El Parlatino y sindicatos de América Latina advirtieron hoy que el ALCA será solo una zona de libre comercio y reiteraron su propuesta de una real integración a través de una Comunidad Latinoamericana de Naciones.
El presidente del Parlatino (Parlatino Latinoamericano), Juan Adolfo Singer, señaló también a IPS que el ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas) debe abarcar todos los productos, sin exclusiones que perjudiquen a las exportaciones latinoamericanas.
La directiva del Parlatino se reunió en Santiago, en el marco de la II Cumbre Social Latinoamericana, donde 150 sindicalistas convocados por la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT) analizan las perspectivas de la integración hemisférica.
Esta reunión regional, que finalizará este sábado, elevará sus conclusiones a la II Cumbre de las Américas programada para los días 18 y 19 en esta capital, en la cual se lanzarán formalmente las negociaciones para la creación del ALCA.
Los mandatarios de 34 países del continente, con la sola exclusión de Cuba, aprobarán una declaración política y las bases de un plan de acción para iniciar el libre intercambio en todo el hemisferio desde el año 2005.
Singer, diputado de Uruguay, expuso este jueves ante el foro sindical los elementos centrales de la Comunidad Latinoamericana de Naciones, una propuesta del Parlatino que apunta a la integración política, cultural y social de la región.
América Latina forma parte de Occidente, al igual que los Estados Unidos y Europa, pero es una región con una identidad propia que debe ser preservada y desarrollada en el actual contexto de la globalización, dijo el presidente del Parlatino.
Es por eso que se plantea el desafío regional de crear una Comunidad Latinoamericana de Naciones, no solo como consecuencia de una historia común, sino también como un imperativo presente y futuro, agregó el político uruguayo.
El ALCA será una "muy buena oportunidad" para el desarrollo de la región, pero solo contempla el comercio, y América Latina requiere de una integración política y cultural mucho más allá de la parte mercantil, añadió Singer en su intervención ante la CLAT.
"Ningún país latinoamericano, por grande que sea, como Brasil, México o Argentina, puede arbitrar la globalización por sí solo. Si no hay propuestas regionales, seremos simples peones en el tablero mundial", advirtió el presidente del Parlatino.
De cara a la II Cumbre de las Américas, la directiva del Parlatino ratificó los planteamientos de su Comisión de Asuntos Económicos con respecto al ALCA.
La futura zona hemisférica de libre comercio debe tener en cuenta en su creación la abrumadora diferencia de desarrollo entre Estados Unidos, que posee casi 80 por ciento del producto interno bruto de todo el hemisferio, y los otros 33 países, indica la resolución de la directiva.
El Parlatino postula, además, que el ALCA no puede organizarse en desmedro de los acuerdos de integración de los países latinoamericanos, sino, al contrario, debe considerar los procesos regionales que en desarrollo.
El tercer punto de la resolución advierte contra posibles listas de exclusión de productos en las negociaciones del ALCA que vayan en desmedro de las exportaciones de América Latina al mercado estadounidense.
En este sentido, la directiva del órgano legislativo regional encomendará a su Comisión de Asuntos Económicos que se reúna en Santiago con los legisladores estadounidenses que acompañarán en la II Cumbre al presidente Bill Clinton.
Siempre en el contexto de la integración latinoamericana, la directiva resolvió plantear a la próxima Cumbre del Grupo de Río, programada para agosto en Panamá, que los presidentes incorporen a sus próximas agendas una "estrategia común" para la región.
La necesidad de esta estrategia común se define también en el contexto de la conferencia interparlamentaria del Parlatino y el Parlamento Europeo, previa la Cumbre América Latina-Europa que se celebrará en abril de 1999 en Río de Janeiro.
El Parlatino acogió una propuesta de la Cámara de Diputados de Venezuela y convocará a una reunión de expertos que elaborará un documento de trabajo para su Comisión de Asuntos Políticos sobre "el papel de las Fuerzas Armadas en el siglo XXI".
Singer dijo a IPS que este acuerdo recoge la preocupación de los legisladores sobre los síntomas armamentistas que se observan en la región, pero que principalmente apunta a analizar la situación de los militares tras el fin de la guerra fría.
La nueva situación política implica la caída de la doctrina de la seguridad nacional que rigió durante la guerra fría y hoy la gente se interesa legítimamente en saber para que se gasta en Fuerzas Armadas. "Es un tema que no podemos seguir mirando de costado", subrayó Singer. (FIN/IPS/ggr/mj/ip/98