chilena, indicó que las conversaciones con los cubanos comenzaron hace un año y que ya se intercambiaron los primeros borradores de listas de desgravación.

Los empresarios chilenos, detractores en su gran mayoría del régimen socialista cubano, están participando en las consultas preliminares y entregaron nóminas de productos locales para las futuras listas de comercio preferencial con la isla caribeña.

La Ley Helms-Burton de Estados Unidos, que prevé sanciones para las empresas de terceros países que inviertan o comercien con bienes expropiados por Cuba a ciudadanos o empresas estadounidenses, es ignorada en Chile y se la considera un contrasentido con la retórica de Clinton en favor del libre comercio. (FIN/IPS/ggr/ff/ip-hd/98

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