Un aumento comparativamente moderado de la inversión en productividad bastaría para duplicar en 10 años el producto interno bruto (PBI) de Brasil, según una firma estadounidense.
La productividad de las compañías brasileñas es poco más de la cuarta parte de la estadounidense, destacó la empresa consultora McKinsey Global Institute, que comparó ocho sectores de actividad de los dos países.
Se trata de las telecomunicaciones, la industria automovilística, el transporte aéreo, la siderurgia, la banca, el procesamiento y venta de alimentos, y la construcción.
Pero ciertas condiciones peculiares permitirían a Brasil un crecimiento económico acelerado con una tasa de inversión inferior a otros países, puntualizó el economista José Schunkman, de la Universidad de Chicago, participante en la presentación del estudio de McKinsey.
Según el informe, Brasil sólo tendría que aumentar a 26 por ciento del PIB su tasa anual de inversión, que entre 1970 y 1995 fue de 19 por ciento, para lograr el mismo crecimiento de 8,5 por ciento al año que Corea del Sur logró con una inversión anual de 33 por ciento.
La baja escolaridad de los trabajadores brasileños no es el principal problema para el mejoramiento de la productividad, observó la firma estadounidense, que asesora a empresas de Brasil.
El "mito" del impacto de la baja escolaridad del trabajador brasileño fue refutado por los técnicos de McKinsey con un ejemplo práctico: una empresa constructura de Texas logró una productividad tres veces mayor que Brasil trabajando con mexicanos de baja escolaridad, que ni siquiera hablaban inglés.
En el caso analizado, el nivel de escolaridad de los operarios brasileños y norteamericanos era semejante, por lo que la diferencia se atribuyó al empleo de métodos de trabajo más eficientes y a mejores instrucciones impartidas a la mano de obra.
Para el secretario de Política Económica del Ministerio de Hacienda de Brasil, José Roberto Mendonça de Barros, las conclusiones de la investigación anuncian que este país estará dentro de dos años en transición hacia un crecimiento económico acelerado.
El estudio demostró que más de la mitad del rezago de Brasil ante Estados Unidos en materia de productividad se debe a causas internas de las propias empresas, tales como organización ineficiente de funciones y tareas y falta de inversiones económicamente viables.
Según Alexandre Gouvêa, jefe de la oficina de McKinsey en Brasil, este país "puede duplicar su producto bruto interno en diez años sin tropezar con los problemas de infraestructura".
Para lograr una tasa de crecimiento de 8,5 por ciento al año, Brasil debería incrementar su productividad a un ritmo de seis por ciento al año, frente a cinco por ciento en los últimos años, y aumentar la inversión a 26 por ciento del PIB.
Una de las premisas para que Brasil alcance esta tasa de inversión es el equilibrio de las cuentas del gobierno. "El sector público provoca hoy un ahorro negativo de cuatro por ciento del PIB", de acuerdo con los cálculos de McKinsey.
Esa pérdida de ahorro debe ser eliminada, y también es necesario reducir los costos financieros, aconsejó el instituto estadounidense. (FIN/IPS/rs/ff/if/98