Compañías multinacionales del tabaco, ante la reducción de los mercados y las crecientes restricciones en el mundo industrializado, se lanzaron con toda su fuerza a atraer consumidores en las economías de apertura reciente de Laos, Camboya, Birmania y Vietnam.
Las compañías promueven una imagen de los productores de cigarrillos asociable al mundo empresarial, la libertad individual y las oportunidades ilimitadas, todo esto en sociedades que aún se recuperan de años de guerra, conflictos y privaciones.
"Las grandes empresas tabacaleras occidentales llegaron a Indochina de la misma manera que a Europa oriental después de la caída del muro de Berlín", dijo un diplomático Asiático en la ciudad de Phnom Penh.
El diplomático destacó que los fabricantes de cigarrillos, con su gran poder monetario e influencia sobre sus propios gobiernos, han logrado penetrar estos mercados emergentes.
El aumento de los fumadores en Birmania podría ser de entre 20 y 30 por ciento anual, "las tendencias son preocupantes", dijo el doctor Myo Paing, del programa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Birmania.
Las cifras son similares o aún más altas en Camboya y Vietnam, donde hay menos restricciones a la venta y la publicidad de cigarrillos. Las ciudades de Hanoi, Ho Chi Minh y Phnom Penh, en período de crecimiento, están cubiertas de anuncios de luces de neón promoviendo el hábito de fumar.
Las tácticas en Indochina parecen ser similares a las adoptadas en Europa del Este después del colapso de la ex Unión Soviética.
Cuando Ucrania introdujo una prohibición a la publicidad de tabaco en 1995, las empresas lanzaron una campaña afirmando que se restaría hasta 400 millones de dólares al año a la economía del país.n
La prohibición fue retirada, y compañías de Estados Unidos y Alemania son ahora propietarias de 75 por ciento de las fábricas de cigarrillos, gastando unos 400 millones de dólares anuales en la promoción de sus productos.
El ex bloque soviético constituye ahora el segundo mercado de tabaco, siguiendo a China.
Ante el avance de la industria del tabaco en Indochina, "las autoridades locales dudan en actuar contra las grandes tabacaleras porque temen alejar a los inversores que ven a los fabricantes de cigarrillos como pioneros en economías aún fuera del mapa", dijo Ukkrist Pathamandand, economista regional de la Universidad Chulalangkorn de Bangkok.
Judith Mackay, directora de la consultora Asian Consultancy on Tobacco Control, describe un proceso típico de cuatro etapas en las que las multinacionales del tabaco entran a un mercado antes cerrado.
La luna de miel inicial en que las compañías extranjeras ofrecen a los países ayuda con la tecnología agrícola y la manufactura y viajes gratis al exterior es seguida por los emprendimientos conjuntos con los monopolios nacionales.
Después, agregó la experta, las transnacionales a menudo acusan al monopolio estatal de impedir el acceso al mercado, e incluso hacen amenazas comerciales.
Debido a la fuerza que manejan las compañías extranjeras, el monopolio nacional a menudo accede a sus demandas. Finalmente, los monopolios nacionales son debilitados o desmantelados.
Los cometarios de Mackay reflejan las dificultades que enfrentan los vietnamitas.
Vietnam tiene el mayor índice de hombres fumadores del mundo, 72,8 por ciento. En promedio, los fumadores gastan una vez y media en cigarrillos lo que destinan a educación y cinco veces lo que pagan en atención de la salud.
El gasto promedio en cigarrillos equivale a la compra de 136 kilogramos de arroz a precios de 1995, casi lo suficiente para alimentar a una persona durante todo un año.
A la vez, el tabaco resultó ser beneficioso para el gobierno de Vietnam. En 1994, los impuestos al tabaco representaron 3,2 por cineto del presupuesto nacional. Además, la industria emplea a casi 15.000 trabajadores y más de 100.000 agricultores.
La importación de cigarrillos está prohibida desde 1990, pero las importaciones ilegales satisfacen 10 por ciento de la demanda interna.
En 1994, el gobierno acordó que Rothman's, PhilipMorris y BAT podrían producir marcas de cigarrillos no vietnamitas en Vietnam en emprendimientos conjuntos con la Corporación Nacional de Tabaco de Vietnam.
Activistas contra el tabaquismo afirman que, junto al sida, el aumento de fumadores constituye la mayor amenaza a la salud pública en Indochina.
La situación empeoró por el hecho de que gobiernos en Birmania, Vietnam y Camboya planifican reducciones en gastos de salud pública en busca de políticas de libre mercado.
Los gastos en salud en Birmania, por ejemplo, son de los más bajos en el mundo, con menos de 0,5 por ciento del producto interno bruto (PIB).
En agosto de 1997, autoridades de empresas tabacaleras declararon ante cortes de Estados Unidos, admitiendo por primera vez que el tabaquismo podría haber causado la muerte a más de 100.000 ciudadanos.
Steven Goldston, jefe ejecutivo de RJR Nabisco, fabricante de las marcas Winston y Camel, dijo que pretende advertir a la gente en los países del Sur sobre los riesgos del tabaquismo, inlcuso donde estas advertencias no son obligatorias.
Donna Shalala, secretaria de Servicios de Salud y Humanos de Estados Unidos, dijo en noviembre de 1996 que las embajadas y misiones comerciales de Estados Unidos no promoverían el uso de productos del tabaco, y que negociadores de Estados Unidos no harían más que buscar "acceso igualitario a un mercado mundial de tabaco en reducción".
Sin embargo, la experiencia en el sudeste de Asia demostró que a menudo los propios gobiernos occidentales salen en defensa de los fabricantes de tabaco.
Un intento del ministerio tailandés de salud pública en 1995 para forzar a fabricantes extranjeros a revelar los aditivos utilizados en sus productos tuvo la vigorosa oposición de las embajadas de Gran Bretaña, Estados Unidos y Japón en Bangkok.
Diplomáticos de esos países, en cartas al ministerio alegaron que la imposición de tal requisito "estaría en conflicto con las obligaciones de Tailandia bajo los acuerdos de propiedad intelectual de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Los expertos afirman que el reciente colapso de las economías del sudeste asiático, impulsado por las devaluaciones monetarias, hará más difícil a las autoridades locales en la región resistir la ofensiva de las presiones mundiales del tabaco.
(*) IPS pone a disposición de sus sucriptores este material por un acuerdo de distribución con la institución internacional de comunicación Panos Features, de Londres. (FIN/PANOS/tra-en/ss/dds/lp/he if/98