Georgia se prepara para retirar uranio de un viejo reactor nuclear para que aviones de Estados Unidos lo transporten por aire hacia Esocia, a pesar de las protestas de ambientalistas y ciudadanos escoceses.
Aviones de las fuerzas aéreas estadounidenses trasladarán la carga a Gran Bretaña para su reprocesamiento en Dounreay, Escocia.
El gobierno de Gran Bretaña alega que aceptar el material, cuatro kilogramos de uranio altamente enriquecido y 800 gramos de combustible nuclear agotado, cumple con su compromiso contra la proliferación de armas nucleares.
Washington está preocupado por evitar que el uranio caiga en manos de grupos o naciones terroristas como Irán e Iraq, bajo sospecha de tener un programa clandestino de armas nucleares.
Sin embargo, el líder del Partido Nacionalista Escocés Alex Salmond afirma que Escocia se está convirtiendo en "el toque elegante de las metas sucias de la industria nuclear".
El material nuclear permanece en el Instituto de Física de Georgia, cerca de la ciudad de Mtskheta, 20 kilómetros al norte de Tbilisi, la capital.
A partir de 1956, el instituto manipuló un reactor de investigación IRT-2000 para trabajos de física nuclear, biofísica e isótopos, entre otras áreas, y trabajó en conjunto con Finlandia, Francia y Gran Bretaña.
El reactor fue cerrado para realizar mejoras de seguridad tras el desastre de Chernobyl en Ucrania, en 1986, y el cierre se hizo permanente tras protestas de ambientalistas y el colapso de la Unión Soviética.
Algunos científicos afirman que el material que aún queda en Georgia es suficiente para fabricar una bomba nuclear.
Washington ha estado intentando encontrar la forma de retirar el material desde hace dos años, e inicialmente lo discutió con Rusia. Intentos por persuadir a Francia de que tomara el material tampoco tuvieron éxito.
Estados Unidos se niega a aceptar la carga porque contiene combustible agotado que violaría sus propias leyes ambientales.
Mientras las autoridades financieras buscan dar la imagen de preocuparse por las amenazas de la proliferación, grupos ambientalistas escoceses creen que el interés propio es quizás el motivo real.
El sitio de Dounreay fue abierto en 1955 para el desarrollo de reactores rápidos. Tres reactores fueron construidos, pero todos están ahora cerrados mientras son desmantelados, un programa que gastará unos 835 millones de dólares durante la próxima década.
Las instalaciones de procesamiento de desechos de la planta continúan operando, para indignación de la población local. Dounreay tiene malos antecedentes por el filtrado de desechos en el área circundante.
Según el grupo Escocia Contra el Desecho Nuclear (SAND), el gobierno prometió a la población local que pagaría la limpieza del sitio, altamente contaminado, y sus alrededores.
Sin embargo, SAND cree que ahora las autoridades se alejan de este compromiso asumiendo varios contratos comerciales para hacer el trabajo que pocos otros países quieren hacer.
El trabajo "sucio" consiste en reprocesar combustible agotado, destruir sodio contaminado y convertir armas nucleares ex soviéticas en material para nuevas armas a ser vendido a terceras naciones.
En una encuesta a cada persona del registro electoral en el condado de Caithness, donde se sitúa Dounreay, 65,5 por ciento de los votantes se opusieron a la importación de combustible agotado para el reprocesamiento.
SAND afirma que hay un alto nivel de leucemia entre los niños que viven cerca de Dounreay, y muchas personas creen que la causa es la radioactividad liberada en el mar y el aire de la zona. (FIN/IPS/tra-en/ai/jmp/rj/lp/en/98