La gran cantidad de fumadores empedernidos en las comunidades indígenas de Canadá determina una alta incidencia de cáncer y enfermedades respiratorias, según expertos.
Un estudio sobre la evolución de la salud de 10.000 residentes de reservas a lo largo de dos años reveló un panorama muy pesimista sobre el uso del tabaco, la presencia de enfermedades crónicas y las condiciones sanitarias en general.
Entre los indígenas adultos, 65 por ciento son fumadores y comienzan a fumar, en promedio, a los 11 años. Mientras, apenas 25 por ciento de los adultos no indígenas de Canadá tienen ese hábito. En cuanto a los indígenas entre 20 y 24 años, 75 por ciento fuman, la tasa más elevada en los países industriales.
Este estudio fue el primero realizado por investigadores indígenas, médicos, enfermeras y estudiantes, que recopilaron datos sobre las condiciones de salud en reservas ubicadas en todo el territorio de Canadá.
Los resultados relacionados con el hábito de fumar, en especial la afición de los jóvenes al tabaco, causó gran impacto entre los investigadores.
"No sabemos cómo explicarlo", admitió el médico Jeffrey Reading, consultor del comité nacional que encargó el estudio y revisó sus conclusiones.
"Creemos que está relacionado con la pobreza. Ya se han establecido los vínculos con una serie de problemas de salud. Nosotros lo consideramos una pandemia, una epidemia de grandes proporciones, que de no tratarse multiplicará los casos de cáncer al pulmón y otros males", añadió Reading.
El estudio advirtió que el costo del tratamiento de enfermedades relacionadas con el tabaco tendrá un gran aumento en los próximos 20 años. Las comunidades indígenas requieren más personal de salud, equipos para enfrentar enfermedades crónicas, educación preventiva y ayuda psicológica.
"La presencia de enfermedades crónicasen las comunidades indígenas" tanto relacionadas al tabaco como no vinculadas con el hábito "está en aumento y desde ya es mucho más alta que en el resto de la población de Canadá", según el trabajo médico.
El estudio precisó que uno de los casos graves es el de la diabetes, "un problema de proporciones epidémicas, con un serio impacto sobre la calidad de vida, que implica el gran desafío de canalizar recursos para hacerle frente"
"Si no se hace nada ahora, la situación empeorará y en el futuro el costo será más alto", agregó.
Algunos investigadores destacaron el escaso avance en el cumplimiento de metas importantes, como generación de empleo, prevención del alcoholismo y la drogadicción y aumento de profesionales de salud indígenas.
Mientras tanto, el informe amenaza con generar críticas para el gobierno de Canadá, que se disculpó ante los indígenas por los errores de las políticas coloniales del pasado.
El opositor Nuevo Partido Democrático advirtió que las enfermedades no disminuirán mientras no se reduzcan los niveles de pobreza. "La mejor manera de mejorar la salud es mejorar los indicadores económicos", dijo Alexa McDunough, portavoz del partido.
McDunough insistió en que "la pobreza genera desesperanza y abandono, que a su vez influyen en la salud, pero el gobierno no hace nada para afrontar esta situación".
Pero la mayor parte de los indígenas encuestados sostuvo que un retorno a las costumbres tradicionales sería fundamental para revertir los problemas de sus sociedades.
"Esa es la única fórmula para resolver los problemas de nuestras comunidades. La interferencia del gobierno ha traído más perjuicios que beneficios", dijo Jim Commandant, un viejo mohawk que trabaja para la restauración de los sistemas tradicionales de salud y justicia.
El estudio también demostró que indígenas sacados de sus comunidades para ser llevados a internado en la primera mitad de este siglo tienen más problemas mentales y de salud que personas de su misma edad criadas en las reservas.
Se recomendó un tratamiento especial para los más ancianos, que sufren problemas emocionales derivados de su paso por este sistema escolar, hoy muy criticado por el abuso físico, mental y cultural al que se sometía a los niños indígenas.
La pobreza es la causante de los problemas, aseguró la doctora Harriet MacMillan, directora de la unidad infantil del Hospital Chedoke-McMaster en Ontario, que en 1996 había realizado otros estudios sobre la salud de los indígenas.
"Los indígenas mueren antes que el resto de los canadienses y soportan una carga desproporcionada de enfermedades físicas y mentales", afirmó.
MacMillan destacó que pocos estudios examinan en profundidad esta situación y sugirió que los propios indígenas sean quienes determinen "las prioridades de investigación" en este campo. (FIN/IPS/tra-en/mb/mk/lc/he-pr/98