Accionistas de la poderosa Mobil Corporation lanzaron una ofensiva para que la empresa petrolera use su influencia a favor de la democratización y los derechos humanos en Nigeria, donde realizó una importante inversión.
Los accionistas son la Corporación Franklin de Investigación y Desarrollo y el Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicios, que tienen inversiones en Mobil por 3,9 millones de dólares.
"Hace tiempo que Mobil debió haber hecho algo", dijo el presidente del Sindicato Internacional, Andrew Stern. Como parte de su propuesta, sugiere que la empresa revise su política de inversiones en países donde hay violaciones de los derechos humanos.
Los accionistas piensan que, en el caso de Nigeria, Mobil y otras compañías de hidrocarburos están en condiciones de ejercer presión, pues el país africano depende de los 12.000 millones de dólares que gana cada año por el petróleo para financiar la mayor parte de su presupuesto.
Los informes sobre violaciones a los derechos humanos y laborales en Nigeria son frecuentes desde 1993, cuando el general Sani Abacha encabezó un golpe militar que anuló las elecciones democráticas realizadas ese año. Desde entonces, unas 7.000 personas fueron encarceladas sin acusación ni juicio.
El hecho más repudiado de la dictadura de Abacha fue la ejecución del escritor y dirigente político Ken Saro-Wiwa y de ocho seguidores, ocurrida en 1995.
Los accionistas sugirieron que Mobil ayuda a mantener la dictadura. La firma "tiene una asociación directa con la estatal Compañía Nacional de Petróleo de Nigeria y realiza pagos al gobierno militar por concepto de derechos, impuestos y tasas", señala la propuesta.
Uno de los hechos que detonó esta acción fue el encarcelamiento de dos dirigentes sindicales petroleros, Frank Kokori y Milton Dabibi. Aunque no se formularon cargos contra ellos, están en prisión desde mediados de los 90 y, de acuerdo con informes recientes, su estado de salud es lamentable.
"La Mobil Corporation debe hacer uso de su influencia ante el gobierno de Nigeria, con el fin de lograr la liberación de los dirigentes que fueron elegidos por los trabajadores petroleros", urgió Stern.
La Federación Internacional de Sindicatos de Trabajadores de la Química, la Energía y la Minería (ICEM), que tiene entre sus afiliados al Sindicato Internacional accionista de Mobil y a las dos agrupaciones nigerianas cuyos dirigentes están encarcelados, también inició una campaña para la liberación de los sindicalistas.
Pero ICEM, que representa a 20 millones de trabajadores de 115 países, no logró que el gobierno nigeriano respondiera a sus demandas, ante lo cual optó por respaldar pronunciamientos de los accionistas de empresas, mientras propone un embargo petrolero contra ese país.
"Seguiremos en campaña contra la dictadura de Nigeria hasta lograr la liberación de estos sindicalistas y la restauración de la democracia", dijo el coordinador de ICEM para América del Norte, Kenneth Zinn.
La junta de accionistas de Mobil votará la propuesta el próximo mes, y se pretende que pida a la directiva de la compañía definir estrategias para inversiones en lugares donde se violan los derechos humanos o haya gobiernos "ilegítimos".
La estrategia deberá considerar los efectos financieros a largo plazo que podría generar un ambiente internacional negativo para la compañía, con sanciones económicas o boicot de los consumidores. El apoyo de Mobil a Nigeria afecta la imagen de la empresa, dice la propuesta.
"La falta de iniciativas en materia de derechos humanos en Nigeria genera riesgos financieros para Mobil", aseguró un analista de Franklin, Simon Billenness. Esta compañía, que es accionista de la petrolera, está dedicada a inversiones con "responsabilidad social" y maneja unos 500 millones de dólares.
Aunque es poco probable que la propuesta sea aprobada por los accionistas en primera instancia, pues los autores de la iniciativa representan menos de uno por ciento del total, el tema quedará planteado y será sometido a nuevos escrutinios en el futuro.
"Esperamos que el número de accionistas favorables a esta propuesta aumente en los próximos años", dijo Carolyn Lauer, coordinadora de Relaciones Exteriores del Sindicato Internacional que participa en la iniciativa como accionista de Mobil.
"En su primera fase, la iniciativa pretende generar conciencia sobre las inversiones en países donde se violan los derechos humanos y laborales. Así que, en el futuro, esperamos contar con más votos", comentó Lauer.
Entretanto, el directorio de Mobil pidió a los accionistas que voten en contra de la propuesta, pues su aprobación obligaría a la compañía a diseñar su propia política exterior, en vez de seguir los lineamientos trazados por el gobierno de Estados Unidos.
"La directiva considera que no sería apropiado establecer una política propia para cada país. Mobil debería mantenerse alineada y respetar estrictamente las leyes y la política exterior de Estados Unidos", dijo un comunicado oficial emitido por la gerencia de la empresa.
La iniciativa fue presentada a los accionistas sólo después que la cúpula de la compañía rechazara actuar en forma voluntaria para presionar a los gobernantes de Nigeria.
El año pasado, algunos accionistas de la petrolera Chevron presentaron una propuesta similar, referida a las grandes inversiones de esta compañía en Nigeria. No logró ser aprobada, pero este año volverá a votarse.
La Royal Dutch Shell, el consorcio británico-holandés, también fue acusada de complicidad en la represión a los disidentes nigerianos, dadas sus inversiones en ese país.
Steve Mills, dirigente del grupo ambientalista Sierra Club, ha tratado de influir sobre Shell para que a su vez esta empresa ejerza presión sobre el gobierno militar de Nigeria. "Hemos conseguido un montón de retórica y muy pocas acciones concretas", dijo a IPS. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/lc-ml/hd/98