Australia goza de baja inflación y superávit presupuestario, pero ni siquiera esos indicadores logran inmunizar a esta nación contra la crisis que arrasa las economías de sus vecinos asiáticos.
Mientras el gobierno esgrime los resultados de la economía como una demostración de fortaleza, un estudio del Banco Nacional Australiano (NAB) reveló que el impacto de la crisis asiática ya comenzó a sentirse, y seguramente empeorará con el tiempo.
Algunos analistas políticos sugirieron que el gobierno está interesado en realizar los próximos comicios a la brevedad, antes que la economía se resienta.
Pero el estudio del NAB dejó claro que pese a los resultados económicos positivos, los efectos de la crisis ya llegaron, y los exportadores australianos registraron en los últimos tres meses la caída de ventas más grande en una década.
"Todo parece indicar que los acontecimientos de Asia comenzaron a tener un impacto considerable sobre nuestra actividad, tanto en el interior como en el exterior del país", comentó el economista jefe del NAB, Alan Oster.
Oster dijo que desde un principio se sintieron los efectos de la crisis en sectores como la minería y el turismo, "pero en general no pasaba de allí". El nuevo estudio, que fue realizado en forma minuciosa, demostró que los sectores de manufacturas y ventas al mayor y menor "están en baja".
La profundización de las relaciones económicas con Asia fue muy beneficiosa para Australia durante los últimos años, pero desde que la economía de esa región comenzó a experimentar signos de crisis a mediados de 1997 esos vínculos hacen vulnerable a este país.
El sector más afectado por la crisis es el turismo, con hoteles y agencias de viajes que despiden a millares de trabajadores.
Pero los corredores inmobiliarios también reportaron una caída en el sector, mientras los ganaderos se preguntan que harán con sus inventarios cuando cesen por completo las compras desde Asia.
Los economistas aseguran que era imposible esquivar el impacto de la crisis, pues 62 por ciento de las exportaciones australianas se dirigen hacia Asia.
Pero también aseguran que pudo haber sido mucho peor. Así lo confirmó Debesh Bhattacharya, profesor de economía de la Universidad de Sydney, quien dijo que Australia logró amortiguar el impacto gracias a la fortaleza de su economía.
"La economía australiana crece entre 3,7 y 4,2 por ciento, y el próximo año el efecto de la crisis tendrá un impacto de sólo medio punto", explicó a IPS.
Sin embargo, Bhattacharya dijo que la gran incógnita es Japón, el principal mercado de las exportaciones australianas. "Si la economía japonesa entra en depresión, sus importaciones van a disminuir, y sentiríamos el efecto en 1999 o en el 2000".
Las importaciones japonesas bajaron 15,8 por ciento en febrero. Entretanto, las de Corea del Sur registraron en marzo 36 por ciento menos que un año antes.
La industria del turismo de Australia no tuvo que esperar para ser impactada por el desastre económico. Durante los últimos 10 años, este sector produjo ingresos por unos 11.000 millones de dólares anuales, y era un generador importante de empleo.
Pero la Oficina Australiana de Estadísticas informó que en febrero el número de turistas asiáticos fue 27 por ciento inferior al de 1997. Esto equivale a un descenso de al menos 125 millones de dólares en los ingresos del sector.
En el caso de los turistas coreanos, la caída fue de 72 por ciento, señaló la Oficina. Mientras, los indonesios disminuyeron 61 por ciento, los tailandeses 45 por ciento y los malasios 40 por ciento.
El Consejo de Turismo de Australia espera que el descenso sea equivalente a cinco por ciento en el total de visitantes, dijo su director, Bruce Baird.
"Esto significa que habrá 216.000 visitantes menos, que no gastarán dinero en tiendas, restaurantes ni hoteles", advirtió Baird, quien predijo una baja de 520 millones de dólares en los ingresos de la economía australiana.
El efecto también comenzó a sentirse en el flujo de compradores de bienes inmobiliarios procedentes de lugares como Singapur, Hong Kong, Indonesia y Malasia, que habían estimulado un gran crecimiento en la industria de la construcción.
Algunos de esos compradores adquirían propiedades sin siquiera venir a Australia. "Antes compraban de inmediato, ahora lo piensan mucho", lamentó el ejecutivo inmobiliario Tony Paskell.
Los efectos también se sienten en las agencias que venden propiedades rurales, una inversión favorecida por muchas empresas de Asia. El "Australian Financial Review" reportó que algunas compañías indonesias y malasias incluso comenzaron a vender los terrenos que habían adquirido en este país.
Otro de los sectores afectados es el de venta de ganado. El año pasado Australia envió a Indonesia unas 387.000 cabezas de ganado, pero ahora ese flujo comercial cesó casi por completo. Y la tendencia es similar en los casos de Malasia y Filipinas.
La caída en las ventas, sumada al remate de grandes pasturas por parte de compañías que las habían comprado como inversión, son consideradas como una amenaza para una de las exportaciones clave de Australia, la de la carne. (FIN/IPS/tra-en/ks/cb/js/lc-ml/if/98