ARGENTINA: Gran mayoría desaprueba programa económico de Menem

La economía argentina creció 8,4 por ciento y el desempleo bajó de 16 a 13,8 por ciento en 1997. Pero el programa económico del presidente Carlos Menem, en el poder hace nueve años, nunca tuvo una imagen tan negativa en las encuestas como este mes.

En la primera semana de abril solo 12 por ciento de los encuestados por el Centro de Estudios para la Nueva Mayoría tuvo una percepción positiva del modelo económico, en tanto 52 por ciento manifestó una visión negativa y 35 por ciento una regular.

La firma consultora realiza la misma encuesta desde 1989, cuando asumió Menem. Ese año, la política económica tenía el apoyo de 27 por ciento de los entrevistados, pero con el plan de estabilización que permitió poner freno a la alta inflación el respaldo creció a 43,8 por ciento en 1992.

Aquel porcentaje fue el clímax del modelo económico del gobierno de Menem, basado en la convertibilidad monetaria, las privatizaciones y la apertura que permitió un crecimiento económico sostenido, aunque al costo de un desempleo creciente que superó 18 por ciento en 1995.

El desempleo y sus efectos sobre los ingresos, que se suman a las dificultades de un desocupado para acceder a servicios básicos como la salud y la educación, siguen constituyendo una fuente de fuerte malestar con el programa económico.

El sociólogo Luis Beccaria, ex director del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, sostuvo este mes que "la actual distribución del ingreso en Argentina es la peor desde la posguerra".

Se refirió así a la brecha creciente entre ricos y pobres que, según sus datos, corre riesgo de cristalizar una estructura inequitativa.

Beccaria advirtió que la desocupación podría seguir bajando este año pero al precio de empleos de peor calidad y bajos salarios, fenómeno que no contribuirá a disminuir la brecha aun a pesar del crecimiento económico que, según los pronósticos, persistirá este año.

La crisis de la oferta de servicios educativos y de salud, la caída del poder adquisitivo de las pensiones de los jubilados y el aumento de las tarifas de servicios públicos privatizados también han mellado el apoyo a las reformas.

La empresa Sofres Ibope indicó en marzo que 52,5 por ciento de los encuestados consideraba necesario resolver con urgencia los problemas sociales aunque eso significara resignar en parte la estabilidad de precios, un logro que había sido el principal capital político del gobierno hasta entonces.

Si bien la desocupación se redujo tres puntos porcentuales en 1997 respecto de 1995 y la economía volvió a crecer al nivel previo al llamado "efecto tequila", el sector privado que crece no genera empleos y los nuevos puestos de trabajo precarios y temporales son financiados por el Estado.

Durante 1997, a instancias de los programas públicos se crearon casi 500.000 puestos de trabajo, aunque un alto porcentaje de los ocupados precariamente quedó de nuevo parado al finalizar su contrato con remuneraciones que oscilaban entre 100 y 400 dólares mensuales.

Con estos planes, Argentina, que en 1995 era el segundo país del mundo entre los de alto desempleo después de España, consiguió reducir esa tasa, aunque no la percepción de la gente que sigue considerando en las encuestas que la falta de trabajo es la principal de sus preocupaciones.

El Centro de Estudios mostró este mes, además, que junto con la caída de respaldos al plan económico cae la popularidad del presidente.

Menem gozaba en 1989 del respaldo de 65 por ciento de la ciudadanía, según las encuestas, y en la primera semana de abril de este año el porcentaje de personas que tienen una imagen positiva del mandatario cayó a 17 por ciento.

La medición haba arrojado un promedio de adhesiones a Menem dos puntos aun más bajo en marzo, pero el politólogo Rosendo Fraga, que condujo la investigación, interpretó que el alza del mes puede ser resultado de la campaña del presidente por la reelección.

Menem pretende la aprobación de una reforma constitucional para ser reelegido en 1999.

La falta de apoyo popular al programa económico y al presidente emergió en un momento en que el Fondo Monetario Internacional pidió al país un nuevo ajuste del sector externo para evitar la vulnerabilidad del modelo a una crisis financiera.

Pero hasta el momento, el gobierno rechaza la propuesta de desacelerar el crecimiento. (FIN/IPS/mv/mj/ip/98

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