/BOLETIN-INTEGRACION/ AMERICA/CUMBRE: Plan de drogas tendrá lento y difícil despegue

La aprobación por parte de la II Cumbre de las Américas de una política multilateral en el combate al narcotráfico, no significará que Estados Unidos abandone automáticamente su actual sistema de certificación unilateral.

Así lo advirtió en Santiago el director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de ese país, Barry McCaffrey, quien acompañó al presidente Bill Clinton en su visita de estado a Chile, previa a la cumbre de este sábado y domingo.

La cita de 34 gobernantes analizará la creación de un mecanismo continental de certificación de la conducta de cada país en el combate al narcotráfico, con vistas a sustituir la calificación unilateral que cada año hace el Departamento de Estado en Washington.

McCaffrey dijo el jueves que el conducto unilateral seguirá por "muchos años" porque se trata de un mandato interno de Estados Unidos, basado en una ley que sólo puede ser modificada por el Congreso.

El mecanismo de la "descertificación" justificó en los últimos años sanciones económicas y diplomáticas de Estados Unidos contra Colombia, por las acusaciones al presidente Ernesto Samper sobre el financiamiento de su campaña electoral.

"Clinton comprende que este es un aspecto que deteriora sus relaciones con América Latina, ya que fortalece una imagen de prepotencia de los Estados Unidos, autoerigido como árbitro único en el tema de las drogas", según fuentes diplomáticas en Chile.

Fue el propio mandatario estadounidense quien a comienzos de este mes habló "una alianza continental" contra el narcotráfico como uno de los temas a tratar en la cumbre que comenzó este sábado en Santiago.

La idea del mecanismo multilateral fue promovida por Colombia y otros países del continente, aunque aún existen diversas posiciones sobre la forma en que se materializará esta iniciativa.

McCaffrey se declaró a favor de que esta responsabilidad corresponda a la Organización de Estados Americanos (OEA), órgano superior del sistema hemisférico, en cuyo marco se realiza esta II Cumbre de las Américas.

El canciller chileno, José Miguel Insulza, dijo hace tres días que la OEA debe conducir el sistema de certificación multilateral a través de su Comisión Interamericana de Control del Abuso de las Drogas (CICAD).

Según el gobierno de Chile, los acuerdos de las cumbres deben ejecutarse a través del órgano regular del sistema interamericano, es decir la OEA, sin crear "organismos ad-hoc" para cada nuevo programa o iniciativa política.

En medios políticos chilenos se considera, sin embargo, como altamente negativa la inminente coexistencia en los próximos años de un mecanismo multilateral de certificación con otro unilateral, el de Estados Unidos.

"Es lo peor que podría ocurrir, ya que el mecanismo unilateral podría servir para 'enmendarle la plana' al multilateral si no le satisfacen sus conclusiones", dijo un dirigente que pidió reserva de su identidad.

Pero la elección de la OEA como base del sistema de vigilancia y supervisión no cuenta con unanimidad en América, ya que algunos países, como México, prefieren la coordinación internacional del tema en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El presidente mexicano Ernesto Zedillo está promoviendo la participación de todos sus homólogos del continente en la asamblea general extraordinaria que sobre el tema de las drogas realizará la ONU en julio próximo en Nueva York.

Allí, el organismo mundial declarará al narcotráfico como un delito contra la humanidad y, según se espera, buscará legitimar a la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU como el gran foro multilateral de combate a la droga.

La cumbre de Santiago aprobará el principio general del mecanismo colectivo para el continente y lo más probable es que remita el acuerdo a la próxima reunión de CICAD, programada para el 4 de mayo.

McCaffrey, quien viajará a Perú y Bolivia al finalizar la cumbre, dijo que todos los países del continente están conscientes de que "la amenaza (de la droga y el narcotráfico) es contra todas las sociedades".

MacCaffrey hizo estos comentarios en la reunión con el viceministro del Interior de Chile, Belisario Velasco, en que se formalizó el acuerdo para que la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, en inglés) abra una oficina en Iquique.

Ese puerto chileno, situado 1.200 kilómetros al norte de Santiago, es considerado una de los principales vías de tránsito de cocaína producida en Perú y Bolivia hacia Estados Unidos y Europa.

Velasco subrayó que la oficina de la DEA prestará apoyo en información y no tendrá facultades operativas, en tanto MacCaffrey aseguró que en sus acciones antidrogas, Estados Unidos respeta siempre la soberanía de cada país.

En el pasado reciente Washington realizó operaciones militares de erradicación de cultivos de coca en Bolivia y la DEA fue acusada de actuar en México y otros países como policía paralela, al margen de las autoridades locales. (FIN/IPS/ggr/ip/98

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