Nicolás Rodríguez, guerrillero desde los 10 años y partidario al parecer del diálogo de paz con el gobierno, se puso al mando del insurgente ELN de Colombia, tras la muerte de su jefe, el sacerdote español Manuel Pérez.
El fallecimiento de Pérez, comunicado el lunes por el ELN (Ejército de Liberación Nacional), dio lugar a una serie de hipótesis de autoridades y analistas sobre la posibilidad de negociaciones entre ese grupo y el gobierno, anunciada en un acuerdo preliminar que las partes firmaron el 9 de febrero.
Ese pacto preliminar fue firmado en Madrid, cinco días antes de la muerte de Pérez, y el 30 de marzo, el ELN resolvió interrumpir los contactos de paz, arguyendo que el gobierno y los candidatos a las elecciones presidenciales de mayo lo utilizaban para su beneficio político.
Según el ELN, los contactos no se reanudarán hasta la instalación de un nuevo gobierno, el 7 de agosto.
El Comando Central del ELN informó el lunes que el mando de la organización insurgente queda en manos de Rodriguez, de 48 años, alias "Gabino", y que la jefatura militar será compartida por Antonio Garcia y Pablo Beltrán.
Rodríguez, jefe militar en los últimos años, estuvo identificado por las Fuerzas Armadas como cabecilla del "ala dura" del ELN. Pero, según el gobernador del occidenral departamento del Valle, Gustavo Alvarez, promueve ahora el diálogo de paz.
"Nosotros no somos guerreristas…no queremos la guerra" y quienes tienen que plantearse "en serio" el problema de la paz "son los dueños del poder", dijo Rodríguez a periodistas de la redioemisora Radionet en septiembre de 1997.
En cuanto a García, era el encargado de las relaciones internacionales del ELN y fue portavoz del grupo en el fracasado diálogo de paz de Caracas, en 1991 y de Tlaxcala, México, en 1992.
Las fuerzas de seguridad atribuyen a García el proyecto de financiar al ELN mediante la extorsión a multinacionales petroleras.
Rodriguez y García, según asegura el politólogo Luis Valencia, son los referentes de una produnda división en el mando del ELN "que era neutralizada por 'el cura' Pérez".
Valencia, de la Universidad de Los Andes, el principal centro privado de educación superior de Colombia, dijo a IPS que la demora de la reestructuración de la cúpula de la organización guerrillera evidencia "las dificultades que (los guerrilleros) tuvieron para su definición".
El ELN informó el lunes que Pérez murió "en las montañas de Colombia" a causa de una hepatitis, el 14 de febrero.
Valencia considera igualmente "significativo" el hecho de que el ELN designara un jefe político y dos líderes militares para reestructurar su dirección.
El gobernador Alvarez expresó confianza en que Rodríguez "pueda consolidarse en la jefatura".
Al respecto, Alvarez explicó que el nuevo jefe político del ELN demostró en documentos que le hizo llegar para explorar la posibilidad de un acuerdo regional de paz "un conocimiento sobre la situación colombiana" que lo pondrían en condiciones de negociar un acuerdo con el gobierno.
El ELN, segunda fuerza guerrillera del país, después de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), puntualizó que el pacto firmado en Madrid "se encuentra suspendido en sus procedimientos, pero no en su contenido".
El consejero presidencial para la paz, José Noé Ríos, representante del gobierno en la firma del preacuerdo, espera que "no ocurra ningún cambio, puesto que por encima de la nueva estructura de la organización insurgente está la intencionalidad política", que es avanzar en la negociación.
Francisco Galán y Felipe González, portavoces del grupo insurgente, afirmaron que la reestructuración de la cúpula no implican "cambios profundos, y se mantienen las definiciones emanadas del último Congreso" del ELN.
Esas definiciones estarían relacionadas con la aplicación de "un nuevo modelo de solución política" para el conflicto armado.
El ELN se había negado hasta el preacuerdo de Madrid a negociar con el gobierno de Ernesto Samper, instalado en 1994, mientras concentraba sus operaciones en el ataque a la infraestructura petrolera, que sufrió 600 atentados en los últimos cinco años, en el secuestro y la extorsión a las compañías petroleras.
Según Valencia, la firma del preacuerdo expresó un cambio orientado hacia "la politización" del accionar del grupo armado.
El fallecido Pérez había llegado a Colombia en 1967, en compañía de los también sacerdotes José Jiménez y Domingo Laín, con quienes comenzó a trabajar en el barrio Chambacú, un área marginal de la norteña ciudad de Cartagena.
Sus ideas socialistas lo llevaron a promover la Teología de la Liberación y a crear con otros sacerdotes el grupo Golconda, que organizó varias manifestaciones populares.
En 1968 fue expulsado del país, pero regresó de modo clandestino un año más tarde, para unirse al ELN. Según sus biógrafos, el ex sacerdote Pérez se incorporó a la guerrilla influenciado por el pensamiento del presidente cubano Fidel Castro, de Ernesto "Che" Guevara y del sacerdote guerrillero colombiano Camilo Torres.
Militó disciplinadamente en las bases del ELN hasta que en 1983 fue promovido a la cúpula de esa organización. Impuso entonces una nueva estrategia militar, basada en ataques a la infraestructura petrolera justificados en nombre de la "soberanía nacional".
"Pese a su radicalismo, (Pérez) era un hombre que sufría profundamente el dolor ajeno, aún generándolo", observó el sociólogo Alfredo Molano.
El gobierno responsabiliza al ELN de ataques indscriminados a la población civil con minas antipersonales. (FIN/IPS/yf/ff/ip/98