También la industrializada Unión Europea (UE) sufre dentro suyo la contradicción Norte-Sur entre países más y menos industrializados, como lo demuestra la reformulación del plan de subvenciones agrícolas aprobado hoy.
Unos 20.000 agricultores se concentraron este miércoles frente al Ministerio de Agricultura de España para protestar contra una decisión adoptada horas antes en Bruselas por el Consejo de Comisarios de la UE (ministros del bloque).
Los olivareros, procedentes de las zonas menos desarrolladas de España, protestaron por la reforma de la política agraria europea que reduce las subvenciones que reciben por la producción de aceitunas y aceite de oliva.
El Consejo de Comisarios, con los votos en contra de los españoles Manuel Marín y Marcelino Oreja y del portugués Joao de Deus Pinheiro, resolvió congelar las ayudas de la UE al aceite de oliva y al vino.
Además, redujo las que se conceden a los productores de frutas y hortalizas. Todas esas medidas afectan a los países del Sur europeo. Pero la cuestión que se debate en la UE supera a los intereses de los sectores olivarero, vitivinícola o ganadero.
Lo que se discute es si los países con mayor producto interno bruto de Europa deben continuar aportando fondos para promover el desarrollo de los demás y, dentro de éstos, el de sus regiones más atrasadas.
España, Portugal y Grecia exigen que se mantengan los llamados "fondos de cohesión", mientras Gran Bretaña, Alemania y Holanda plantean su reformulación.
El ministro de Hacienda holandés, Gerrit Zalm, reclamó para su país, en una carta al presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, algo similar a lo que logró en 1985 Gran Bretaña: un cheque devolviéndole parte de su contribución al presupuesto de la UE. Lo mismo insinuó Alemania.
Los comisarios aprobaron este miércoles el plan de subvenciones agrícolas para 2000-2006, que desplaza fondos hacia los países más industrializados de Europa, con independencia de que la existencia misma de subvenciones sea una barrera para productos de los países en desarrollo del resto del mundo.
El presupuesto para esas subvenciones y para cohesionar a Europa en ese período es de 700.000 millones de dólares. La mitad de ese dinero se destinará al sector agrícola y la otra mitad a los fondos estructurales y de cohesión que financian en especial obras de infraestructura en las regiones menos desarrolladas.
Pero el Consejo de Comisarios resolvió congelar las ayudas a los olivareros, además de interpretar de manera restrictiva la situación española.
También congeló la ayuda a los productores de vinos y tabaco, y redujo 2,5 por ciento la de frutas y hortalizas. La mayor producción de esos sectores se concentra en los países del Sur de Europa (España, Portugal, Grecia e Italia).
Por el contrario, aumentó las subvenciones a los cereales (14,24 por ciento), leche (63,69 por ciento) y carne vacuna (68,72 por ciento), sectores importantes en los países europeos más industrializados.
En el rubro del aceite, además, se producen divergencias entre los países del Sur. España produce cerca de un millón de toneladas de aceite de oliva, pero recibirá subvenciones solo por 600.000.
Otros países, como Grecia, Portugal e Italia, recibirán subvenciones iguales o superiores a su producción total.
De todos modos, la resolución del Consejo de Comisarios aún debe ser tratada por el Consejo de Ministros de Agricultura de la UE y por el Parlamento Europeo.
La ministra española de Agricultura, Loyola de Palacios, dijo este miércoles que su país podrá apelar al veto para forzar una decisión menos desfavorable.
Las medidas sobre subvenciones y en particular las referidas al olivar no pueden ser vetadas, ya que se resuelven por mayoría simple. Pero España podría vetar otro tipo de resoluciones indispensables para el funcionamiento de la UE, como una manera de presión.
Para ello, la ministra cuenta con el apoyo y las críticas de los olivareros españoles. Apoyo para todo lo que sea presionar a la UE y críticas de todas las asociaciones del sector por no haber podido sacar adelante hasta ahora sus reivindicaciones.
"Lucharemos en Bruselas hasta el final", dijo de Palacio. Aunque no explicó en qué puede consistir ese final. (FIN/IPS/td/mj/if dv/98