Asia debe dar sus propias soluciones a la crisis económica, por ejemplo un fondo que ayude a las economías en problemas y un sistema monetario intrarregional, recomendó hoy un informe de la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico (ESCAP) de la Organización de las Naciones Unidas.
La crisis reveló la necesidad de un sistema de "regulación mundial" del movimiento financiero internacional, cuya falta de disciplina provocó serias alteraciones en países como Corea del Sur, Indonesia y Tailandia, añadió la Investigación Económica y Social de 1998 de ESCAP, con sede en Bangkok.
En una conferencia de prensa este miércoles, el secretario ejecutivo de ESCAP, Adrianus Mooy, declaró que la región necesita con urgencia nuevas herramientas para enfrentar a la crisis financiera que comenzó con la devaluación de la moneda tailandesa en julio.
Mientras la idea de un fondo asiático para ayudar a las economías en problemas fue propuesta por Japón y luego abandonada debido a las objeciones expresadas por Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional (FMI), Mooy señaló que el fondo podría funcionar como "suplemento" del FMI y no en su contra.
"Las objeciones no se dirigen a la cantidad de dinero que se inyectará al fondo. De hecho, (la oposición) se explica porque a la gente no le gusta que haya algo fuera del FMI", opinó Mooy.
"Como lo recomienda la Investigación (de ESCAP), las normas se pueden adoptar como suplemento del FMI, y no sustituyéndolo", añadió.
Japón impulsó la idea del fondo en septiembre y contó con el apoyo de numerosos países asiáticos. Pero la propuesta fue objetada porque, según sus detractores, la administración de un fondo asiático para ayudar a las economías en problemas no sería tan estricta como la del FMI.
Este argumento, a su vez, recibió la crítica de quienes sostuvieron que Estados Unidos y el FMI no se oponían al fondo en sí, sino a la idea de que se creara fuera de su jurisdicción.
ESCAP señala que la región debe aprender lecciones de la crisis ya que prevé que su futuro económico en los próximos años será oscuro.
El informe expresa que, a diferencia de Asia meridional, que gozará de un crecimiento firme de seis por ciento anual del producto interno bruto, los países del sudeste asiático seguirán sufriendo las consecuencias de la crisis hasta el año 2000.
El crecimiento económico del sudeste asiático, que en 1997 descendió a 4,2 por ciento en comparación con 7,2 por ciento en 1996, seguirá siendo lento. El mismo se contraerá aun más este año a uno por ciento, según el estudio de ESCAP.
Pero la investigación calcula que el crecimiento del sudeste asiático crecerá de nuevo entre cuatro y cinco por ciento entre 1999 y 2000.
Para Asia y el Pacífico, el informe de ESCAP exhorta a que se discuta un sistema monetario intrarregional que sea un instrumento para impulsar el comercio.
"ESCAP puede proporcionar el foro para que los países analicen este asunto. Los estados tendrán que decidir por su cuenta sobre la cuestión de la moneda intrarregional, pero nosotros podemos ayudar a reunir a las naciones del sudeste asiático con las de Asia oriental y meridional", agregó Mooy.
Además de un sistema monetario regional, el estudio también recomienda el establecimiento de un plan de seguros que se encargue de los reclamos financieros internacionales y la cooperación para una administración más efectiva de las instituciones del sector financiero.
Estas medidas ayudarían a resolver algunos de los efectos más dolorosos de la crisis, como el menor intercambio comercial y el reducido movimiento financiero que dificultan el crecimiento de las economías.
Así mismo, las economías sufren de la pérdida de confianza de los acreedores en sus sistemas financieros, lo que dificulta el pago de la deuda externa.
Aunque la comunidad internacional recomienda que los países de Asia oriental adopten mayores reformas de liberalización económica como salida a la crisis, sus economías podrían tener mayores dificultades para optar por este camino, advierte ESCAP.
"Los países deben adoptar sistemas adecuados de tasas de cambio y las opciones a su alcance se deben analizar con cuidado, mientras se deben superar las debilidades del sector financiero interno", expresó Mooy.
A largo plazo, ESCAP recomienda la creación de un sistema de regulación mundial del movimiento financiero privado. Mooy anunció que los detalles de este asunto se revelarán en otro informe que la comisión publicará en junio.
"En este momento, las monedas son un tipo de bien comercial. Pero no existe una regulación mundial de las transacciones financieras internacionales similar a la que existe en la zona del comercio que abarca la Organización Mundial de Comercio", explicó Mooy.
"Por el régimen actual, sólo el prestatario está regulado, pero no se aplica norma alguna al prestamista. Se debe aplicar alguna forma de tratamiento simétrico tanto a prestamistas como a prestatarios", señaló.
Pero a pesar del incierto futuro económico y el creciente desempleo de Asia oriental, Mooy sostiene que permanece intacto el potencial de la región para mejorar la calidad de vida de su población.
"La inquietud por la crisis inmediata no debe socavar el compromiso con el objetivo fundamental del desarrollo de largo plazo, es decir, el crecimiento con equidad", dijo.
El estudio será el principal documento que se analizará en la 54 sesión de la comisión ministerial de ESCAP, este mes en Bangkok. (FIN/IPS/tra-en/pd/js/aq-lp/if/98