Las elecciones locales introducidas en China a comienzos de los años 80, en lo que algunos llamaron "la revolución silenciosa", podrían estimular demandas de comicios similares en niveles superiores del sistema político, según una analista británica.
Los comicios locales son bastante controvertidos aún. Aunque muchos observadores nacionales los aprueban, otros opinan que son sólo hechos simbólicos para acallar las críticas internacionales contra el gobierno por la falta de democracia y de respeto a los derechos humanos.
La introducción de las elecciones locales fue acompañada por el colapso del antiguo sistema de comunas, bajo el cual las autoridades municipales designaban funcionarios rurales del Partido Comunista para hacer cumplir las cuotas de granos, de trabajo y el pago de impuestos.
Un nuevo estudio de la académica británica Jude Howell, de la Facultad de Estudios de Desarrollo de la Universidad de East Anglia, Noruega, reveló que una de las causas de la introducción de las elecciones locales fue la creciente desigualdad entre comunidades rurales y entre áreas rurales y urbanas.
Otros motivos fueron las disputas por tierras y la resistencia a las demandas estatales de granos e impuestos.
"Algunas localidades se habían rebelado a las cuotas obligatorias de granos", sostuvo Howell en su documento, titulado "Autogobierno local en China: ¿Una revolución silenciosa?".
El arraigo de las reformas democráticas en las aldeas de China resultó evidente cuando Panos Features visitó Lianhe, donde el entusiasmo por la votación era aparente.
Zhang Qiushuang estuvo entre el primer grupo de aldeanos que emitieron su voto en las últimas elecciones, el 16 de enero de 1995.
A primera hora del día de la elección, Zhang llevó su papeleta y la de su esposo a un centro de votación. Ambos las habían marcado el día anterior.
"Ese fue un día inolvidable", expresó Zhang. No sin razones: en los tres años transcurridos desde entonces, el comité local invirtió el equivalente a 36.000 dólares en la remodelación y equipamiento de la escuela primaria del pueblo.
Los 30 salones de clase fueron hechos a nuevo y la escuela tiene ahora nuevos equipos electrónicos y audiovisuales.
También se construyó un jardín de infantes a un costo de 24.000 dólares, y las principales calles de la localidad fueron pavimentadas.
El ingreso anual por habitante aumentó en Lianhe de unos 3.200 dólares en 1995 a 4.800 dólares este año. Gran parte del dinero procede de las 11 empresas locales, entre ellas una fábrica de remolques.
Elecciones locales como éstas concitaron el interés de muchos gobiernos y fueron objeto de gran publicidad en los últimos años. Beijing incluso invitó a académicos y periodistas extranjeros a observar los comicios como forma de promover su deteriorada imagen en relación a los derechos humanos.
Pero el experimento de China con la democracia tiene varias deficiencias. En algunos lugares, el recuento de los votos tuvo lugar en piezas alejadas de la vista de los votantes.
Además, la decisión de introducir o no el voto secreto quedó en manos de autoridades provinciales y otras de inferior categoría, según Howell.
El analfabetismo también plantea un problema, ya que parientes o amigos de aquellos que no saben leer ni escribir deben leer en voz alta y luego escribir el nombre de los candidatos elegidos por ellos.
Sin embargo, hay algunos aspectos positivos que no deben pasarse por alto, destacó Howell.
"Es bastante fácil tentarse a condenar estas elecciones por no ser 'libres y justas' y considerar el autogobierno local como una mera estrategia de propaganda", señaló.
"No obstante, existe un considerable y auténtico apoyo dentro del Partido, el gobierno central y las localidades hacia un sistema más representativo y transparente de gobierno local", observó la autora.
Por ejemplo, en 1995 más de 1,3 millones de personas votaron sólo en los suburbios de Beijing, y eligieron a 4.350 presidentes, 1.570 vicepresidentes y 11.442 miembros de comités locales.
De los líderes elegidos, 3.385 o 77,8 por ciento eran miembros del Partido Comunista, 2.535 o 58,3 por ciento eran menores de 45 años, y 627 o 14,4 por ciento eran mujeres.
"Las elecciones directas y democráticas constituyen una reforma política clave en las áreas rurales de China, y ponen fin a la práctica de la designación directa de los funcionarios locales por los gobiernos municipales", señaló Wang Zhenyao, un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Civiles.
La localidad constituye la menor división administrativa de China. Una localidad promedio tiene una población de 1.000 personas y una grande puede tener varios miles.
Por encima de las localidades, en la estructura piramidal de poder, se encuentran los municipios, los condados, las ciudades o prefecturas, las provincias y, finalmente, el gobierno central.
Parece probable un mayor desarrollo del autogobierno local en China, dado que está en el interés tanto de líderes partidarios como de votantes rurales, opinó Howell.
Los políticos son conscientes de que la insatisfacción de los habitantes rurales debe ser expresada en "una forma contenible, y no incontrolable", añadió.
También existe la necesidad de "extraer recursos de los productores rurales de la manera menos conflictiva y más efectiva posible", así como de responder a las críticas internacionales en el plano de los derechos humanos.
Así mismo, arguyó Howell, las ideas y los valores democráticos bien podrían enraizarse en la conciencia china, estimulando nuevas demandas de transparencia y representatividad.
Howell prevé que la expulsión de líderes impopulares y el cuestionamiento de prácticas injustas por los habitantes de las localidades podrían producir un efecto de bola de nieve, con demandas de elecciones directas en áreas urbanas y niveles más altos del sistema político. —— (*) IPS pone a disposición de sus suscriptores este material por un acuerdo de distribución con la institución internacional de comunicación Panos Features, de Londres. (FIN/PANOS/tra-en/zb/dds/ml/ip-hd/98