Cuba recibió como un acto de justicia el rechazo en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU de una moción de condena a este país promovida por el gobierno de Estados Unidos.
"Triunfó la verdad y la justicia", dijo a la emisora cubana Radio Rebelde el representante de La Habana ante los organismos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en Ginebra, Carlos Amat, que opinó que "había durado demasiado la injusta condena" a su país en ese foro.
La viceministra de Relaciones Exteriores, Mery Flores, agregó que la votación dejó sin efecto el mantenimiento de un relator especial para los derechos humanos en Cuba y la propuesta de que el asunto se eleve a la Asamblea General de la ONU.
La resolución presentada por Washington fue rechazada el martes al recibir 19 votos en contra, 16 a favor y 18 abstenciones. Es la primera victoria de la isla desde que en 1992 se introdujo el problema de Cuba en la agenda de las deliberaciones de la comisión en Ginebra.
El gobierno de Fidel Castro se considera un modelo de respeto a los derechos humanos por su política social y el acceso en igualdad de condiciones de sus ciudadanos a los servicios de salud, la educación, el empleo y la seguridad social.
A pesar de la crisis económica que desde 1990 afecta a la isla, los más de 11 millones de habitantes de Cuba tienen una esperanza de vida al nacer de más de 75 años. La isla ocupa el segundo lugar entre los países en desarrollo con menores índices de pobreza.
Pero, al mismo tiempo, no se garantizan en la isla determinados derechos civiles como la libertad de asociación y reunión y están prohibidos los partidos políticos o la prensa opuestos al gobernante Partido Comunista.
"El historial del gobierno (cubano) en materia de derechos humanos siguió siendo malo. Continuó violando sistemáticamente los derechos políticos y civiles fundamentales de sus ciudadanos", según un informe presentado en enero por el gobierno de Estados Unidos al Congreso.
El subsecretario de Estado para Democracia, Derechos Humanos y Trabajo de Estados Unidos, John Shattuck, subrayó al presentar el documento que en cinco años consecutivos el gobierno cubano negó el permiso de ingreso a la isla de un relator especial de derechos humanos.
Para Amat, la victoria de su país en la Comisión de Derechos Humanos sobrevino tras un momento de reflexión en el que hubo espacio para los argumentos cubanos y quedó al descubierto "el juego burdo" de Estados Unidos.
La Habana ve la condena promovida por Washington contra la isla en materia de derechos humanos como parte de una política más amplia que persigue el aislamiento internacional del gobierno de Castro y el fin del régimen socialista.
A pesar de que la representación de Washington se valió de recursos de carácter procesal y técnicos para postergar la votación 24 horas, las presiones estadounidenses no arrojaron los resultados esperados, dijo Amat.
Observadores cubanos estiman que la votación de Ginebra es parte de un cambio de política hacia Cuba a nivel internacional iniciada tras la visita a este país del papa Juan Pablo II en enero. El pontífice pidió poner fin al aislamiento de la isla.
Flores opinó que esta sesión puso en evidencia el doble discurso que Washington aplica en materia de derechos humanos.
Estados Unidos "se quedó botando en solitario en muchas resoluciones" y no sólo en el caso de Cuba, dijo Flores, que mencionó en ese sentido los documentos sobre violaciones de derechos humanos en los territorios ocupados de Israel y la pobreza extrema. (FIN/IPS/da/mj/hd/98