/BOLETIN-AMBIENTE/ PERU: Después de El Niño vendrá La Niña

La temperatura del mar descendió tres grados este mes en la costa sur de Perú, iniciando la reversión del fenómeno atmosférico de El Niño. Pero ahora los expertos temen que aparezca el fenómeno contrario: La Niña.

La comunidad científica peruana comenzó a emitir señales a las autoridades para que se preparen a enfrentar la versión opuesta a El Niño, que en los últimos seis meses provocó inundaciones y aluviones, causando daños estimados en 900 millones de dólares.

La Niña, una variación anormal del clima que suele presentarse después de un "Niño grande", se caracteriza por un enfriamiento rápido de la temperatura del mar, lo que provoca sequías severas y heladas muy crudas, con grave daño para la agricultura en los valles costeros y la sierra peruana.

Se calcula que hasta este mes El Niño causó en Perú la muerte a 318 personas, provocó la desaparición de otras 114, destruyó 82.000 viviendas, una central hidroeléctrica, 800 kilómetros de carretera y 61 puentes, inundó 43.000 hectáreas sembradas y afectó a otras 77.000.

Daños similares provocó en casi toda la costa del Pacífico de América y sus efectos se extendieron también a la costa atlántica.

El impacto de La Niña no será tan espectacular, pero su efecto sería desastrozo para la economía de Perú.

El fenómeron fue bautizado como El Niño en Perú en el siglo XVIII, cuando los pescadores de Tumbes y Piura comprobaron que alrededor del 25 de diciembre desaparecían la mayoría de las especies que solían capturar, siendo reemplazadas por otras, típicas de aguas más cálidas.

Los científicos de la época hicieron notar a las autoridades coloniales españolas que el aumento de la temperatura del agua del mar era responsable de las torrenciales lluvias que provocaban el desborde de ríos e inundaban tierras sembradas y ciudades de la costa.

Sólo a mediados de este siglo la comunidad científica internacional descubrió que el fenómeno percibido frente a las costas de Perú y Ecuador formaba parte de un proceso iniciado como una corriente de agua cálida en el océano Pacífico, frente a Australia, y que alteraba el clima en gran parte del mundo.

Este año, la Organización de las Naciones Unidas patrocinó congresos científicos internacionales para estudiar el fenómeno de El Niño, pero aún no se conoce con exactitud los factores que lo provocan ni existe explicación sobre la irregularidad de sus ciclos.

De La Niña se sabe tan poco como de El Niño. Sus causas y ciclos están todavía en fase de estudio y el meteorólogo norteamericano Jacob Bjerknes fue el primero en señalar en 1969 que existía una vinculación oceánicoatmosférica entre los dos fenómenos.

"Al calentamiento del mar sucede luego un enfriamiento rápido, que alcanza niveles por debajo de la media habitual", comentó Bjerknes.

"Ambos fenómenos son impredecibles. Este año los científicos de todo el planeta han intercambiado datos y comprobado su extensión casi mundial, no se puede aún predecir su intensidad, aunque se perciben ciertos patrones históricos", dice Pablo Lagos, director científico del Instituto Geofísico de Perú (IGP).

Al comenzar este siglo se produjo un "Niño grande", que se prolongó hasta 1901, y al año siguiente se consigna un enfriamiento intenso e inusual. En cambio, el de 1925-26 no fue seguido por una "Niña", pues el período de frío intenso se produjo el año anterior.

Al concluir El Niño de 1972-73 se produjo la fase de enfriamiento y sequía, patrón que no se repitió en 1982-83, cuando se produjo uno de los fenómenos más devastadores de la historia de Perú, en tanto que luego del fenómeno de 1996, relativamente leve, se produjo la aparición de La Niña.

"Mientras no conozcamos los factores que originan su aparición, tendremos que decir que El Niño y La Niña son un caos en el océano y la atmósfera, un caos cinético, de acción similar a un péndulo, que da vueltas pero que jamás repite el mismo movimiento", comenta.

Amelia Díaz, directora de Pronósticos del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI), comenta que se supone que El Niño acabará en junio próximo y luego se producirá la normalización de la temperatura, pero admite que podría producirse una etapa de enfriamiento intenso, inusual.

"La Niña no es tan frecuente, ni su impacto dramáticamente catastrófico, y creo prematuro vaticinarlo. Pero las autoridades deben tomar previsiones", advirtió Díaz. (FIN/IPS/al/ag/en/98

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