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La decisión del dictador de Nigeria, Sani Abacha, de reemplazar las elecciones previstas para agosto por un referendo, para determinar si el general continúa en el poder, resultó poco sorprendente.

La medida, según analistas, es un mal agüero para Nigeria en particular y en general para la conflictuada región de Africa occidental, plagada por años de guerras rebeldes y dictaduras militares, incluyendo una en el vecino Níger.

La eliminación de los comicios se produjo después que el quinto de los cinco partidos políticos registrados de Nigeria escogiera el lunes pasado a Abacha como su candidato presidencial.

"Se esperaba que Abacha saliera con alguno de sus muchos trucos para sostener el régimen antidemocrático en Nigeria", dijo Antoinette Handley, del Instituto de Estudios Internacionales de Sudáfrica (SAIIA).

Aunque la medida fue condenada por la comunidad internacional, se estima que los gobiernos africanos serán más cautos.

Dado el poderío de Nigeria en la región, inicialmente habrá una resupuesta lenta, de modo que está en manos de la Organización de la Unidad Africana (OUA) y la comunidad internacional presionar a Abacha más allá de los intereses económicos, dijo Handley a IPS en entrevista telefónica desde Johannesburgo.

Nigeria vivió bajo regímenes militares alrededor de tres cuartos del período desde la independencia de Gran Bretaña en 1960. Las elecciones de 1993 debían instalar un gobierno civil, pero los resultados fueron anulados por los militares.

Un año después, Moshood Abiola, seguramente vencedor en las elecciones, fue encarcelado por cargos de traición después de autoproclamarse ganador de los comicios. Abiola aún está detenido, junto a muchos activistas demócratas y defensores de los derechos humanos, sindicalistas y periodistas.

El régimen de Abacha había prometido que las elecciones se realizarían en agosto bajo una transición a la democracia que debía culminar en el juramento de un nuevo presidente en octubre.

Pero sólo cinco partidos llenaron los requisitos exigidos por el gobierno para registrarse, y la decisión de colocar a Abacha como candidato presidencial confirmó las sospechas de que fueron manipulados por su régimen.

"No tengo dudas de que Abacha presentará todas las excusas y explicaciones que encuentre para decir que fue escogido por los partidos, pero eso debería ser condenado porque en esencia es manipulación", dijo Handley, quien agregó que es una pena que un gran país como Nigeria continúe tan atrás en el área de la democracia.

David Chimhini, del grupo local de derechos humanos de Zimbabwe ZimRights, dijo que la OUA debería presionar a Nigeria y no debería haber dobleS discursos porque Nigeria es un gran país".

El analista político de la Universidad de Zimbabwe John Makumbe sostuvo que "se trata de manipulación porque no dice si hay otros candidatos que querían presentarse a la elección o si no habrá otras personas a quienes les interese la candidatura".

La medida de Abacha "se burló de los esfuerzos de la comunidad internacional e influirá a los países que están al borde de la dictadura. Además, envía el mensaje de que es imposible que la democracia funcione en Nigeria", agregó Makumbe. (FIN/IPS/tra- en/lm/kb/lp/ip hd/98

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