ASIA ORIENTAL: "Sistema de alerta temprana" para futuras crisis

Ministros de Asia oriental reiteran esta semana su reclamo de un mayor control al flujo financiero internacional pues consideran que hubo pocos avances en la materia desde que estalló la crisis económica en la región hace nueve meses.

Desde julio de 1997, la crisis se abatió con todo su peso sobre economías otrora bullentes como Corea del Sur, Tailandia e Indonesia y tuvo consecuencias también sobre países que lograron escapar a los peores coletazos, como Japón y Filipinas.

El efecto dominó que sufrió la economía mundial dio origen a distintas sugerencias de expertos, desde la creación de un nuevo organismo en reemplazo del Fondo Monetario Internacional (FMI) a la imposición de nuevos impuestos sobre el capital especulativo de corto plazo.

Funcionarios asiáticos afirmaron esta semana que se requiere la pronta instauración de mecanismos para regular los mercados e impedir que se reitere una crisis que ya ha arrojado a millones de personas a la pobreza.

El canciller indonesio Alí Alatas, cuyo país fue el más golpeado por la crisis, propuso un "marco de vigilancia y supervisión" sobre el flujo financiero internacional privado, en la reunión de ministros de la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia y el Pacífico (ESCAP).

Alatas propuso ante sus pares que estarán reunidos hasta este jueves en Bangkok la creación de un equipo multidisciplinario de expertos en la región que actúen como "sistema de alerta temprana" para estudiar las raíces de las irregularidades monetarias y económicas.

Este equipo atendería las necesidades de los países en desarrollo y estudiaría modos de atraer los flujos de capital internacional requeridos para el crecimiento y minimizar, al mismo tiempo, los riesgos del proceso, agregó.

"Necesitamos acordar un marco de vigilancia y supervisión diseñado para impedir la repetición de la actual crisis sin poner en riesgo la futura liberalización de nuestras economías", manifestó Alatas.

El secretario ejecutivo de la ESCAP, Adrianus Mooy, dijo que la propuesta de crear "un sistema de regulación mundial del flujo financiero privado" merece "atención seria".

El informe de 1998 de la ESCAP, publicado a comienzos de abril, propuso que Asia procure sus propias herramientas para lidiar con la crisis, entre ellas un fondo regional y un sistema monetario intrarregional.

Mooy recordó que, al contrario que el comercio de bienes, regulado por normas de la Organización Mundial de Comercio, el comercio de divisas no está sujeto a normas mundiales.

No se puede dejar los flujos financieros internacionales librados en su totalidad a las fuerzas del mercado sin "tremendos riesgos", dijo Alatas. "Lo que es peor, el contagio puede alcanzar proporciones mundiales empujado por la globalización y la interdependencia", afirmó.

El FMI informó la semana pasada que los efectos mundiales de la crisis en Asia oriental serán, al parecer, más graves que lo que se pensaba al principio. La entidad bajó sus perspectivas de crecimiento mundial para 1998 de 4,3 a 3,1 por ciento, en parte debido a los problemas en esa región.

El producto bruto interno de los países más golpeados por la crisis caerán, como el de Indonesia (cinco por ciento), Tailandia (3,1 por ciento) y Corea del Sur (0,8 por ciento).

El canciller de Japón, Masahiko Koumura, dijo que una mayor cooperación internacional ayudaría a las economías asiáticas a combatir el desempleo, la pobreza y la inquietud en medio de la crisis.

El primer ministro tailandés, Chuan Leekpai, exhortó a los países de la región a prestar atención a sus problemas internos tanto como a la debilidad del mercado internacional.

La crisis dejó en evidencia que los países asiáticos "aún están menos preparados y equipados que los países desarrollados para afrontar los problemas de la globalización", agregó Chuan.

El preocupante desempleo en Asia oriental, una región donde este fenómeno era hasta ahora inusual, llevó a los donantes e instituciones internacionales de crédito a facilitar asistencia humanitaria y dinero para creación de empleo a los países.

Al contrario que la mayoría de los países occidentales, no muchas naciones de Asia oriental cuentan con redes de asistencia o seguros para asistir a los desempleados. En tiempos difíciles, se confiaba en que las redes familiares y comunitarias serían suficientes para amortiguar crisis en el mercado laboral.

Pero la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dijo que los programas de emergencia no pueden proveer suficientes trabajos para los pobres en esta coyuntura.

En Indonesia, por ejemplo, el desempleo ya aqueja a cinco millones de personas, al tiempo que se implementa un programa de asistencia que consiste en crear un millón de empleos con una duración de 100 días. (FIN/IPS/tra-en/rc-js/js/mj/if/98

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