El gobierno civil de Sierra Leona pretende la extradición desde países vecinos de algunos miembros del antiguo régimen militar para que sean juzgados por las atrocidades cometidas, mientras la mayoría de la población reclama la ejecución de los culpables.
"Exhortamos a las naciones vecinas y a la comunidad internacional a detener y extraditar a cualquier miembro de la junta que aparezca en sus territorios", instó Albert Demby, vicepresidente de Sierra Leona.
Demby añadió que la amnistía negociada el año pasado en Guinea entre el Consejo Revolucionario de las Fuerzas Armadas (CRFA) y miembros de la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental no será reconocida, porque la junta se negó a entregar el poder pacíficamente al gobierno electo en forma democrática.
Así mismo, Demby exhortó al presidente de Nigeria, general Sani Abacha, a extraditar a Foday Sankoh, líder encarcelado del Frente Revolucionario Unido, "para que sea juzgado por las atrocidades que sus rebeldes cometieron contra nuestro pueblo". El Frente formó una alianza con la junta militar.
Las declaraciones de Demby fueron formuladas el martes 10, durante las celebraciones en la capital, Freetown, de la reinstauración en la presidencia de Ahmed Tejan Kabbah.
Tras cuatro años de régimen militar, Kabbah llegó al poder en febrero de 1996, pero en mayo de 1997 fue expulsado por militares de bajo rango encabezados por el mayor Johnny Paul Koroma y debió huir a Conakry, Guinea, con la mayoría de los miembros de su gobierno.
Nueve meses después, la intervención armada de la fuerza regional de paz ECOMOG, encabezada por Nigeria, desplazó a la junta militar.
Según un diario de Freetown partidario de Kabbah, la mayoría de los residentes de la capital entrevistados desean que el gobierno ejecute a los miembros de la junta capturados por ECOMOG en el golpe de febrero.
Más de 500 miembros del gobierno militar y sus colaboradores permanecen detenidos en la prisión de máxima seguridad de Pademba Road, en Freetown.
"¡Mátenlos a todos!", exhortaba el titular del periódico Freedom Now en una edición de esta semana. "La mayoría de los habitantes de Sierra Leona sólo desean que se castigue a los culpables con la muerte", afirmó el diario.
Sin embargo, en su primer discurso a la nación desde su retorno al país, el presidente Kabbah se manifestó contrario a los asesinatos por venganza y anunció que su gobierno se ajustará al debido proceso judicial.
Según informes, la dictadura militar asesinó a unos 150 civiles en Freetown y quemó más de 50 casas. En la segunda ciudad del país, Bo, se estima que el número de muertes y viviendas incendiadas asciende al doble.
"Esa gente no merece amnistía. Deben ser juzgados y castigados, porque causaron un tremendo daño a nuestro país", opinó Francis Davies, un residente de Freetown cuya casa fue destruida por fuerzas del CRFA.
Cicatrizar las heridas de esta nación de Africa occidental será uno de los mayores desafíos del gobierno de Kabbah.
Hasta ahora, Kabbah no anticipó el destino de los miembros del CRFA y sus colaboradores que sean hallados culpables de los cargos presentados.
No obstante, el portavoz presidencial Julius Spencer señaló a los periodistas que las autoridades cuentan con el recurso de la pena de muerte y que los culpables tendrán un destino "acorde". (FIN/IPS/tra-en/lf/pm/ml/ip/98