El presidente de Perú, Alberto Fujimori, notificó a la Comunidad Andina que este país seguirá adelante su asociación con el foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC), y aseguró que esta participación no le generará conflicto de intereses con sus socios andinos.
Por el contrario, el mandatario peruano considera conveniente asociar ambos procesos de integración y en la última cumbre andina, realizada en Guayaquil, Ecuador ofreció a Perú como puente de enlace entre ambos esquemas de integración.
"Los países andinos no deben temerle a ningún otro bloque comercial del mundo, por grande y agresivo que sea, pues tenemos que encarar el desarrollo dentro del marco de un mundo cada vez mas globalizado", dijo Fujimori al regresar de Guayaquil.
En la cumbre andina, el presidente peruano sostuvo que "en el proceso actual de globalización económica mundial, el proteccionismo y las medidas restrictivas deben dar paso a una mayor liberalización del intercambio de bienes y servicios".
"Las palabras de Fujimori indican que el gobierno de Perú seguirá demandando a sus socios andinos que radicalicen y aceleren el proceso de apertura y liberalización", manifestó el analista Hugo Aquino, de la publicación especializada Avance Económico".
"Eso significa que probablemente recrudecerán en el futuro las diferencias de ritmo y de metas, como la divergencia sobre aranceles, que comenzó como una discusión técnica y se convirtió en un desacuerdo político que perturbó el proceso de integración andina en los últimos años", recordó Aquino.
En todo caso, en Guayaquil, los presidentes de Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela no hicieron conocer su opinión sobre la futura asociación del bloque andino con la APEC propueta, de manera un tanto difusa, por el mandatario peruano.
La Comunidad Andina es una unión aduanera que marcha hacia la conformación de un mercado común, lo que implica la existencia de un espacio comercial protegido y con aranceles únicos para el intercambio con el resto del mundo.
El Grupo Andino, antecesor de la Comunidad, nació en mayo de 1969, como un esfuerzo de cinco países sudamericanos de menor desarrollo relativo para protegerse de los "gigantes" de la región: Brasil, Argentina y México.
Casi 30 años después, con un intercambio recíproco anual de 5.556 millones de dólares, el bloque andino se ve obligado ahora a considerar como se relaciona, con el menor daño posible, con los demás espacios económicos del planeta, por la tendencia globalizadora que impera en la economía mundial.
La APEC, por su parte, está conformada por 18 países ribereños del océano Pacífico, entre los que se cuentan Estados Unidos, México, Chile, Australia, Japón y varias naciones asiáticas. Es la zona de más rápido crecimiento industrial y reclama a sus asociados una recíproca apertura comercial total.
Los analistas consideran que mientras la Comunidad Andina mantenga su característica de mercado interior protegido, no será admisible que uno de sus miembros se abra totalmente a la penetración de las mercancías de los exportadores más agresivos del planeta.
Es cierto que el conflicto no será inmediato, pues la APEC ha concedido a Perú 22 años de plazo para liberalizar su comercio.
Por otro lado, la Comunidad Andina hace esfuerzos para superar el esquema defensivo de integración con el que nació y en la cita de Guayaquil se consideró la posibilidad de asociarse con otros bloques mundiales, especialmente con el Mercado Común del Sur (Mercosur), formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
En las conversaciones con el Mercosur y en el diseño de los planes para conformar el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), en la que participaría Estados Unidos, se advierte que los negociadores andinos manejan con prudencia el tema de las asociaciones con otros bloques.
El secretario general de la Comunidad Andina, el venezolano Sebastian Alegrett, tampoco tocó la cuestión de las relaciones con los países de la APEC cuando se refirió al avance del proceso en un mundo cada vez más globalizado, en declaraciones para la Cadena Peruana de Noticias (CPN).
"Debemos marchar hacia un modelo de integración más exigente, que tome en cuenta todos los factores que intervienen en la producción, incluyendo las finanzas, las relaciones sociolaborales, el comercio de servicios", sostuvo.
"Se debe considerar que estamos dentro de una concepción de regionalismo abierto. No se trata de alcanzar una integración defensiva, como aspirábamos en la primera época del Grupo Andino, sino de ampliar nuestras actividades hacia escenarios mayores", añadió.
El secretario general de la Comunidad Andina dijo que "el diseño de una política exterior común y la expansión de las relaciones externas es fundamental" y se trabaja no sólo en "la asociación con el Mercosur sino que se proyecta también la atención inmediata hacia América Central, el Caribe y Canadá". (FIN/IPS/al/ag/if/98
