ASIA: OIT pronostica penurias sociales por la crisis económica

Los sectores populares de Asia soportarán durante 1998 condiciones más penosas debido principalmente a las inadecuadas medidas políticas aplicadas hasta ahora para afrontar la crisis financiera de la región, pronosticó la Oficina Internacional del Trabajo (OIT).

La perspectiva más grave del panorama asiático es la inversión de la tendencia de reducción de la pobreza, que en los últimos 20 años había registrado avance espectaculares.

El retroceso en la distribución del ingreso, alertó la OIT en su informe, puede crear un campo fértil para la germinación de graves disturbios sociales.

En una descripción de la crisis iniciada en 1997, la OIT consignó que Asia del sudeste y del este han experimentado un sacudón económico de severidad sin precedentes después de décadas de elevado crecimiento ininterrumpido.

La magnitud del impacto se verifica en el hecho de que en los países más sacudidos, Tailandia, Indonesia y Corea del Sur, el crecimiento del producto interno bruto (PIB) cambió abruptamente de siete por ciento anual a cero o valores negativos.

Aunque menos afectados, Malasia, Singapur y Filipinas también soportarán en 1998 una desaceleración significativa de su crecimiento.

El informe de la OIT anticipa que millones de trabajadores perderán su empleo como consecuencia de las medidas de reducción de personal, sobre todo en la construcción, los servicios financieros y la industria.

El diagnóstico agregó que el subempleo se extenderá y se reducirá de manera considerable el ingreso real de los trabajadores, como resultado de la disminución de la demanda de mano de obra y del aumento de la inflación derivada de las devaluaciones.

El cuadro social se complicará por "la ausencia de redes de seguridad social eficaces", alertó la OIT en el informe preparado para la la reunión de gobiernos, sindicatos y empleadores que se realizará en Bangkok del 22 al 24 de este mes.

La inmensa mayoría de los trabajadores despedidos no recibirán con toda probabilidad ninguna asistencia, y deberán afrontar la adversidad con escasos recursos, previno el documento.

La OIT resumió los peligros así: "Los efectos conjugados de las dificultades sociales imprevistas, por una parte, y de la falta de medios de asistencia colectiva, por la otra, forman un terreno fértil en el que pueden germinar graves disturbios sociales".

En un examen de los tres países más golpeados, el informe mencionó que el desempleo en Indonesia se situará entre ocho y 10 por ciento (7,9 a 9,2 millones de trabajadores).

El desempleo en Indonesia, que en 1996 fue de cinco por ciento, dependerá del aumento del PIB, que se estima fluctuará entre cero por ciento y una contracción de cinco por ciento.

La población indonesia en condiciones de pobreza, calculada en 22 millones de personas, crecerá en una preoporción considerable, estimó el informe.

En Corea del Sur, el desempleo pasó de 2,3 por ciento en octubre de 1997 a 4,7 por ciento en febrero de este año, y se cree que en mayo puede incrementarse a siete por ciento.

Hasta antes de la crisis, en Tailandia existía una situación de pleno empleo, como demuestra la presencia creciente de trabajadores extranjeros migrantes.

Sin embargo, a fines de 1997 el desempleo ya afectaba a 3,4 por ciento de la fuerza de trabajo. Bangkok prevé, que a fines de 1998, la masa de desocupados se elevará a dos millones, una cantidad equivalente a 5,6 por ciento de la población económicamente activa.

La OIT observó que las mujeres han sido víctimas particularmente vulnerables de la crisis regional, debido a su situación desfavorable en el mercado de trabajo y a su concentración en las formas más precarias de empleo asalariado.

Los antecedentes en poder de la agencia internacional indican que el despido discriminatorio en perjuicio de las trabajadoras se ha convertido en práctica corriente.

Los 6,5 millones de trabajadores inmigrantes que había en la región a mediados de 1997 enfrentan dificultades semejantes. Una buena parte de los inmigrantes están indocumentados y corren el riesgo de ser detenidos y repatriados contra su voluntad.

Con relación a las medidas de política económica adoptadas para afrontar la crisis, el estudio indicó que las más discutidas son las que se aplicaron después de la concertación de acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Una de las críticas más comunes a esos programas convenidos con el FMI alude a la necesidad de la austeridad fiscal que incluyen.

Los críticos, dijo la OIT, argumentan que, debido al agudo impacto deflacionario causado por la fuga masiva de capitales, la austeridad fiscal constituyó una respuesta perversa.

En el plano ocupacional, los esfuerzos por asistir a las masas de trabajadores despedidos cubrieron únicamente a una fracción reducida de los necesitados de ayuda.

Con la excepción de Corea del Sur, no se han aplicado medidas de distribución de beneficios al desempleo ni tampoco otras políticas de asistencia social, dijo el informe.

El documento de la OIT alentó la adopción de medidas para conseguir una recuperación económica urgente, pero también propuso comenzar un proceso de fortalecimiento de los sistemas de protección social.

Así como la Gran Depresión dio lugar en los años 30 un nuevo contrato social en los países industrializados, la crisis actual de Asia puede ser la ocasión de crear un modelo de desarrollo más orientado hacia lo social, concluyó. (FIN/IPS/pc/ff/lb/98

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