PERU: La izquierda y socialcristianismo compiten por el centro

En las elecciones del 2000 en Perú no habrán candidatos izquierdistas, pues los grupos descendientes del frente marxista Izquierda Unida (IU) y el socialdemócrata partido Apra mostraron un evidente desplazamiento hacia el centro del espectro político.

En la disputa por el espacio central, y por los votos del sector popular golpeado por el desempleo y por el rigor del programa liberal del gobierno actual, la ex IU y el Apra se enfrentarán, aislada o asociadamente, con alguno o con los dos partidos socialcristianos que existen en Perú.

Se considera que los comicios municipales que se efectuarán en noviembre de este año a nivel nacional abrirán espacios para que la izquierda posmarxista y el Apra ensayen alianzas en algunas ciudades, como Lima, que prepararían el terreno para la gran contienda electoral del 2000.

Dirigentes de la mayoría de los grupos que componían la ex IU anunciaron la creación del frente Decisión Ciudadana, reconfortados porque una encuesta de alcance municipal le asigna el segundo lugar, con 11,8 por ciento de las intenciones de voto, al ex alcalde izquierdista de Lima, Alfonso Barrantes.

Ese frente se define como plural, democrático e independiente y, según algunos trascendidos, sus promotores han realizado discretos contactos con líderes del Apra, con miras a una alianza electoral que años atrás hubiera sido imposible por el antagonismo histórico entre ambas fuerzas izquierdistas.

Las mismas fuentes señalan que no hay objeciones definitivas entre los líderes del Apra, pero añade que "es posible que ellos quisieran un candidato de perfil menos comprometido" que Barrantes, ex candidato presidencial de Izquierda Unida.

Si estas conversaciones resultaran exitosas, la alianza electoral sería proclamada en una jornada de demostraciones y marchas callejeras el 4 de junio.

Es posible también que el naciente movimiento político evangélico, que carece de figuras de relieve y experiencia, participe en las elecciones de forma aislada o en discreta alianza con la ex izquierda, pero en ningún caso con los partidos Popular Cristiano (PPC) y Demócrata Cristiano (DC)

"El ecumenismo entre las organizaciones cristianas no ha llegado todavía al campo político. Los movimientos surgidos en el protestantismo tienen su razón de ser en el rechazo a la influencia, que consideran excesiva, de la jerarquía católica", comenta la socióloga Imelda Vega.

"Es evidente que en las próximas elecciones presidenciales no habrá ningún candidato declaradamente izquierdista. Será algo parecido pero a la inversa de las elecciones de 1985, cuando ningún político quería ser reconocido como derechista", dijo el analista Alberto Panessi.

"Aparentemente, y si no se produce ninguna variación sustancial, en las próximas elecciones se confrontarán únicamente propuestas políticas que coinciden en respaldar la economía de mercado, es decir del antes abominado capitalismo", añadió.

Panessi, vinculado a la Universidad Federico Villareal, expresó que "esta homogeneidad es solo aparente, porque hay diferencias que pueden evolucionar y es importante percibir sus matices".

La ausencia de las banderas socialistas, sector que en las elecciones de 1985 obtuvo 85 por ciento de los votos emitidos, representa tal vez el fenómeno político más interesante en relación con los comicios del 2000.

Los grupos del universo ex IU, que han adoptado varios nombres, generalmente alusivos a la democracia y la solidaridad, así como el Apra y los socialcristianos comparten con las demás organizaciones opositoras su rechazo al proyecto reeleccionista del presidente Alberto Fujimori .

Pero a diferencia de los partidos tradicionales y los nuevos movimientos independientes, estas fuerzas se oponen también a la política económica liberal implantada desde 1990 por Fujimori.

Pero entre quienes se oponen al "neoliberalismo fujimorista" hay diferencias de calibre, difíciles de precisar porque los referentes ideológicos del pasado, que dividían el universo político en procapitalistas y socializantes, han desaparecido y no fueron aún sustituidos por nuevas elaboraciones conceptuales.

Pero tanto la izquierda posmarxista como el socialcristianismo peruanos no están de acuerdo con el papel normativo y arbitral que le asignan al Estado los economistas y políticos liberales y proponen que asuma un papel más activo en el campo de la producción.

La parlamentaria Lourdes Flores, líder del PPC y probable candidata presidencial por esa agrupación, precisó que su partido "no acepta la economía de mercado a secas, sino que propone la economía social de mercado".

Julio Luque, presidente de la DC, define la propuesta de su organización con similares expresiones a las utilizadas por la líder del partido que rivaliza con el suyo. "Postulamos una economía social de mercado, cuya base democrática se sustente en la fortaleza de las instituciones comunales y de base", dijo.

En cambio, en los predios izquierdistas, la expresión "economía social de mercado" es reemplazada por "economía solidaria", término que reemplaza la anterior teoría de la lucha de clases por una propuesta de redistribución de ingresos a través de los mecanismos del Estado.

También se considera que deben quedar en manos de empresas estatales algunos rubros "estratégicos por su vinculación con la seguridad nacional", como el petróleo, o por su directa incidencia en el bienestar y salubridad de la población, como el manejo del servicio de agua y alcantarillado. (FIN/IPS/al/mj/ip/98

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