El acuerdo marco que suscribirán el día 16 la Comunidad Andina (CA) y el Mercado Común del Sur (Mercosur) tiene un abanico de objetivos en materia de cooperación y coordinación que se suman al proyecto de instituir una zona de libre comercio entre los nueve países de los dos bloques.
El documento recibirá el respaldo formal de los presidentes de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela durante la X Cumbre de la CA, que se realizá este sábado y el domingo en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, antes de ser rubricado en Buenos Aires.
El texto de cuatro páginas del acuerdo marco fue consensuado en una reunión especial de los dos bloques, el 4 de marzo en Lima, y será firmado por cancilleres y ministros de Comercio en Argentina por especial pedido de su mandatario, Carlos Menem, presidente durante este semestre del Mercosur.
El acuerdo marco es en realidad la salida política a una frustración: la falta de resultados en las negociaciones iniciadas en 1995 e intensificadas en 1997 para tener desde este año en operación un paulatino derribo de los aranceles en el intercambio de bienes entre los dos grupos.
Las inamovibles divergencias técnicas en aspectos medulares como el porcentaje de los componentes nacionales de cada producto para ser eximido de aranceles, los plazos de desgravación, el manejo de sectores sensibles como el agrícola y el automotor forzaron la redimensión de la negociación.
El acuerdo fija dos fases para la liberalización comercial, recogidas en el título II del documento. Hasta el 30 de septiembre una Comisión Negociadora especial discutirá la extensión a todos los participantes de las preferencias arancelarias concedidas en forma bilateral entre los países.
La consolidación y multilateralización del llamado patrimonio histórico en la apertura entre Argentina, Brasil, Paraguya y Uruguay, los miembros de Mercosur, y los de la CA, será operativa desde octubre y servirá de piso negociador para la desgravación del resto del universo arancelario.
El mandato a la comisión negociadora es que el primer día del 2000 debe estar pactada y entrar en vigor la zona de libre comercio, pero el acuerdo no se pronuncia sobre ninguno de los puntos que obstaculizaron el avance en 1997.
Bolivia actuará como observador activo en la negociación porque desde abril de 1997 tiene en vigor un acuerdo de desgravación con Mercosur, para el que recibió el beneplácito de la CA y que deberá converger en el convenio general más adelante.
Además, los dos bloques aspiran a que Chile se sume al área desgravada sudamericana, con lo que se complementaría el derribo de las fronteras comerciales en el sur del continente, con la excepción de Guayana y Suriname, que geoestratégicamente integran la anglohablante Comunidad del Caribe.
Chile también tiene en vigor un acuerdo de libre comercio con el Mercosur, con el que desarrolla un paulatino proceso de inserción, y su comercio con la CA se regula por convenios de liberalización bilateral con todos los países, excepto con Perú, por atrasos en la negociación respectiva.
En su primer título, el acuerdo marco fija otros cinco objetivos específicos, además de la "expansión y diversificación del intercambio comercial y la eliminación de los gravámenes y las restricciones que afecten el comercio recíproco".
El primer objetivo es establecer un marco jurídico e institucional de cooperación e integración económica y física para crear un espacio económico sudamericano ampliado, que impulse la libre circulación de bienes y servicios y facilite la competencia y equidad entre los productores de los dos bloques.
El segundo se refiere a la promoción y desarrollo de la infraestructura física en América del Sur, con énfasis en la conformación de "corredores de integración", lo que, se asegura, diminuirá costos y brindará ventajas competitivas para el comercio entre sus países y con el resto del mundo.
Un tercer objetivo es establecer un marco normativo para promover e impulsar las inversiones recíprocas entre los agentes económicos de los dos bloques.
Las otras dos metas son la completamentación y cooperación económica, energética, científica y tecnológica, y la promoción de la coordinación de las dos partes en el proceso de integración hemisférica y en los foros multilaterales.
Este último punto implica que la CA y el Mercosur mantendrán una especial cercanía en la negociación hacia la construcción del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), cuyas negociaciones serán lanzadas el día 19, durante la II Cumbre Hemisférica, que tendrá lugar en Santiago.
Pero el secretario general de la CA, Sebastián Alegrett, precisó a IPS que los dos bloques mantendrán su propio perfil negociador. Lo que habrá, explicó, son "muchos vasos comunicantes" entre las posiciones de los dos bloques.
Para conseguir esos objetivos, el acuerdo marco establece en su título III una siete iniciativas concretas, como la promoción de reuniones empresariales, el fomento de todo tipo de actividades que impulsen el comercio entre los dos grupos y el impulso de medidas que faciliten el intercambio.
También se comprometen a un intercambio sistemático de información sobre las políticas comerciales de cada grupo, el marco institucional de esas políticas, los sistemas de transporte y vías de comercialización y las ofertas y demandas de productos.
Además, promoverán la complementación e integración industrial y el uso eficiente de sus recursos mutuos en ese sector, mientras que examinarán la suscripción de acuerdos especiales de promoción de inversiones y de eliminación de doble tributación que fortalezcan los acuerdos bilaterales existentes entre los países.
Por último, los gobiernos de los dos bloques desarrollarán acciones conjuntas en materia de investigación científica y tecnológica y mantendrán una permanente información y cooperación en áreas como patentes, licencias, intercambio de bienes, materiales, equipos y servicios requeridos en ese sector.
La negociación de todos estos objetivos deberá ser "entre pares", pese a la diferencia de dimensión de los dos bloques, que operan como unidades aduaneras y tienen como su meta la conformación de respectivos mercados comunes.
El Mercosur aglutina en 11 millones de kilómetros cuadrados a 200 millones de personas, un producto interno bruto (PIB) de 900.000 millones de dólares y un comercio intrazonal de 20.000 millones de dólares, según cifras suministradas esta semana aquí por dirigentes empresariales del bloque.
En tanto, la CA reúne a 104 millones de habitantes en cuatro millones de kilómetros cuadrados, con un PIB de 248.000 millones de dólares y un intercambio liberalizado de 5.785 millones de dólares. (FIN/IPS/eg/mj/if/98