El actual mandatario de Venezuela, Rafael Caldera, habría conocido los preparativos del primero de los dos cruentos alzamientos militares de 1992, según aseguró su cabecilla y ahora candidato presidencial, Hugo Chávez.
El ministro de Información, Fernando Egaña, replicó este jueves que la afirmación de Chávez no merecía ser comentada.
Caldera, líder histórico de la democracia cristiana local, salió del retiro en que se encontraba el 4 de febrero de 1992, cuando tras fracasar la asonada comandada por Chávez dijo en el parlamento que no se podía pedir a un pueblo con hambre que defendiera la democracia.
Esa frase ya histórica constituyó, según dirigentes de varias fuerzas políticas y observadores independientes, lo que se ha denominado "la legitimación del golpismo" y fue el punto de partida para su retorno al poder en febrero de 1994, como candidato independiente suprapartidario.
Caldera, de 82 años, entregará el poder el 2 de febrero de 1999 a quien gane las elecciones del 6 de diciembre, y las últimas encuestas otorgan a Chávez (48 años) la segunda opción de triunfo, tras la alcaldesa Irene Saéz (36), ex Miss Universo.
Chávez aseguró que, además de Caldera, los preparativos golpistas los conocían, dentro del sector civil, miembros de la izquierdista Causa Radical, que hace un año se escindió en dos grupos, uno de los cuales apoya su candidatura.
Los propios adversarios de Caldera reconocen que el gran mérito de su gobierno fue haber logrado la estabilidad política del país, tras la crisis institucional abierta con los dos alzamientos de 1992 y la salida anticipada del poder de Carlos Andrés Pérez al año siguiente, bajo cargos de corrupción.
En un encuentro en el Press Club de Caracas, Chávez afirmó que Caldera conocía del movimiento comandado por un grupo de tenientes coroneles mediante su yerno, el entonces coronel Rubén Rojas, quien fue jefe de la Casa Militar del presidente durante los tres primeros años de gobierno.
Caldera liberó y sobreseyó la causa a Chávez cuatro meses después de retornar al poder, tras haber gobernado el país entre 1969 y 1974. A cambio, Chávez debió aceptar su baja del Ejército, aunque conserva su salario de teniente coronel retirado.
El ex comandante aseguró que los cabecillas de la asonada promovida por cuadros medios del Ejército decidieron no incluir a Rojas en su plan porque respondía a una corriente "muy militarista".
"El sí era un pinochetista", comentó Chávez de Rojas, en alusión al ex dictador chileno Augusto Pinochet y a las críticas que se le hacen de promover mediante las urnas la ideología conservadora y castrense que no logró imponer por las armas.
Desde la cárcel, donde permaneció dos años y tres meses, Chávez apoyó otra abortada rebelión contra Pérez (1974-79 y 1989-93), con respaldo de sectores civiles, protagonizada por la Fuerza Aérea y la Marina el 27 de noviembre.
El objetivo principal durante las dos rebeliones fue el Palacio Presidencial de Miraflores, donde estaba Pérez y de donde logró huir en la primera ocasión y se negó a hacerlo la segunda.
Chávez aseguró que, de enfrentar un episodio como el que le tocó vivir a Pérez entonces, también defendería la sede presidencial y la institucionalidad democrática.
La derrota y rendición de Chávez en Caracas forzó la entrega de otros comandantes rebeldes que habían logrado sus objetivos en otros puntos del país.
El candidato no respondió si el silencio sobre el supuesto conocimiento de Caldera de los planes golpistas formó parte de alguna condición para liberarlo, aunque reiteró algunas planteadas por él mismo para aceptar la baja.
Indicó que en las negociaciones para su liberación y baja participó un hijo del presidente, Andrés Caldera, entonces ministro de la Secretaría de la Presidencia y ahora con un alto cargo en el Banco Interamericano de Desarrollo.
Chávez es candidato del partido V República, que capta el apoyo de los sectores que más frontalmente rechazan el agotado modelo de democracia establecido en el país desde enero de 1958.
Sáez y el tercer favorito en las encuestas, el socialdemócrata Claudio Fermín, de 47 años, se presentan como candidatos independientes, al margen de los desprestigiados partidos que han dominado los 40 años de democracia, y en el caso de la primera, como una expresión de la antipolítica.
El ex comandante consideró que el famoso discurso de Caldera el día de la asonada, bajo su condición de senador vitalicio como ex presidente, no fue lo improvisado que se ha supuesto siempre, "porque él conocía lo que iba a pasar".
Chávez situó los mayores contactos de los golpistas con el yerno del mandatario entre noviembre y diciembre de 1991, pero no precisó si Rojas intentó sumarse a la rebelión.
También citó a un polémico empresario, Vinicio de Sola, como otro personaje que conocía los preparativos rebeldes y lo informó a Caldera.
No es la primera vez que Chávez acusa al presidente, uno de los pilares del sistema democrático venezolano como fundador y líder del partido socialcristiano Copei, de conocer los planes golpistas, pero nunca dio los detalles que suministró ahora.
Según la versión de Chávez, Caldera llegó a decir a los custodios de su residencia que si llegaba a buscarlo un grupo de militares que le avisaran y los dejaran pasar. (FIN/IPS/eg/ag/ip/98