El presidente de Perú, Alberto Fujimori, que aspira a un tercer mandato, obtuvo una importante ventaja táctica cuando los partidos de oposición descartaron el proyecto de presentar un candidato único a las elecciones del 2000.
La decisión de los líderes opositores, que fue tomada el último fin de semana en una reunión no anunciada, garantiza en cierto modo a Fujimori la posibilidad de pasar a la segunda ronda electoral.
La Constitución prohibe la segunda reelección consecutiva del presidente. Pero la mayoría parlamentaria oficialista considera que la disposición debe tomar en cuenta sólo los mandatos presidenciales comenzados después de la entrada en vigor de la nueva carta fundamental, que fue aprobada en 1993.
Según la "ley interpretativa" que el oicialismo impuso, Fujimori cumplió su primer mandato (1990-1995) bajo la Constitución anterior, y la prohibición de reelección sólo debe tomar en cuenta el periodo actual de gobierno, que finaliza en el 2000.
El enfrentamiento por la interpretación de la Constitución determinó la destitución de los miembros del Tribunal de Garantías Constitucionales, que se oponían a la segunda reelección de Fujimori.
La Corte Suprema de Justicia se pronunció a favor de la tesis del oficialismo, y su dictamen será tenido en cuenta por el Jurado Electoral, que tendrá la última palabra en el caso.
Todavía no hay candidaturas formalizadas, pero sí clima electoral, y Fujimori encabeza por escaso margen las encuestas de intención de voto: 28 por ciento contra 26 por ciento de su principal adversario, el alcalde de Lima Alberto Andrade.
Hasta ahora, los adversarios de Fujimori sostenían que su principal objetivo era impedir, mediante una candidatura única de oposición, la reelección de éste, a quien consideran autoritario y excesivamente tolerante frente a los excesos de los militares contra los derechos humanos.
Se cree que el actual presidente tendría pocas posibilidades de vencer a un rival apoyado por todos los sectores opositores, y la renuncia a ese proyecto hace prever que ningún candidato logrará en la primera vuelta electoral la preceptiva mayoría absoluta de votos para triunfar sin necesidad de ir a una segunda ronda.
De modo que puede aguardarse que Fujimori pase a la segunda vuelta, si el Jurado Electoral lo habilita finalmente a presentarse a las elecciones.
Su adversario, Andrade, se propone participar en primer lugar en los comicios municipales de noviembre próximo, para ser reelegido alcalde de Lima y, con respaldo en ese éxito, lanzar su candidatura a la Presidencia.
Los líderes políticos reprochan a Andrade su indefinición ideológica y los sectores centrista e izquierdista lo acusan de pretender encarnar un "fujimorismo sin Fujimori", aludiendo a su presunta intención de ganar el respaldo empresarial sugiriendo que mantendrá la línea económica neoliberal del actual gobierno.
En la discreta reunión que mantuvieron el fin de semana, dirigentes de oposición resolvieron que no apoyarán la candidatura de Andrade a la Presidencia.
Esa decisión, tomada por representantes del socialdemócrata partido Aprista, de Acción Popular, del Partido Popular Cristiano y del movimiento Unión por el Perú (UPP), fue respaldada de inmediato por Gustavo Mohme, director del matutino La República y cabeza de un sector remanente del ahora inactivo frente Izquierda Unida.
Sólo en filas de UPP, que está encabezada por Javier Pérez de Cuéllar, ex secretario general de la Organización de Naciones Unidas, y del Partido Popular Cristiano, no ha terminado aún el debate acerca del proyecto de candidatura única de la oposición. (FIN/IPS/al/ff/ip/98
