La delegación de Estados Unidos a la Cumbre de las Américas en Santiago la semana próxima, sin un mandato para la expansión del libre comercio, producirá poca sustancia económica más allá de propuestas de reglas comerciales comunes.
Es posible que los representantes de Estados Unidos también impulsen una mejora en los procedimientos aduaneros, y un compromiso para incrementar el acceso a los mercados agrícolas.
Según Thomas McLarty, consejero especial sobre América Latina del presidente Bill Clinton, el centro de las deliberaciones en Santiago será facilitar la integración económica del hemisferio por parte del sector privado.
Peter Allgeier, respresentante asistente de Comercio de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental, dijo la semana pasada que lo que "buscamos en un Area de Libre Comercio de America (ALCA), es un conjunto único de reglas".
Estas reglas deberán permitir que un hombre o mujer de negocios "sepa cómo será tratado, esté en Nicaragua, Argentina, Honduras, Estados Unidos, o Canadá".
El enfoque "liviano" de Washington contrasta con las promesas hechas a fines de diciembre de 1994 en la cumbre de Miami, donde se lanzó el concepto del ALCA.
Los opositores del libre comercio predicen que su "Cumbre del Pueblo" de grupos sindicales y ambientalistas producirá acuerdos más sustanciales que la asamblea de ministros de comercio.
A casi cuatro años de la conferencia de Miami, "no hay un consenso para expandir el TLC (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) y el grupo entero de gobiernos latinoamericanos está molesto" con Clinton por limitarse a demandas de discusiones laborales y ambientales.
La declaración fue hecha por John Cavanagh, director del Instituto para Estudios Políticos y durante largo tiempo activista de temas comerciales.
Como resultado, los objetivos de Estados Unidos en la cumbre de la semana próxima se limitará a "entonar" los aspectos no comerciales de un plan de acción que discutirán los ministros de comercio, predijo un especialista del Congreso.
Además del comercio, el plan incluirá propuestas en educación, la preservación y fortalecimiento de la democracia y los derechos humanos, y la erradicación de la pobreza y la discriminación.
En un discurso revelador al Club Nacional de la Prensa, con sede en Washington, McLarty dedicó el jueves la mayoría de sus declaraciones a temas no comerciales, incluyendo drogas, medio ambiente, inmigración y educación.
Sólo al final de su discurso destacó que Santiago marcará el lanzamiento formal de negociaciones para establecer un Area de Libre Comercio de las Américas.
Clinton había contado con que el ALCA sería el centro de la cumbre hasta noviembre, cuando concluyó que no tenía suficiente respaldo de su propio Partido Demócrata para lograr la aprobación de la "vía rápida" para negociar acuerdos de libre comercio.
Esta autoridad, de ser aprobada, permite a los presidentes presentar acuerdos comerciales al Congreso sin preocuparse por posibles enmiendas por intereses especiales ni obstrucciones.
Sin la vía rápida, la agenda comercial en Santiago será mínima, aunque McLarty intentó dar la mejor imagen sobre la situación cuando destacó que el ex presidente George Bush no tenía la autoridad de la vía rápida cuando inició las negociaciones por el TLC.
Pero incluso sin la vía rápida, "podemos iniciar las negociaciones, podemos avanzar mucho en ellas", dijo Allgeier.
En última instancia, sin embargo, agregó, "para concluir las negociaciones nuestros socios comerciales deberán tener confianza de que el acuerdo presentado al Congreso será presentado de forma que no sea cambiado con enmiendas … (sino que) será votado como un paquete".
"Tenemos confianza en que, cuando llegue el momento de que estemos en ese punto, tendremos los procedimientos apropiados para el Congreso", destacó el asesor. (FIN/IPS/tra-en/ts-jl/aa/mk/lp/if ip/98