Maestros y profesores de Argentina concluyeron hoy una jornada de paro con una marcha de protesta y un acto multitudinario, convocado para denunciar que su ayuno frente al Congreso cumplió un año y no obtuvieron respuestas oficiales a su reclamo de mayor presupuesto para la educación.
"Estamos hartos de mentiras, hartos de esperar, hartos de que nos posterguen, queremos una respuesta ya", clamó la secretaria general de la Confederación General de Trabajadores de la Educación, Marta Maffei, al cierre del acto realizado en la Plaza de Mayo de Buenos Aires, frente a la sede del gobierno nacional.
El sindicato docente, que desde hace un año mantiene una tienda de campaña frente al parlamento a la espera de una ley que garantice recursos económicos para sostener la escuela pública y aumentar salarios, contó en este lapso con más de 500 ayunantes de todo el país que se turnaron para participar de la medida.
La llamada "carpa docente" se convirtió así en un símbolo del reclamo popular en favor de la educación pública y contó con el respaldo de artistas, deportistas, dirigentes humanitarios, políticos y sindicales.
Este jueves, 140 organizaciones sindicales de todo el mundo enviaron su adhesión a los docentes argentinos, y representantes de maestros de Brasil, Uruguay y Chile se sumaron al acto de conmemoración de la más larga protesta docente de la historia argentina.
La jornada comenzó con un paro que tuvo una adhesión masiva, incluso de las escuelas privadas que en otras oportunidades no participaron. Estudiantes, padres de alumnos, universitarios, maestros y profesores acudieron a la carpa y desde allí marcharon hasta la Plaza de Mayo con banderas y pancartas.
La movilización fue encabezada por los maestros y profesores que durante este año llegaron hasta la carpa en Buenos Aires desde todos los puntos del país, para participar del ayuno que consiste en una dieta líquida durante 20 días. Vestidos con guardapolvo blanco, portaron una bandera argentina de 100 metros.
Al llegar a la Plaza de Mayo, alzaron los brazos, se tomaron las manos, aplaudieron y fueron aplaudidos. Una veintena de ellos tenían ojeras pronunciadas por el ayuno que vienen realizando desde el 18 de marzo y que concluirá este viernes, cuando serán reemplazados por otro contingente.
Maffei advirtió que la protesta -que cuenta con la adhesión de los padres de los estudiantes porque no les resta clases a los niños- proseguirá hasta que sea real la muchas veces prometida creación de un fondo federal para financiar la educación pública, que se reparta con equidad en todo el país.
La dirigente sindical, que también participó de la protesta como ayunante durante 20 días, fue aclamada por los manifestantes cuando rechazó las promesas oficiales de crear impuestos generales para sostener la educación, y reclamó que esos tributos recaigan sobre los que más tienen y no sobre toda la población.
Los maestros atraviesan su peor momento salarial. Perciben en promedio 300 dólares mensuales cuando la canasta familiar ya supera los 1.600 dólares al mes. Un docente jubilado cobra apenas 150 dólares mensuales.
Un maestro de Salta, una provincia del noroeste argentino, se sumó a los ayunantes de la última camada para que se conozcan las condiciones en que trabaja en su comunidad. Viaja todos los días 150 kilómetros para llegar hasta su escuela.
Cobra 400 dólares al mes y asegura que por el viaje diario, que realiza gracias a la buena voluntad de los camioneros, obtiene otros 160 dólares al mes. "Es un sacrificio que hago por mis hijos", dijo.
Sin embargo, no sólo no le alcanza para mantener a sus cuatro hijos, para lo que necesitara un sueldo cuatro veces mayor, sino que lamenta dictar sus cursos ante un alumnado que sólo llega hasta la escuela a la espera del gran momento de tomar la merienda, casi siempre su única comida del día. (FIN/IPS/mv/ag/ip- ed/98
