Funcionarios estadounidenses advirtieron esta semana en Buenos Aires los riesgos de la corrupción y la falta de justicia independiente en Argentina, mientras un juez local amenaza pedir la captura de cuatro ejecutivos de la empresa IBM en Estados Unidos por soborno.
La advertencia de los funcionarios visitantes contrastó así con la falta de colaboración del Departamento de Estado de Estados Unidos, que avaló los argumentos de los cuatro ejecutivos de IBM para negarse a declarar ante un juez argentino, que los citó infructuosamente tres veces.
En un simposio sobre relaciones cívico militares realizado esta semana en Buenos Aires, el diplomático estadounidense Thomas McNamara sostuvo que la corrupción, tanto de funcionarios como en el sector privado, "destruye la democracia más rápida y certeramente que la peor dictadura militar".
Por su parte, Jeff Davidow, secretario de Asuntos Interamericanos del Departamento de Estado, vaticinó que los países con sistemas judiciales transparentes serán los de más éxito en el futuro.
Davidow advirtió el déficit de Argentina en la lucha contra la corrupción, pero eludió referirse al mayor escándalo, el de IBM, que involucra a empresarios de su país.
El delito que investiga el juez argentino Adolfo Bagnasco se habría producido cuando la filial argentina de IBM ganó la licitación para proveer servicios informáticos al estatal Banco de la Nación Argentina.
El contrato tiene un monto de 250 millones de dólares y se presume que 21 millones fueron destinados al soborno de directivos del banco.
Al comenzar la semana, un ex directivo del Banco Nación Alfredo Aldaco, admitió no ser inocente y prometió devolver el dinero que depositó en una cuenta secreta en Suiza y que Bagnasco logró rastrear.
Otro alto funcionario del banco, Genaro Contartese, también reconoció haber recibido dinero de IBM. Para justificar su cuenta de 1,5 millones de dólares en Suiza, dijo que la multinacional estadounidense lo había gratificado para que compartiera la alegría de la concreción del negocio.
Con esos testimonios como prueba del soborno, Bagnasco advirtió este jueves que si los cuatro directivos de la casa matriz de IBM continúan negándose a declarar ante la justicia argentina, pedirá su captura internacional, como lo solicitó la fiscalía federal.
Entre 1993 y 1994, IBM Argentina obtuvo contratos de casi una decena de organismos oficiales, y se puso a la cabeza entre las sucursales más rentables de la transnacional informática estadounidense en el segundo de los años señalados.
El hecho fue destacado por la propia casa matriz, que celebró el rendimiento del entonces presidente de IBM Argentina Ricardo Martorana.
Este, separado de su cargo al estallar el escándalo, está procesado, y el miércoles volvió a señalar ante Bagnasco a Robeli Libero, Steve Lew, Marcio Kaiser y Petre Rowley, los ejecutivos de Estados Unidos involucrados en el caso.
Martorana asegura que esos cuatro ejecutivos no ignoraban los detalles de la negociación y que aprobaron todos los pasos. Por lo tanto, tendrían responsabilidad en el delito.
Incluso demostró que algunos de ellos se trasladaron a Buenos Aires para intervenir en el proceso de licitación.
Los cuatro sospechosos aceptaron declarar sólo en el marco del Tratado de Asistencia Mutua Legal firmado entre Argentina y Estados Unidos. Por ese acuerdo, pueden prestar testimonio bajo juramento ante un juez de su país, sin presentarse ante la justicia argentina.
El Departamento de Estado también respondió por escrito a Bagnasco que el tratado autoriza a los directivos de la empresa a declarar en Estados Unidos, y que sólo si el juez argentino les tipifica un delito -que debe ser probado- podría procederse a su extradición.
En cualquier caso, la legislación penal estadounidense contempla el castigo de ejecutivos de transnacionales que paguen sobornos aún fuera del país para conseguir un contrato. (FIN/IPS/mv/ff/ip/98