Más de 700 refugiados de Somalia volverán a su patria esta semana después de siete años de exilio en la vecina Kenia, con la ayuda del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Un primer grupo de 121 exiliados se trasladó el sábado a la ciudad portuaria de Bossasso, en el nordeste de Somalia, en un avión contratado por ACNUR.
La agencia espera concluir la repatriación de los refugiados de los campamentos de Daadab, en la frontera con Somalia, el jueves.
"Estoy muy contento por el comienzo de la operación", dijo Hafeeza Bokhari, de ACNUR, cuando el primer grupo retornó a su país el sábado. "Los refugiados estaban tan contentos que nos daban besos de despedida".
El personal de ACNUR en Bossasso cooperó con organismos internacionales de ayuda para, entre otras cosas, financiar la construcción de pozos de agua, hospitales y centros de atención médica y realizar proyectos de generación de ingresos para estabilizar la economía del nordeste de Somalia.
Cada repatriado recibe seis meses de ayuda alimentaria o su equivalente monetario, además de 30 dólares para el posterior traslado a sus zonas de residencia. ACNUR informó que distribuirá planchas de plástico, mantas y contenedores de agua a cada familia.
Desde 1992, más de 115.000 refugiados somalíes fueron repatriados de los campamentos kenianos, según las últimas cifras proporcionadas por ACNUR. Kenia cuenta en la actualidad con unos 178.000 exiliados, comparado con los 420.000 que albergaba hace seis años.
Diez campamentos de refugiados ya fueron cerrados y sólo quedan tres cerca de Dadaab, en la provincia del Nordeste, uno en Kakuma, al sur de la frontera con Sudán, y otro cerca del puerto de Mombasa, en el océano Indico, unos 500 kilómetros al sur de Nairobi.
El campamento de Mombasa será clausurado el mes próximo, tras la repatriación de sus 1.400 refugiados a la isla somalí de Bajunis, explicó ACNUR.
Además de las operaciones de repatriación en Kenia, ACNUR informó que unos 10.000 somalíes retornaron a Hargeisa, en el noroeste de Somalia, desde campamentos de refugiados en Etiopía.
ACNUR repatriará a unos 7.000 somalíes de Etiopía a Boroma, a principios del mes próximo, antes de que comience la temporada de lluvias de ese país.
Más de un millón de somalíes huyeron a Djibouti, Etiopía, Kenia y Yemen cuando su país se sumergió en el caos por el derrocamiento del presidente Mohamed Siad Barre, en enero de 1991.
El golpe de Estado por clanes insurgentes dejó un vacío de poder que más de 20 jefes militares pretenden llenar desde entonces.
Los refugiados están volviendo a su país en un momento en que amainan las lluvias, de magnitud poco habitual, que comenzaron a mediados de octubre y fueron atribuidas al fenómeno climatológico de la corriente de El Niño.
Pero la organización humanitaria Respuesta de las Agencias de Ayuda a las Inundaciones de Somalia advirtió que es crítica la situación en las zonas del sur afectadas por las lluvias.
"La próxima temporada de lluvias, de fines de marzo a mayo, no sólo podría arruinar la poca recuperación que se logró en los sectores de la agricultura y la infraestructura, sino que también podría poner en peligro la vida de la gente", señaló la organización.
"Se registraron lluvias ligeras en diversas zonas. En Bardera (sur de Somalia) fueron más fuertes y afectaron a muchas carreteras de la zona. Nuevas precipitaciones serían devastadoras para muchas zonas inundadas en este momento", advirtió el grupo.
Unas 2.400 personas murieron por las inundaciones desde fines de octubre. Más de 35.000 cabezas de ganado se perdieron y 60.000 hectáreas de cultivos y tierras de labranza resultaron devastadas por las lluvias, según la organización.
El grupo Sistema de Aviso de Hambrunas (FEWA), de Somalia, estimó que se perdieron 42.300 toneladas de granos en depósitos subterráneos tradicionales, debido a las inundaciones y la filtración del agua de lluvia.
FEWA estimó que "la próxima cosecha se reducirá a 44.500 toneladas, 50.500 menos que las 95.000 proyectadas en un principio". (FIN/IPS/tra-en/mn/pm/aq-ml/pr/98