La agricultura protegió a Asia meridional e impulsó el crecimiento económico de India cuando la crisis financiera golpeó a los países vecinos del sudeste asiático, según un organismo de la Organización de las Naciones Unidas.
Las regulares lluvias monsónicas y los buenos resultados agrícolas de la última década protegieron a Asia meridional, sobre todo a India, de los efectos adversos de los cambios políticos y los ajustes estructurales, señaló el estudio de la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico (ESCAP).
India tuvo este año una abundante cosecha de granos, de 198,2 millones de toneladas. Además de las lluvias monsónicas que no fallaron en la última década, las condiciones favorables para la agricultura y el adecuado suministro de esenciales insumos agrícolas contribuyeron al crecimiento.
Pero la disminución de la demanda de los productos de exportación, demoras en el proceso de reestructura y la caída de la inversión pública, que redujo la demanda de productos nacionales de capital, fueron factores negativos para India, según el informe.
Industrias esenciales y de infraestructura como la electricidad, el carbón, el acero, el cemento, los fertilizantes, el petróleo crudo y sus productos derivados podrían crecer sólo 2,9 por ciento, dijo V. R. Panchamukhi, director del Sistema de Investigación e Información a Países no Alineados y en Desarrollo de ESCAP.
Por otra parte, el crecimiento del producto interno bruto de Pakistán descendió a 3,1 por ciento el año pasado, frente a 4,6 por ciento en 1996.
El sector manufacturero paquistaní tuvo magros resultados mientras la agricultura creció sólo 0,7 por ciento, lo cual se atribuye al factor climático que redujo la producción de algodón, caña de azúcar, mijo y maíz, señaló ESCAP.
La economía de Sri Lanka tuvo un crecimiento modesto de 3,8 por ciento en 1996, tras la prolongada sequía que a fines de 1995 afectó la producción agrícola. Los disturbios civiles también alejaron al turismo.
Las consecuencias de la sequía se sintieron más que nada en la producción de arroz y coco, pero la pérdida se compensó con los favorables precios internacionales de cultivos comerciales como té y caucho, explicó el informe.
El sector manufacturero de Sri Lanka también creció 6,5 por ciento, sobre todo gracias al 10 por ciento de aumento de la producción de las zonas de procesamiento de exportaciones.
Las reformas políticas para fomentar el crecimiento económico y la estabilidad continúan en Asia meridional, pero el estancamiento del ahorro interno y la insuficiencia de capital externo frenan la expansión de la región, señaló Panchamukhi.
En 1996 y 1997, la inflación de dos dígitos afectó a casi todos los países de la región, excepto India donde, a pesar de la suba de precios del carbón, el fuel oil, la electricidad, y el grano controlado por el gobierno, la inflación se mantuvo en 10 por ciento en 1996.
La inflación cayó gradualmente en 1997 hasta llegar a 3,7 por ciento en septiembre, la cifra más baja registrada en los 11 años previos, aunque para fines de año había ascendido de nuevo a ocho por ciento, debido a los precios derivados del petróleo.
ESCAP prevé que el crecimiento del GDP de Asia meridional será constante debido a las medidas de liberalización comercial, como el desmantelamiento de barreras no arancelarias y la reducción de aranceles a la importación.
La lentitud de la liberalización del sector financiero de India fue elogiada por el informe debido a la experiencia de Tailandia, que debió reincorporar mecanismos de control más estrictos, como resultado de la crisis del sudeste asiático.
Aunque India liberalizó sus mercados de capital al permitir la operación de fondos de ahorro privados e inversores extranjeros desde 1992, las restricciones al movimiento de capital de corto plazo son severas y, al parecer, con buena razón, estimó ESCAP.
Sólo a los inversores institucionales extranjeros se les permite invertir en los mercados de capital de India, pero se restringe la proporción de su propiedad de acciones en las compañías, mientras al sector empresarial no se le permite realizar créditos comerciales externos.
En noviembre, India también se comprometió a retirar la prohibición, vigente desde hace décadas, de importar 2.700 tipos de artículos de consumo y anunció negocios comerciales bilaterales con la Unión Europea y Australia, lo que llevará al retiro gradual de las restricciones en el 2003.
Especial atención se otorgó a estimular la inversión extranjera en la infraestructura, con la aprobación automática de propiedad extranjera de hasta 74 por ciento de las industrias clave, entre ellas la generación y distribución de energía y el transporte.
La situación es tal que los tigres de Asia deberán ser devueltos a sus jaulas mientras es hora de liberar a los "tigres durmientes" de Asia meridional, dijo Panchamukhi.
Pero Panchamukhi considera peligrosos los grandes déficits de cuenta corriente en India y otros países de la región. Los intentos del gobierno por reforzar artificialmente los valores monetarios portan las semillas de la futura inestabilidad, advirtió. (FIN/IPS/tra-en/rdr/aq-lp/if dv/98