AMBIENTE: Chefs y restaurantes de EEUU defienden al pez espada

Famosos chefs y restaurantes de Estados Unidos se sumaron a ambientalistas y científicos en una campaña en protesta por el fracaso de las leyes internacionales para detener la sobrepesca y el agotamiento de la vida marina.

Como símbolo de preocupación ante las reducidas poblaciones de peces en el mundo, más de 100 jefes de cocina y restaurantes retiraron el pez espada de sus menúes.

Los consumidores estadounidenses son exhortados a no comprar peces espada, especie amenazada y pescada en el norte del océano Atlántico, durante 1998, designado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) "Año Internacional de los Océanos".

El pez espada simboliza la mayoría de los problemas que enfrenta la vida marina, sobrepesca, equipos destructivos, caza no intencional de animales (por ejemplo atrapados en redes para pescar otras especies), y la gestión deficiente de los recursos.

Este pez es además una de las especies más populares servidas en restaurantes y vendidas en los mercados.

Debido a la sobrepesca, causada por métodos de pesca dañinos y la búsqueda de la ganancia, la población de peces espadas en la costa este de Estados Unidos se redujo casi 60 por ciento entre 1989 y 1996.

El Servicio Nacional de Pesca Marina de Estados Unidos, y la Unión para la Conservación de la Naturaleza, con sede en Suiza, clasifican a la especie como amenazada por la sobrepesca.

Si la cantidad de peces del Atlántico norte continúa cayendo al mismo ritmo que desde 1978, y en especial desde 1986, la pesca comercial dejaría de ser viable en unos 10 años, sostuvo el año pasado el Servicio de Pesca.

España, Estados Unidos y Canadá son responsables de la mayoría de la pesca de peces espada en el Atlántico norte, y más de 40 por ciento del pescado consumido en Estados Unidos se importa de Brasil, Canadá y Chile.

El método más común de atrapar al pez espada es mediante "líneas largas", líneas de pesca llenas de anzuelos que pueden extenderse unos 20 kilómetros, dijo Carl Safina, director del Programa Océanos Vivientes de la Sociedad Nacional Audubon, con sede en Nueva York.

Safina y otros científicos marinos afirman que las líneas largas pescan indiscriminadamente, y pueden atrapar más de 80 por ciento de los peces espada hembra antes de que tengan la posibilidad de reproducirse.

El pez espada no es la única forma de vida marina amenazada por las líneas largas, dijo Safina. Ejemplares de peces aguja, atunes gigantes y tiburones en el Atlántico norte y albatros en el Pacífico quedan atrapados en las líneas largas.

Aunque la ONU prohibió el uso de redes de más de 60 kilómetros, y las redujo a 2,5 kilómetros, las enormes redes continúan agotando las poblaciones de diferentes especies, incluyendo delfines y tortugas en peligro de extinción.

La Organización de la Agricultura y la Alimentación de la ONU (FAO), estima que casi 70 por ciento de las especies comerciales de peces son totalmente explotadas, sufren la sobrepesca o necesitan una urgente gestión sustentable.

En 1950, ningún cardumen era pescado por encima de la capacidad de reproducción. Poblaciones antes abuntantes como bacalao, tiburón y atún disminuyen ahora peligrosamente, y el atún azul figura en la lista de especies en peligro.

La Comisión Internacional para la Conservación de Atunes Atlánticos no puede hacer cumplir las medidas de conservación que promueve, acusó Lisa Speer, analista del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, con sede en Nueva York.

Estados Unidos, por ejemplo, aprobó leyes incluyendo la Ley de Convención de Atunes Atlánticos y la Ley Magnuson-Stevens, que prohíben cualquier acción que tuviera un efecto de disminuir la cuota recomendada por la Comisión a Estados Unidos.

La campaña de jefes de cocina y restaurantes se propone llamar la atención sobre la forma en que estas regulaciones de los países pueden restringir el impacto de la Comisión, de modo que el gobierno federal sea presionado para cambiar esas leyes.

Los ambientalistas también buscan que la Comisión ponga en práctica un nuevo Tratado de Pesca de la ONU, para imponer normas y mecanismos de cumplimiento más estrictos.

El Instituto Nacional de Pesca, sin embargo, cree que las leyes en vigor son suficientes.

"Científicos y autoridades responsables de conservar al pez espada que autorizaron su pesca están mejor calificados para juzgar qué se necesita para la conservación que defensores autoelegidos de esta campaña de boicot", dijo Richard Gutting, vicepresidente ejecutivo del Instituto.

Pero ambientalistas afirman que esta preocupación no tiene contenido, ya que la restauración de la población de peces espada casi duplicará los peces espada en el océano y disponibles para las flotas pesqueras en el largo plazo.

"El objetivo no es detener el consumo del pez espada, ni castigar a los pescadores", dijo Speer. "Es dar a las especies un respiro, y por lo tanto una oportunidad de recuperarse". (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/lp/en/98

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