La Organización de las Naciones Unidas (ONU) propuso un código de conducta que impedirá a los funcionarios del foro recibir instrucciones de sus gobiernos y aceptar obsequios, honores, favores o condecoraciones.
El código propuesto mejora las normas existentes sobre la conducta del personal y es uno de los documentos más integrales de regulación de los derechos y obligaciones de los 4.700 funcionarios de la ONU en Nueva York y de unos 30.000 en 170 oficinas de todo el mundo.
La propuesta es actualmente discutida por el Comité Administrativo y Presupuestal de la ONU y será elevada a la Asamblea General este año.
El código estipula que los funcionarios superiores de la ONU deberán declarar sus activos financieros, junto con el de sus cónyuges e hijos dependientes. No obstante, el secretario general Kofi Annan podrá requerir que otros empleados declaren sus bienes en determinada ocasión o en forma periódica.
"La ONU es una institución de servicio público; el personal no está aquí para hacer fortuna", dijo Annan.
Rafiah Salim, secretaria general adjunta de Administración de Recursos Humanos, señaló que la Secretaría también está preparando un código aparte para el secretario general y uno para los funcionarios y expertos de la ONU que se encuentren en misiones en el exterior.
Salim explicó que el proyecto de código fue el resultado de intensas consultas entre la administración y el personal. El documento sufrió 52 modificaciones desde que se presentó por primera vez, en febrero del año pasado.
Annan criticó la práctica de algunos estados ricos, sobre todo de Alemania, Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón y ciertos países nórdicos, que complementan los salarios que sus ciudadanos reciben de la ONU porque, sostienen, son bajos.
"El secretario general desea recordar que este tipo de pagos o subsidios no son permitidos por las normas de personal adoptadas por la Asamblea General", dijo el portavoz adjunto Juan Carlos Brandt.
Brandt añadió que este principio está reflejado en el nuevo Código de Conducta por el cual los subsecretarios generales y secretarios generales adjuntos deberán presentar una declaración financiera a solicitud del secretario general, o en las ocasiones que éste estipule.
La práctica ilegal de ciertos estados quedó al descubierto en febrero cuando la prensa alemana reveló que el director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Klaus Topfer, recibía subsidios del gobierno de su país, Alemania.
Brandt explicó que Topfer, un ex ministro alemán, recibió el supuesto pago antes de su incorporación a la ONU. "Como tal, el asunto es interno de Alemania y no concierne en forma directa" al foro mundial.
En respuesta a la crítica de la prensa, Topfer anunció este mes que devolverá los 280.000 dólares que recibió en subsidios del gobierno alemán para mitigar las dificultades de su misión de cuatro años con el PNUMA en Nairobi.
Friedrich Bohl, portavoz de Berlín, declaró que aunque el gobierno respeta la decisión de Topfer, aún considera que el pago fue correcto. "Fue una cantidad adecuada, legalmente correcta y necesaria para asegurar que un hombre de la capacidad de Topfer aceptara el cargo de la ONU", dijo.
Mientras, Annan solicitó al subsecretario general de Administración, Joseph Connor, que examine todo lo concerniente a los subsidios y compensaciones que los gobiernos conceden a los funcionarios de alta jerarquía de la ONU.
El código también prohíbe la discriminación sexual en el sistema de la ONU, el empleo de los funcionarios fuera de la organización y la concesión de entrevistas a la prensa, sobre todo si están vinculadas con las actividades o intereses del foro mundial.
"Los miembros del personal podrán ejercer el derecho al voto pero deberán garantizar que su participación en actividades políticas sea coherente con la independencia e imparcialidad exigida por su estatuto como funcionarios internacionales", reza el código.
Hannah Puhlmann, de la Federación de Asociaciones de Funcionarios Internacionales, señaló ante el Comité que el documento no protege en forma adecuada los derechos de los representantes del personal.
Una interpretación estricta de ciertos artículos violaría el derecho de asociación y representación, incluso el derecho de manifestación, aseguró.
"El personal no puede ser despojado de los derechos laborales reconocidos en el ámbito internacional, sobre todo la libertad de acción, expresión y crítica", añadió Puhlmann.
La Federación propuso que el Código de Conducta sea analizado por el Comité Jurídico de la ONU y la Organización Internacional del Trabajo, de Ginebra, antes de su adopción por la Asamblea General. (FIN/IPS/tra-en/td/aq-ml/ip/98