Manifestantes palestinos que reaccionaron ante la muerte de tres obreros árabes, abatidos por soldados israelíes, emplearon hoy piedras y bombas caseras inflamables para enfrentarse por segundo día consecutivo en la ciudad de Hebrón a fuerzas de seguridad de Israel.
Los disturbios se produjeron mientras miles de personas confluían sobre la aldea de Dura, también en Cisjordania y 16 kilómetros al sur de Hebrón, para participar del funeral de las tres víctimas, que trabajaban en la construcción en Israel.
Encabezados por jóvenes enmascarados, los participantes en el funeral levantaron banderas verdes islámicas y carteles en que advertían al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu que "la sangre sólo causa más sangre".
El general israelí Uzi Dayan aseguró que los militares abrieron fuego sobre los tres obreros cuando el vehículo que llevaba a éstos lesionó ligeramente a un soldado. Un testigo palestino replicó que el conductor fue autorizado por señas por un soldado a pasar por el puesto de control.
Abdel Aziz Rantissi, dirigente del grupo radical palestino Hamas, declaró en Gaza que "el hecho debe ser respondido de modo enérgico". Hamas es responsable de atentados que causaron varias víctimas entre la población israelí.
Mientras, un colono judío hirió de bala a un manifestante palestino en las cercanías de la ciudad de Ramallah, cuando su automóvil fue apedreado. La policía israelí informó haber detenido al colono, para interrogarlo.
Al menos 34 manifestantes resultaron heridos en Hebrón, dos de ellos de gravedad, y también hubo decenas de lesionados en otras dos localidades de Cisjordania, en violentos desórdenes callejeros.
"Los mataron a sangre fría", afirmó Rashad Aweweh, un palestino de 22 años, vendedor de ropa, en referencia a los tres obreros abatidos a balazos.
"Israel habla de su seguridad, pero no hay ninguna seguridad para nosotros. Cualquier palestino puede correr igual suerte (que las tres víctimas) en los puestos de control" israelíes, advirtió Aweweh, que fue testigo de los disturbios en Hebrón.
El incidente del martes fue "una masacre a sangre fría", denunció en Gaza el presidente de la Autoridad Autónoma Palestina (ANP), Yasser Arafat. "Tres obreros fueron asesinados cuando regresaban del trabajo a su hogar", agregó.
Netanyahu se comunicó con Arafat poco después de la muerte de los tres trabajadores, y este miércoles, el parlamento israelí deploró el hecho.
Los disturbios comenzados en la víspera pusieron fin a cuatro meses de tranquilidad en Hebrón, escenario de violencia desde que, en enero de 1996, Israel cedió a la ANP la administración de un área equivalente a 80 por ciento de la ciudad.
Cuatrocientos colonos judíos están radicados en el centro de Hebrón, protegidos por soldados israelíes y rodeados de 110.000 palestinos.
La airada reacción de los palestinos tiene de antecedente la frustración ante un proceso de paz bloqueado hace más de un año, explicaron analistas palestinos.
"La atmósfera ya es negativa por la paralización del proceso de paz", dijo Ghassan Khatib, director del Centro Jerusalén de Medios y Comunicación, un instituto de estudios palestino.
"Los palestinos sienten que su vida vale muy poco en la óptica de los israelíes, en especial de los militares. Sienten que el énfasis exagerado de Israel en cuanto a la seguridad se refiere solo a la seguridad de los israelíes. La seguridad de los palestinos es materia olvidada", sostuvo Khatib.
Netanyah suporta una intensa presión de Estados Unidos, que le exige ceder a la ANP 13,1 por ciento del territorio de Cisjordania. De ese modo, la ANP estaría a cargo de la administración de 40 por ciento de esa área.
Netanyahu aseguró el martes que aplicará toda su energía al esfuerzo por alcanzar la paz. Sus palabras fueron interpretadas como el anuncio del próximo cumplimiento del muy postergado retiro de tropas israelíes de Cisjordania, que fue acordado en 1993.
"Es tiempo de que dediquemos toda nuestra energía e inventiva a traer paz, seguridad y prosperidad a todos los pueblos de la región", dijo el primer ministro.
Netanyahu, elegido primer ministro tras comprometerse con firmeza a garantizar la seguridad de los israelíes, se ha resistido a la solicitud de Estados Unidos de que proceda a un retiro de fuerzas "considerable y creíble" de Cisjordania.
Los disturbios en Hebrón evidencian la magnitud de la tensión acumulada en Cisjordania en vísperas de la alegre festividad judía de Purim, que comienza este miércoles a la noche.
En estas fechas, pero en 1994, el colono judío nacido en Estados Unidos Baruch Goldstein mató a 29 palestinos que rezaban en una mezquita de Hebrón.
Radicales palestinos se vengaron dos años después. Un comando suicida de las Brigadas Izzedin al-Qassam, brazo armado de Hamas, mató a 14 personas en un ómnibus en Tel Aviv.
El general Dayan dijo que los soldados israelíes que mataron a los tres obreros actuaron según las normas establecidas por el ejército para abrir fuego.
También restó credibilidad a informes iniciales de la prensa israelí, según los cuales, el conductor del vehículo en que circulaban las víctimas chocó a propósito contra el puesto militar.
"Los soldados sintieron que su vida era amenazada y reaccionaron de buena fe. Por otra parte, no creo que los palestinos estuvieran involucrados en un acto terrorista", agregó.
El militar informó que el ejército abrió una investigación del episodio, pero el jefe de policía palestino de Hebrón, Abdel Fattah al-Jeidi, dijo que Dayan se negó a realizar una investigación conjunta.
Los palestinos manifestaron sus dudas en cuanto a que una investigación aplaque en el corto plazo la reacción popular.
"La gente está muy enojada. Nada se ha movido en el proceso de paz, y ahora ocurre este incidente injustificado. Creo que las manifestaciones continuarán por un tiempo", advirtió Khatib. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/ff-mj/ip/98