El Premio Nobel de Literatura Octavio Paz cumplió hoy 84 años en delicado estado de salud, pero con su habitual lucidez. Sus admiradores en México celebraron con una exposición de pintura y la entrega de un premio que lleva su nombre.
Alejado de los actos públicos desde que a fines de 1996 perdió en un incendió parte de su biblioteca y cayó en cama afectado supuestamente por cáncer de próstata, Paz ahora se recupera y trabaja con lentitud, pero con la sabiduría de siempre, afirman sus amigos cercanos.
En su última aparición pública, cuando el presidente Ernesto Zedillo inauguró en diciembre la Fundación Octavio Paz para la promoción de la cultura y las artes, el escritor se presentó visiblemente demacrado y en silla de ruedas.
En aquella ocasión declaró que no sabe "cuánto tiempo más tenga libre, pero sé que hay nubes y que en esas nubes hay muchas cosas y hay sol también".
El hombre cuyo apellido parece contradecir el revuelo y las pasiones que ha sucitado en su vida llega a sus 84 años como una verdadera leyenda de la literatura y la filosofía mundial, dijo el escritor Paco Ignacio Taibo.
"Todos celebramos que esté vivo y que su larga vida no haya apagado los fuegos de su juventud. Si se nos permite, todos lo abrazamos sumándonos a ese abrazo múltiple que a estas horas le debe tener agobiado", expresó Taibo.
Para festejar a Paz, que ha escrito y opinado de política, literatura, arte, filosofía y decenas de otros temas, se inauguró una exposición de pinturas dedicada a su obra y se dio a conocer el ganador del premio de poesía que lleva su nombre.
Además, se presentó un libro que recoge parte de la correspondencia escrita por el escritor.
Nacido el 31 de marzo de 1914, cuando México pasaba por una revolución armada que lo marcó, Paz obtuvo en su vida las más importantes preseas de la literatura de su país y el mundo, como el Premio Cervantes de España y el Nobel.
A los 19 años publicó su primer libro de poesía, "Luna Silvestre", que fue considerada por los críticos una demostración prematura de su madurez de escritor.
En sus primeros escritos son recurrentes temas como la soledad, la belleza y la sensualidad.
En los años 30 participó con otros renombrados escritores como el chileno Pablo Neruda y el español Rafael Alberti en un movimiento de intelectuales contra el fascismo.
También tuvo ciertas simpatías con la revolución rusa y con la izquierda. Sin embargo, con el paso de los años se transformó en un crítico mordaz de esas posiciones e incluso llegó a descalificar por ese motivo a sus amigos cercanos.
Taibo sostiene que a las virtudes de Paz deben agregarse defectos como "su capacidad para volverse colérico cuando a los demás no les concedía razón alguna y a sí mismo se concedía toda la razón".
Paz "pasará a nuestra historia como un hombre en ocasiones deslumbrante (…) y en otros momentos como un temible polemista contra las ideas de su propia juventud", apunta el escritor.
El Premio Nobel de literatura de 1990 difundió sus posturas políticas en ensayos y entrevistas periodísticas.
En 1950 publicó una de sus principales obras, "El laberinto de la soledad", en el que describe el universo, pensamiento e historia de los mexicanos. En 1973 presentó "El Ogro filantrópico", donde critica las ideologías dominantes y los sistemas totalitarios.
En una entrevista que concedió al diario español El País en 1996, Paz dijo que la influencia del "marxismo y el izquierdismo en el caso de América Latina ha sido funesto, sobre todo entre los intelectuales".
Según declaró en aquella ocasión, el marxismo es una "seudofilosofía que ofrece solución a todos los problemas, pero que ha resultado falsa".
Sus posturas y las de sus colaboradores en la revista mexicana Vuelta lo enemistaron con Carlos Fuentes, otro escritor mexicano famoso, con quien tuvo una relación cercana por más de una década.
A pesar de los intentos que han hecho intelectuales mexicanos para que los dos escritores vuelvan a reunirse, en especial ahora que Paz está enfermo, ninguno acepta esa posibilidad. (FIN/IPS/dc/mj/cr/98