El presidente de Sudáfrica, Nelson Mandela, esgrimió hoy frente a su par estadounidense Bill Clinton su lealtad con los gobiernos de Cuba, Libia e Irán como un sutil reproche a la inacción de Washington ante el apartheid.
Las grandes divergencias entre los gobiernos de Estados Unidos y Sudáfrica "suceden también en las familias", había dicho Clinton en el Congreso sudafricano el jueves.
Las diferencias en materia de relaciones internacionales y comercio que mantienen Washington y Pretoria quedaron en evidencia este viernes en una conferencia de prensa conjunta, en especial la amistad del mandatario sudafricano con el de Cuba, Fidel Castro, y el de Libia, Moammar Gadafi.
Washington cuestionado la amistosa relación que mantiene Mandela con Castro y Gadafi, quienes prestaron ayuda al Congreso Nacional Africano (CNA) en su lucha clandestina contra el aparthaid, el régimen de segregación racial institucionalizada que oprimió a los negros sudafricanos hasta 1994.
Mandela recordó en la conferencia de prensa conjunta con Clinton que Cuba y Libia, al igual que Irán, otra nación considerada "enemiga" por Estados Unidos, apoyaron a los negros sudafricanos en las peores horas del aparthaid.
Castro fue el primer jefe de Estado que Mandela recibió en Sudáfrica.
"Ellos nos dieron los recursos para luchar y triunfar. Los sudafricanos que me critican por ser leal a nuestros amigos pueden arrojarse a un charco. Nuestra autoridad moral nos indica que no debemos abandonar a aquellos que nos ayudaron en la hora más oscura de nuestra historia", dijo Mandela.
El presidente sudafricano, que se refirió al presidente de Libia como "hermano Gadafi", recomendó a Clinton "llamar a sus enemigos y decirles 'sentémonos a hablar de paz", lo cual "fortalecería" el liderazgo mundial de Estados Unidos..
"Como todos los socios, no podemos estar de acuerdo en todo. A veces, nuestros intereses y visiones divergen, lo que sucede también en las familias", replicó Clinton.
Mandela también manifestó "serias reservas" hacia la ley a estudio del Congreso estadounidense y defendida por Clinton que abre el mercado de ese país a las exportaciones africanas.
Clinton habrá pasado en Sudáfrica cuatro días. Se trata de la escala más extensa de la gira de 11 días que lo llevará a seis países africanos acompañado por una comitiva de más de 500 funcionarios, periodistas y empresarios.
Aparte de la breve escala del entonces presidente George Bush en Somalia en 1992 para reunirse con soldados de su país, el de Clinton es el primer viaje de un mandatario estadounidense a Africa desde que Jimmy Carter visitó Nigeria y Liberia en 1978.
Los funcionarios de la Casa Blanca afirman que el objetivo de la gira es cambiar la imagen negativa que muchos estadounidenses tienen de Africa, pero, hasta el arribo de Clinton a Sudáfrica el jueves, gran parte de la atención se concentró en lo que muchos denominaron la "gira del arrepentimiento".
El presidente estadounidense se excusó por la indecisión ante el genocidio en Ruanda (1994), el sometimiento a la esclavitud de africanos en América, la explotación de materias primas en Africa y el respaldo que Washington brindó a dictaduras del continente durante la guerra fría.
Algunos periodistas de la comitiva estadounidense manifestaron que Clinton también se podría haber disculpado por la pasada actitud de Washington en Sudáfrica.
Estados Unidos proporcionó un férreo respaldo durante gran parte de la guerra fría al régimen del apartheid, considerado el gran aliado africano en la lucha contra el comunismo.
Los servicios de inteligencia estadounidense ayudaron en los años 60 a la policía sudafricana a buscar al actual presidente Mandela, entonces prófugo de la justicia y líder del clandestino CNA.
Mandela fue detenido y pasó 27 años en prisión en la isla Robben, en aguas cercanas a Ciudad del Cabo. Clinton visitó el lugar este viernes.
Pero, a diferencia de sus discursos previos en Africa, Clinton se concentró en el futuro en su mensaje ante el parlamento sudafricano y destacó los valores e intereses comunes de ambos países.
El presidente llegó a Ghana el lunes y pasó los dos días siguientes en Uganda. Pasó tres horas el miércoles en Ruanda, donde se excusó por la indecisión de su país y el mundo para reaccionar ante el genocidio de 1994, cuando murieron hasta un millón de personas.
Clinton se reunió con sobrevivientes del genocidio y pidió disculpas porque Washington no actuó para impedir o detener la "matanza más intensa de este siglo manchado de sangre que estamos por abandonar".
"Estados Unidos y la comunidad mundial no hicimos todo lo que pudimos y deberíamos haber hecho para intentar mitigar lo que ocurrió en Ruanda en 1994. No actuamos con la necesaria rapidez cuando comenzó la matanza", expresó.
El presidente señaló en Accra que "otros países" explotaron durante mucho tiempo las materias primas de Africa. En Uganda, manifestó su pesar por la pasada esclavitud y el respaldo que Washington brindó a dictadores africanos durante la guerra fría.
El martes, ante un público de escolares en una localidad fuera de Kampala, Clinton dijo que "quizá el mayor pecado que Estados Unidos cometió con respecto a Africa fue el desinterés y la ignorancia".
"No nos comprometimos con ustedes para trabajar por nuestro beneficio mutuo, por vuestros hijos o los nuestros, como lo deberíamos haber hecho", añadió.
El discurso en el Congreso de Sudáfrica fue distinto.
"Al superar vuestro pasado, ustedes representan un poderoso ejemplo para quienes están desgarrados por sus propias divisiones en todo el planeta", declaró Clinton, el primer mandatario estadounidense en ejercicio que haya visitado Sudáfrica, en un discurso ante una sesión extraordinaria del parlamento.
"Estoy convencido de que estamos de acuerdo en la mayoría de las cosas y en las más importantes porque compartimos los mismos valores, el compromiso con la democracia y la paz, con los mercados abiertos", dijo.
"El compromiso es brindar a nuestros pueblos las herramientas que necesitan para salir adelante en el mundo moderno y convertir a los derechos humanos básicos en el derecho natural de todos los niños", añadió.
Clinton dijo que Washington pretende una "auténtica asociación" con Sudáfrica basada en el "respeto y los beneficios mutuos".
"Para decirlo en pocas palabras, Estados Unidos quiere una Sudáfrica fuerte. Estados Unidos necesita una Sudáfrica fuerte", añadió.
El mandatario estadounidense agregó que esta cooperación se ampliará al combate contra el crimen internacional a través del establecimiento de nuevas oficinas de investigaciones y aduanas de Washington en Sudáfrica.
El principal objetivo de la gira africana de Clinton es "ayudar al pueblo estadounidense a ver a la nueva Africa con nuevos ojos y concentrar nuestros propios esfuerzos en la elaboración de políticas adecuadas a la nueva realidad".
Clinton viajará este domingo a Botswana y el miércoles a Senegal, última etapa de la gira africana. (FIN/IPS/tra-en/jl- mj/mk/mj/ip/98