CANADA: Dos megabancos en problemas antes de nacer

El gobierno de Canadá está sometido a una fuerte presión para rechazar fusiones que dejarían en poder de dos megabancos el control de 70 por ciento del sistema bancario del país.

El Toronto Dominion Bank y el Canadian Imperial Bank anunciaron su fusión este mes, mientras que el Bank of Montreal y el Royal Bank habían confirmado en enero su propósito de unirse en una sola empresa.

Los planes desataron una inmediata reacción de grupos de consumidores, sindicatos, pequeñas empresas y organizaciones que luchan contra la pobreza, que bajo el alero de la Coalición Canadiense de Reinversión Comunitaria presionan al gobierno para que rechace estas operaciones.

"Toda la evidencia demuestra que los bancos más grandes cobran más y sus servicios son peores. Y esto se debe, al menos en parte, a que despiden millares de empleados y cierran sus sucursales", dijo el portavoz de la Coalición, Duff Conacher.

El presidente del otro banco "grande" de Canadá, el Scotiabank, Peter Godsoe, también intervino en el debate anunciando que se opone a las fusiones, cuyo impacto sobre el mercado laboral será la eliminación de 650.000 empleos.

"Pienso que es anticompetitivo reducir el número de bancos de cinco a sólo tres. En la mayoría de los países no lo permitirían", comentó Godsoe.

En Ottawa hay fuerzas políticas que ya se manifestaron en contra del proyecto. Entre ellas miembros del parlamento que forman parte de la alianza oficialista Liberal y representan a zonas rurales o urbanas de bajos ingresos, donde las sucursales de los grandes bancos se están cerrando.

En lugar de la sucursal, se instalan servicios de banca electrónica y cajeros automáticos.

Pero otra ala de la alianza Liberal impulsa los proyectos de fusión y, según medios locales, le pidió al ministro de Finanzas, Paul Martin, que los endose con su aprobación. "Llega el momento de aceptar lo inevitable y tratar de obtener los mejores resultados posibles", comentó una fuente del partido Liberal.

Una empresa de corretaje que opera en Bay Street, en el corazón financiero de Toronto, advirtió que si las fusiones fracasan podría generarse un quiebre en la bolsa de valores, ya que los inversionistas canadienses comprometieron colocaciones por miles de millones tras el anuncio de los bancos.

Pero el anuncio de desastre no conmueve a algunos observadores, como el propio ministro Martin, quien espera el resultado de dos comisiones investigadoras antes de anunciar una decisión del gobierno.

"No habrá fusiones en el sector bancario hasta convencernos de que es lo mejor para los canadienses, y nadie nos va a apurar en la toma de una decisión sobre este asunto", dijo el ministro.

Pero la dirigente del pequeño partido de los Nuevos Demócratas, Alexa McDonough, quien se opone a las fusiones, dijo que los megabancos ya no podrán evitarse si el ministro se queda esperando los informes en vez de actuar de inmediato para impedir su creación.

Tras la desregulación de los servicios financieros en Canadá, el capital circula libremente por las fronteras y los bancos están en un proceso de internacionalización de sus operaciones. "Ahora es más difícil regular sus operaciones, no sabemos cuánto ganan en sitios como el Caribe", añadió McDonough.

Entretanto, en el sector bancario cooperativo y de las denominadas uniones de crédito o "credit unions", donde uno de cada tres canadienses tienen sus depósitos, el nacimiento de los megabancos es motivo de alegría.

El vicepresidente de la Metro Credit Union de Toronto, Larry Gordon, destacó que podría marcar el final de un período de estancamiento para estas instituciones.

Los grandes bancos abandonarían el mercado de pequeños consumidores en favor de servicios más lucrativos y complejos, como fondos mutuos y transacciones internacionales, afirmó.

Las "credit unions" entregan los mismos servicios que los bancos, pero están gerenciadas por juntas directivas elegidas democráticamente por los miembros. Por esta razón, su mercado está más cerca de la gente común, con préstamos de 5.000 dólares o menos, "un sector que los megabancos no van a tocar".

Por otra parte, se trata de instituciones que mantienen sus sucursales en áreas rurales y suburbios urbanos, entre otras cosas porque sus accionistas no presionan por la obtención de grandes ganancias, como ocurre con los bancos. (FIN/IPS/tra- en/pw/mk/lc/ag/if/98

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