El comercio entre Brasil y Venezuela, impulsado por el petróleo y los tractores, ingresó en un período de acelerada expansión, adelantándose a la negociación del libre comercio entre el Mercosur y los países andinos.
Venezuela ya se convirtió en el principal proveedor petrolero de Brasil, ocupando la posición que le tocó a Argentina en los dos últimos años. En el primer trimestre de este año, suministró 140.000 barriles diarios del crudo, contra 107.000 de Argentina, según datos de Petrobrás, la estatal brasileña del sector.
El comercio brasileño-venezolano creció 27 por ciento el año pasado, alcanzando 1.843 millones de dólares. El petróleo representó 863 millones de dólares, 80 por ciento de las exportaciones de Venezuela, que obtuvo un superávit de 279 millones de dólares, registró la cancillería brasileña.
En el sentido opuesto, se abrieron grandes perspectivas de aumento de las exportaciones brasileñas de bienes de capital. Acaba de ser anunciada una línea de crédito de 106 millones de dólares para la venta de tractores, cosechadoras y otros equipos agrícolas a los estados venezolanos de Barinas y Guárico.
La operación, financiada por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, de Brasil, fue negociada por la empresa de comercio exterior IAT, que desde la década pasada busca oportunidades de negocios en el mercado venezolano.
Veinte empresas serán favorecidas por esas exportaciones, que podrán ampliarse. Para eso el ministro venezolano de Agricultura, Ramón López, y gobernantes de Barinas y Guárico están en Ribeirao Preto, a 320 kilómetros de SFo Paulo, donde tiene lugar esta semana el Agrishow, la mayor feria de tecnología agroindustrial brasileña.
Venezuela se hizo un importante mercado para bienes de capital brasileños porque el país decidió reducir la importación de alimentos y una dependencia del exterior que alcanza casi 70 por ciento del consumo, según directores de IAT.
Ya en el año pasado, Venezuela importó unos 40 millones de dólares en equipos agrícolas. En contrapartida, sus exportaciones petroleras deberán aumentar a un promedio de 145.000 barriles diarios este año, contra 125.000 el año pasado, estimó el embajador brasileño en Caracas, Clodoaldo Hugueney.
El acercamiento bilateral, económico y político se intensificó hace varios años con sucesivos intercambios de visitas presidenciales y de cancilleres desde 1994, además de la cooperación entre las grandes empresas petroleras de ambos países, Petróleos de Venezuela y Petrobrás.
El desarrollo de esas relaciones y sus potencialidades, reflejadas en el creciente comercio, llevó al gobierno venezolano a admitir una adhesión individual al Mercado Común del Sur (Mercosur) con miras a una integración con Brasil, ante los problemas en la Comunidad Andina que entorpecían un acuerdo de integración entre los dos bloques.
Un acuerdo marco firmado hace dos semanas en Buenos Aires apunta a una zona de libre comercio que una el Cono Sur a los países andinos a partir del año 2000, abriendo paso a una intensificación de las relaciones en toda América del Sur, a excepción de Suriname y Guyana.
Pero el empuje del intercambio entre Brasil y Venezuela tiene una dinámica propia por la complementariedad económica, más evidente por ahora en las áreas energética y de bienes de capital.
Un nuevo impulso al acercamiento será la pavimentación de la carretera entre Boa Vista, capital del norteño estado brasileño de Roraima, y Santa Helena, en Venezuela, que será inaugurada el próximo mes, abriendo paso al desarrollo fronterizo.
La energía eléctrica venezolana será una solución para los apagones que sufre Manaos, capital y centro industrial del Amazonas. El suministro, ya acordado, deberá iniciarse al final de este año, ampliando la integración física bilateral.
Brasil consume actualmente cerca de 1,7 millones de barriles diarios de derivados del petróleo. Su producción, aún monopolizada por Petrobrás, se acerca a un millón de barriles, complementada por importaciones para satisfacer una demanda que crece más rápido que la economía del país.
Hasta el inicio de esta década, las importaciones brasileñas se concentraban en Medio Oriente, situación que se modificó en los últimos años com las crecientes compras en América Latina, especialmente de Argentina y ahora de Venezuela.
La cancillería brasileña cree que Venezuela podrá consolidarse como mayor proveedor de petróleo y tener a Brasil como su principal socio comercial en América Latina al duplicarse el intercambio bilateral dentro de cinco años. (FIN/IPS/mo/ml/if/98