Los habitantes de la capital de Chile viven con resignación las últimas horas antes de la II Cumbre de las Américas, en medio de anuncios sobre restricciones de tránsito y medidas de seguridad abrumadoras por la presencia de 34 presidentes y sus séquitos.
Todo comenzará a primera hora de este jueves, cuando empiezan a llegar los presidentes, y terminará el domingo por la tarde, cuando la mayoría de ellos abandonará el país tras participar en la Cumbre.
Los días jueves y viernes se celebrarán las reuniones previas de representantes gubernamentales para afinar el contenido de las declaraciones y la agenda de los mandatarios, cuya Cumbre se desarrolará entre el sábado por la mañana y el mediodía del domingo, momento en que se entregará una declaración final.
Se calcula que esta II Cumbre de las Américas movilizará hacia Santiago a unas 7.000 personas, de las cuales casi la mitad son periodistas.
A los delegados de la reunión gubernamental se debe agregar a los asistentes a la alternativa Cumbre de los Pueblos de América que convoca a organizaciones ambientalistas, de derechos humanos, de indígenas y de la sociedad civil.
Por si fuera poco, también confluyen hacia Santiago los delegados a una Cumbre sindical convocada por la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT) y las empresas de tecnología que participan en la iniciativa Informática 2000 auspiciada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La capacidad hotelera de la ciudad colapsó, mientras los dueños de restaurantes lujosos afilan los cubiertos ante la masiva presencia de delegados extranjeros. Pero los habitantes comunes se dedican más bien a pensar en la forma de esquivar los inconvenientes que genera la Cumbre.
El más evidente será el empeoramiento del caos del tráfico metropolitano, en especial en zonas aledañas a los hoteles donde se hospedan los dignatarios y mientras transitan las caravanas de automóviles proporcionados por una compañía coreana, llevando a las comitivas presidenciales de un compromiso a otro.
Unos 5.000 policías uniformados y unos 500 de civil saldrán a las calles para garantizar la seguridad durante la Cumbre.
Representantes del gobierno anfitrión venden la idea de que se trata de una molestia necesaria, en vista de los beneficios a la imagen del país. "Es la reunión más importante que se haya celebrado en Chile", aseguró el ministro de Relaciones Exteriores, José Miguel Insulza.
"Una Cumbre bien hecha es mejor que mil campañas de propaganda. Hay que considerar toda la gente que va a venir a conocer el país, a mirarlo, a ver lo que pasa en él, a informar sobre él", agregó el canciller.
El costo de la II Cumbre de las Américas para Chile no supera los cuatro millones de dólares, aseguraron los organizadores.
La preparación para el encuentro incluyó campañas de limpieza, con especial énfasis en las rutas que recorrerán los presidentes desde el aeropuerto. Para la tarea fueron convocados empresarios e incluso una "barra brava" de fútbol, más habituada a encender hogueras en los estadios.
Las especulaciones e informaciones más impactantes son las que hacen alusión a la visita del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, cuya comitiva consta de más de 800 personas, aunque algunos medios locales aseguran que podrían llegar a sumar 1.300.
Clinton será el primer mandatario en llegar a Chile, el jueves a las 7.00 hora local (11.00 GMT) , pues prevé realizar una visita oficial a este país antes de la reunión americana.
Ya se anunció la llegada de cuatro limusinas blindadas, de ocho helicópteros y varios aviones. La delegación estadounidense alquiló todo el hotel Hyatt de Santiago, el más lujoso y uno de los más grandes de la capital. La suite principal, de 240 metros cuadrados, fue preparada para Clinton y su esposa Hillary Rodham.
Medios chilenos informaron que 150 agentes del servicio secreto de ese país llegaron hace semanas para preparar el hotel, los itinerarios y todos los detalles de seguridad que incluyen fichar a camareras y botones de ese establecimiento, mientras revisan y sellan la suite presidencial.
El resto de los mandatarios estará alojado en el hotel Sheraton, junto al cual se montaron los galpones de un centro de prensa de 9.000 metros cuadrados con 2.000 líneas telefónicas.
Hace dos semanas la policía chilena realizó un ensayo general de la reunión. Reclutas de Carabineros hacían el papel de los mandatarios que llegaban al aeropuerto y luego eran trasladados a través de la ciudad, poblada de uniformados enguantados de blanco.
El resultado de la prueba fue satisfactorio. En las calles el ensayo tuvo efectos drásticos cuando se simuló el traslado a una cena en el palacio presidencial de La Moneda, pues a fuerza de silbatos y gestos autoritarios se hacía a un lado los automóviles de la gente común y se impedía el paso en algunos cruces.
Al margen de las reuniones donde se discutirá de política, economía y otros asuntos vinculados con la relación entre gobiernos, la realización de la Cumbre también implica un intenso programa cultural que agita la vida de los ciudadanos de la capital.
Este lunes fue inaugurada la Expo-Cumbre en un espacio de 10.000 metros cuadrados con exhibiciones de 22 países. Unas 50.000 personas ya habían retirado su entrada para asistir a la muestra, dijo el encargado de la organización de la Cumbre, Oscar Pizarro.
Entretanto, ya se agotaron por completo las localidades al concierto del pianista de jazz estadounidense Herbie Hancock, mientras el centro de la capital se prepara para el desfile de los Caporales de San Simón llegados desde Bolivia.
El grupo chileno Los Jaivas hizo la canción de la Cumbre que, previsiblemente, se titula "Todos Americanos". (FIN/IPS/tra- en/lc/mj/ip/98