/BOLETIN-AMBIENTE/ BRASIL: Dioses indígenas de la lluvia superan a 1.700 bomberos

Las lluvias que cayeron en Roraima y apagaron los grandes incendios que sufría ese estado amazónico de Brasil reavivaron la visión mágica y religiosa de indígenas y campesinos sobre los fenómenos naturales.

Coincidencia o no, empezó a llover fuerte algunas horas después de que dos chamanes del grupo indígena caiapó realizaron una ceremonia, el "Baile de la Lluvia", en Boa Vista, capital del estado de Roraima.

Los dos "pajés", como son conocidos los líderes religiosos indígenas en Brasil, viajaron más de 2.000 kilómetros desde Mato Groso, estado del centro-oeste del país, para pedir a los cielos el agua que no caía en Roraima hacía más de seis meses.

La lluvia que los servicios de meteorología sólo esperaban en la segunda quincena de abril cayó en abundancia la madrugada del miércoles, poniendo fin a incendios que se diseminaron desde enero, destruyendo grandes áreas forestales y de sabanas.

Casi 1.700 bomberos, militares y expertos en el combate a incendios forestales trababan, impotentes, una lucha heroica contra las llamas. Las lluvias, supuestamente atraídas por los chamanes, pusieron fin a la tragedia en pocas horas.

La población local festejó el milagro, bailando literalmente en la lluvia y agradeciendo a los "pajés" Kukrit y Mantii, creyendo o no en sus poderes mágicos. Los dos fueron llevados a Roraima en avión desde Brasilia por la Fundación Nacional del Indígena, órgano oficial de asistencia a las etnias autóctonas.

Pero hubo celos entre los indígenas locales. No había necesidad de traerlos desde lejos, porque las tribus locales también tienen sus chamanes, criticaron.

"Fue suerte, coincidencia", comentó por teléfono a IPS Gerónimo Pereira, coordinador del Consejo Indígena de Roraima (CIR), que representa a los cerca de 37.000 personas que componen los ocho grupos indígenas de Roraima.

"También tenemos nuestras tradiciones", dijo Pereira, quien explicó que para los macuxis, el grupo local mayoritario al que él pertenece, prevé las lluvias por la luna y los días santos.

"Mientras los meteorólogos anunciaban lluvias solo para fines de abril, nosotros sabíamos que llegarían antes. Las esperábamos para Semana Santa", que comienza el lunes, dijo el líder indígena.

La creencia entre los macuxís, un pueblo agricultor, es que llueve en los días que tienen como patrono algunos santos especiales. San José, cuyo dia es el 19 de marzo, "falló este año, y por eso no fallaría Semana Santa", explicó Pereira.

San Antonio, San Juan y San Pedro, santos de las fiestas de junio, son también fuertes en materia de lluvias, agregó.

"Fueron los católicos los que recogieron nuestra experiencia, nuestra ciencia, y la incluyeron en su calendario", replicó Pereira al ser cuestionado por ese crédito a santos cristianos.

En realidad, todos los grupos indígenas y creyentes de religiones "blancas" se dedicaron intensamente a sus oraciones y ritos propios en los últimos meses, pidiendo lluvia a sus dioses. Los caiapós, venidos de lejos, ganaron mayor repercusión.

Los yanomamis, el pueblo indígena más aislado y cuyos bosques se quemaron por primera vez en gran extensión, también movilizaron a sus chamanes.

Por su cultura más primitiva, tienen una visión aun más mágica del mundo. Consideran que el universo se divide en tres capas, explica Carlo Zacquini, un misionero italiano que vive en Roraima hace 33 años, 30 de los cuales dedicados a asistir a los yanomamis.

Un grupo de indígenas abandonó asustado la aldea en que viven, al ver la humerada del incendio que se acercaba, "creyendo que se quemaba la capa de arriba, matando a los espíritus", contó Zacquini.

Temiendo también morir en las llamas, buscaron refugio en uno de los puestos de asistencia que mantiene en territorio indígena la no gubernamental Comisión Pro-Yanomami, de la que el misionero es el dirigente local. Reclamaban un avión para dejar los bosques.

El pánico tenía una explicación. Uno de los chamanes locales había tenido unos días antes un sueño en el que vio arder la capa superior del mundo, cuyos espíritus ellos invocan para curar gente y superar dificultades.

Tales historias hacen prever que el gran incendio de Roraima tendrá en el futuro variadas versiones y explicaciones, tal como la forma en que se lo ultimó. (FIN/IPS/mo/mj/cr en/98

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