Los incendios arrasaron más de 82.000 hectáreas de bosques y pastizales en México el primer trimestre de 1998, casi lo perdido en todo 1997. Se trata de una de las peores tragedias ambientales de los últimos 50 años, informaron las autoridades.
Las llamas consumen extensas zonas de 11 de los 32 estados mexicanos, donde el calor, los fuertes vientos, las heladas nocturnas que secan la vegetación y el afán de los agricultores por despejar terrenos para cultivos conforman un peligroso cóctel fuera del control de bomberos y brigadistas.
Si el ritmo de incendios (un promedio de 56,2 por día) no disminuye, al finalizar 1998 México habrá perdido cerca de un millón de hectáreas, superficie que superaría la suma de los últimos cuatro años, según portavoces de la Secretaría (ministerio) de Medio Ambiente.
Desde enero hasta la fecha se registraron 5.172 incendios, de acuerdo con datos oficiales, una cantidad sin precedentes en las últimas cinco décadas. Los estados más afectados son Puebla, Oaxaca y Chiapas, ubicados al sureste de la capital.
La situación es de emergencia en algunos estados, mientras en otros hay cierto control pero sin éxitos totales, dijo Roberto Martínez, subdirector de Incendios Forestales de la Secretaría de Medio Ambiente.
México vive uno de los más graves problemas ambientales desde 1950, reconocen la autoridades. En algunos estados, donde la zona quemada corresponde a bosques milenarios y parques ecológicos, la recuperación de los ecosistemas podría tomar más de tres décadas, indican organizaciones ambientalistas.
Las autoridades diseñaron programas especiales y asignaron más personal y recursos económicos al combate contra las llamas, pero las dificultades para llegar a ciertas zonas hace imposible frenar la destrucción.
Unos 20 bomberos y brigadistas han muerto este año en su lucha contra el fuego. La superficie quemada en el primer trimestre de este año es 523 por ciento superior a la del mismo período del año anterior.
La Secretaría de Medio Ambiente advirtió que, a pesar de la gravedad de la situación, aún no ha llegado lo peor, pues la temperatura aumenta y el clima se vuelve más seco es en abril y mayo.
Las autoridades afirman que la negligencia origina 90 por ciento de los incendios y solo 10 se debe estrictamente a fenómenos naturales.
Ambientalistas y expertos atribuyen las intensas temperaturas de las últimas semanas (entre 30 y 35 grados centígrados) al fenómeno del Niño, pero también a la deforestación del territorio.
En México, cuya área boscosa se constituye de alrededor de 56 millones de hectáreas, desaparecen cada año por diversos motivos entre 300.000 y 700.000 hectáreas.
Aunque los bosques de este país ocupan menos de uno por ciento de la superficie del planeta, albergan una importantes biodiversidad, considerada una de las 11 más significativas del mundo.
Además de poseer 10 por ciento de las especies conocidas en el planeta, 40 por ciento de la flora y fauna que tiene el país latinoamericano es autóctona.
La superficie de bosques destruidos en la última década es tan grande como Mongolia o Finalandia, Francia, Italia y Alemania juntas, según un estudio conjunto efectuado por la Secretaría de Medio Ambiente y el no gubernamental Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible.
Por los incendios, la colonización y la caza descontrolada, entre otros factores, los ecologistas aseguran que que 1.100 especies de flora y fauna de México están hoy en peligro de extinción. (FIN/IPS/dc/mj/en/98