La mayoritaria población albanesa de Kosovo desafiará este domingo el poder de Serbia sobre la provincia con elecciones no reconocidas por Belgrado ni por ningún otro gobierno.
Sin embargo, los controvertidos comicios serán una prueba clave para el liderazgo de Ibrahim Rugova entre los 1,8 millones de habitantes de origen albanés de la conflictiva provincia sureña.
Rugova, líder de la Liga Democrática de Kosovo, el mayor partido político de la provincia, convocó a elecciones presidenciales y parlamentarias el pasado diciembre, tras consultas con todos los partidos.
Desde entonces, la provincia sufrió enfrentamientos armados entre la policía serbia, manifestantes y un grupo guerrillero albanés. Los disturbios amenazaron la capacidad de Rugova de hablar en representación de su pueblo, que constituye 90 por ciento de la población de la provincia.
Sólo esta semana, la policía serbia mató al menos 53 albaneses en Kosovo (incluidos ancianos, mujeres y niños), llevando a 80 el número de víctimas fatales de la represión de este mes contra los separatistas armados y sus partidarios.
Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia advirtieron a Belgrado que no tolerarán una masacre como la perpetrada contra los musulmanes de Bosnia y llamaron a un embargo de armas.
Ante la amenaza de reanudación de sanciones internacionales, las autoridades serbias anunciaron que retirarán sus unidades paramilitares, fuertemente armadas, de parte de la provincia.
Mientras, los serbios de Kosovo protagonizaron el jueves una violenta contramanifestación en la localidad de Istok, en demanda de acciones enérgicas para combatir el separatismo.
El objetivo de los comicios, según Rugova, consiste en "renovar la legitimidad del liderazgo albanés". La influyente Unión Independiente de Estudiantes Albaneses (UIEA) declaró que "las elecciones serán un voto de confianza a Rugova".
Los comicios no sólo son considerados ilegales por Belgrado, sino que representan un problema para Occidente. "Esta elección carece de estatuto legal. No estamos diciéndoles a los albaneses que no la realicen; simplemente la ignoramos", declaró un diplomático occidental en Belgrado.
La mayoría de los partidos políticos y organizaciones albanesas, incluida la UIEA, pidieron un aplazamiento de los comicios debido a la reciente ola de violencia.
Las elecciones se celebrarán sólo dos semanas después de la masacre de al menos 80 personas en la región de Drenica, considerada un bastión de los nacionalistas albaneses en Kosovo.
Ljuljeta Pulja Beciri, líder del Partido Social Democrática, retiró su candidatura a la presidencia el pasado martes arguyendo que los comicios "tendrán graves repercusiones en el escenario político de Kosovo, a tan poco tiempo de la masacre de Drenica".
Tajed Rodici, presidente de la Comisión Electoral Central de los albaneses en la capital de la provincia, Pristina, confirmó esta semana en la radio independiente B-92 de Belgrado que "11 partidos políticos y dos alianzas participarán de las elecciones" y que Rugova será el único candidato presidencial.
Rodici agregó que 485 candidatos de esos partidos competirán por 130 escaños asignados a los albaneses en el parlamento de la autoproclamada República de Kosovo, de 142 escaños. Los restantes 12 están destinados a los serbios, que no concurrirán a las urnas.
Varios partidos importantes de Kosovo boicotearon las elecciones, entre ellos el segundo más influyente de la provincia, llamado Partido Parlamentario de Kosovo (PPK) y encabezado por Adem Demaci.
El PPK declaró esta semana que "aquéllos que voten por Rugova deben saber que estarán votando por la capitulación".
Rugova emplea medios pacíficos para alcanzar el objetivo último de un Kosovo independiente, en cambio Demaci, apodado "el Nelson Mandela de Kosovo" porque pasó 28 años como prisionero político, exhorta a adoptar medidas radicales contra Belgrado y acusa a Rugova de usar una política "derrotista e infructífera".
Demici admitió hace poco tener contactos con el clandestino Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), el cual se atribuyó la responsabilidad de al menos 50 ataques contra la policía serbia y albaneses leales a Belgrado.
El grupo guerrillero urgió a la gente a boicotear las elecciones y a respaldar su causa. "El UCK no reconocerá las elecciones hasta que el país haya sido liberado", sostuvo un comunicado que acusó a Rugova de "sembrar la discordia" entre la población albanesa de la provincia.
Analistas están de acuerdo en que las elecciones del domingo serán la mayor prueba de Rugova. Ese día "veremos si los albaneses realimente respaldan políticas pacíficas o quieren algo más", dijo un diplomático occidental en Belgrado.
Desde que en 1989 Belgrado quitó su amplia autonomía a la provincia de Kosovo, los albaneses buscan la independencia. Demandas por la independencia total fueron reiteradas en un referendo en 1991.
Todas las elecciones siguientes realizadas en Serbia fueron boicoteadas por los albaneses, aunque realizaron sus propias elecciones presidenciales y parlamentarias en mayo de 1992, cuando Rugova fue electo "presidente".
El parlamento electo, sin embargo, casi no se reunió. El "gobierno" establecido después de las elecciones está en el exilio desde hace más de cuatro años, y su "primer ministro", Bujar Bukosi, tendría fuertes contactos con el UCK.
Rugova niega la existencia del UCK, afirmando que es "una invención de la policía serbia". Las suspuestas acciones del UCK están arregladas con la policía serbia, que las utiliza como una excusa para emprender acciones violentas contra civiles albaneses.
Rugova, de 53 años, tiene su propio sobrenombre, el "Gandhi albanés", en reconocimiento a su década de resistencia pacífica contra las autoridades serbias, y es muy respetado por la comunidad internacional por ese motivo.
Rugova ha promovido el boicot de las instituciones serbias de parte de los albaneses, en lugar de alegar por el establecimiento de instituciones albanesas paralelas.
Además, movilizó presiones internacionales para convencer al presidente yugoslavo Slobodan Milosevic de que otorgue la independencia a Kosovo.
El enfoque pacífico, no obstante, provocó impaciencia entre albaneses más radicales, en especial los jóvenes, según analistas. Muchos de estos radicales ahora creen que la independencia sólo puede alcanzarse con la lucha armada,
El proceso electoral para el domingo está muy por debajo de las normas internacionales. Las normas son oscuras y se hizo poca campaña electoral.
La Comisión Central Electoral no presentó estadísticas sobre el número de habilitados para votar ni una lista de ellos. En una conferencia de prensa realizada en Pristina, capital de Kosovo, simplemente urgió a "todos los votantes a concurrir a las urnas y cumplir su deber nacional". (FIN/IPS/tra-en/vpz/pd/ml-lp/ip pr/98